El poder y las redes de confianza en el gobierno de Gustavo Petro: ¿quiénes son los elegidos?
Pares analiza cómo las redes de confianza, más que los partidos, definen la hoja de ruta del Gobierno del primer presidente de izquierda, Gustavo Petro
A casi tres años de que Gustavo Petro asumiera las riendas de Colombia, su círculo íntimo ha cambiado varias veces. Así lo concluye el informe “Así funcionan las redes de poder en las que se sostiene el gobierno de Gustavo Petro”, elaborado por la Fundación Paz & Reconciliación (PARES), que sostiene, entre otras cosas, que la actual administración nacional está profundamente fragmentada.
El análisis, basado en herramientas de Análisis de Redes Sociales (ARS) y en la observación de 214 funcionarios de alto nivel que han integrado el gabinete entre agosto de 2022 y marzo de 2025, revela que el poder en la Casa de Nariño no se estructura sobre coaliciones partidistas sólidas, sino sobre redes personales de confiansa, afinidad ideológica y lealtad política.
Uno de los hallazgos más contundentes es que el poder se concentra en un núcleo íntimo de tres grandes bloques: el grupo personal de Petro, la Colombia Humana (su movimiento político) y un reducido pero influyente conjunto de exintegrantes del M-19. Este tridente ha controlado las decisiones más importantes del gobierno, sin necesidad de recurrir a los canales formales de partidos.
«El círculo de confianza de Gustavo Petro —compuesto por su grupo personal, la Colombia Humana y antiguos compañeros del M-19— concentra el poder estratégico», concluye el informe.
A pesar de que se ha acusado al llamado Gobierno del Cambio de falta de preparación técinca, el estudio revela que el 44 % de los funcionarios del gabinete no tiene afiliación partidista, y muchos provienen del mundo académico, el sector social o la tecnocracia. Sin embargo, su independencia no garantiza poder: su capacidad de influencia depende más de su cercanía al presidente que de su experiencia o trayectoria.
Entre los nombres más destacados de esta tecnocracia silenciosa están Luis Carlos Reyes, Cecilia López, José Antonio Ocampo, Yesenia Olaya y Yannai Kadamani, quienes han ocupado carteras clave sin formar parte de las redes de poder más influyentes. «La influencia en este gobierno depende menos del mérito técnico individual y más de la pertenencia a redes cercanas al presidente», subraya el texto.
Además, el informe muestra que el Gobierno ha pasado por cinco grandes remezones ministeriales y ha tenido seis configuraciones distintas de gabinete en menos de tres años. Esta rotación constante ha sido resultado de rupturas internas, salidas de partidos aliados y conflictos por el control de sectores estratégicos.
En ese contexto, la figura del presidente Petro se erige como el único punto de conexión entre grupos desconectados entre sí. «Cada grupo de poder dentro del gabinete opera como una comunidad aislada, cuyo único punto de conexión real es el propio presidente», dice el estudio, lo que explica una gobernabilidad altamente personalisada y frágil.
Pese a haber nacido como una gran coalición de fuerzas progresistas, el Pacto Histórico aparece en el informe como una estructura desigual, en la que predominan dos fuerzas: la Colombia Humana y el Polo Democrático. Las demás colectividades tienen representación simbólica, sin capacidad real de decisión.
El documento también cuestiona el papel de los llamados “operadores políticos”, como Armando Benedetti, Laura Sarabia o Luis Fernando Velasco. Aunque ocuparon cargos clave y negociaron con el Congreso, su presencia no logró cohesionar el gabinete ni asegurar mayorías legislativas estables. Al contrario, muchas veces su rol amplificó las fracturas internas.
En conclusión, el informe retrata una administración que ha optado por una forma distinta de hacer política, centrada en relaciones personales y redes de confianza. Esta lógica le permitió a Petro mantener el control de sectores claves, pero también lo dejó expuesto a crisis de gobernabilidad, aislamiento de aliados y dificultades para implementar su agenda.
«El gobierno de Petro navega una tensión estructural no resuelta entre su agenda progresista y un sistema político históricamente caracterizado por el clientelismo, la fragmentación y la captura de instituciones por redes tradicionales de poder», sintetiza el informe.
Una radiografía imprescindible para entender los desafíos, contradicciones y dinámicas internas del primer gobierno de izquierda en la historia reciente de Colombia.
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