Influenciadores y el Vuelo Polémico: Benedetti Lleva a Barranquilla a Promover a Petro
Hasta la Contraloría General de la República ha puesto la mira en el uso de un avión de la Policía Nacional para transportar influenciadores y periodistas a la ciudad de Barranquilla y asistir al cabildo abierto convocado por el presidente Gustavo Petro. Todo surgió a raíz de una foto donde se ven a varios líderes de opinión posando frente a la aeronave oficial.
El exembajador de Colombia en México de este Gobierno, Moisés Ninco Daza, fue quien informó al país que él y varios de sus colegas digitales llegarían a la capital del Atlántico para acompañar a Petro en la diatriba donde, no solo defendió su moribunda consulta popular, sino que también dejó abierta la posibilidad de una huelga general si el Congreso de la República no aprueba su iniciativa.
Quiénes son los influenciadores
Lo primero que hay que aclarar es quiénes estaban en el avión. El primero es Ninco Daza, quien tuvo que abandonar la Embajada de Colombia en México por orden del Consejo de Estado debido a que su nombramiento fue declarado nulo. Esta decisión se basó en que no cumplía con los requisitos legales para ocupar el cargo, especialmente en cuanto a experiencia y formación académica.
También estaba el influenciador Walter Rodríguez, conocido como «Wally» o «Wally Opina». Es un abogado y creador de contenido colombiano que ha ganado notoriedad en redes sociales por sus opiniones políticas, especialmente su apoyo al gobierno de Gustavo Petro. Desde marzo de 2024, Wally firmó un contrato con RTVC, el sistema de medios públicos de Colombia, valorado en 45,6 millones de pesos por seis meses. Su función es desarrollar contenidos jurídicos para las franjas de opinión de la entidad y sus plataformas digitales.
También iba el influenciador pura sangre Celso Galeano Tete Crespo, comunicador social colombiano, originario de Ciénaga, Magdalena. Es conocido por su activismo político en redes, donde ha defendido abiertamente al Gobierno Petro. Además de su labor como influencer, ha trabajado como asesor de comunicaciones en el Ministerio de Ambiente y en el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), desempeñándose como asesor de despacho. Su trayectoria ha estado marcada por la polémica debido a su estilo confrontativo y lenguaje fuerte, lo que le ha generado críticas por parte de sectores de la oposición.
En el avión, además, se encontraba David Porras, un activista e influencer colombiano vinculado a diferentes figuras políticas de la región. Participó en la campaña presidencial de Rodolfo Hernández, pero luego se distanció y lo denunció por presuntas irregularidades. Más tarde, apareció en el programa del presidente venezolano Nicolás Maduro, «Con Maduro +», expresando opiniones favorables hacia su gobierno. Su presencia en fotos junto a Hernández y Maduro ha generado controversia por su cambiante alineación política, pues ahora es un defensor del Gobierno Petro.
Estos son unos de los 16 personajes más conocidos que iban en la tripulación, aunque también había periodistas de medios tradicionales como la emisora La FM, entre otros.
El avión
Aunque la foto publicada por Ninco Daza no debería generar polémica, hubo un detalle que no pasó desapercibido: el avión Embraer Legacy 600 que los llevó. De acuerdo con lo que se ha informado, cuatro días antes de que los influenciadores llegaran a Barranquilla, el ministro del Interior, Armando Benedetti, renovó un contrato con la Policía Nacional para dotar de vehículos aéreos que llevaran a él o a las personas autorizadas a diferentes lugares del país.
El contrato tiene una duración de 310 días, por un costo de 7 mil millones y, según el contrato que está disponible en la plataforma estatal Secop II, a la fecha se han ejecutado más de 35 horas de vuelo, equivalentes a 661 millones de pesos.
Pues bien, aunque ese contrato ha sido utilizado para movilizar al ministro Benedetti y a su comitiva a Ibagué, Mocoa y Villagarzón (Putumayo), Villavicencio, y Meseta (Meta), Cúcuta y La Gabarra (Norte de Santander), Popayán y López de Micay (Cauca), entre otros lugares del país, la foto de los influenciadores que llegaron para hacerle propaganda a Petro, no le cayó muy bien a la Contraloría.
La entidad, encabezada por el contralor Carlos Hernán Rodríguez, envió una carta al ministro Benedetti, dándole un plazo de dos días para responder a varias interrogantes sobre la financiación del vuelo de los influenciadores y otros contratos que firmó su cartera con RTVC para la realización de eventos.
“Con el fin de esclarecer posibles irregularidades detectadas a través de información difundida por medios de comunicación de alcance nacional”, se lee en la carta enviada por la Contraloría, donde además hacen las siguientes exigencias:
¿La aeronave utilizada en los hechos referenciados pertenece al inventario de la Policía Nacional?
¿Cuál es el tipo de aeronave utilizada (modelo, matrícula, unidad responsable)?
¿Cuál fue la finalidad oficial del vuelo realizado? ¿Corresponde a un acto misional? En caso afirmativo, ¿bajo qué justificación?
¿Quiénes fueron las personas transportadas en dicha aeronave? Se solicita especificar nombre, cargo o vinculación con la entidad (funcionarios, contratistas, particulares, etc.).
¿Cuál fue la autoridad o dependencia que autorizó el uso de la aeronave para este fin? ¿Con base en qué normatividad o acto administrativo?
¿Cuál fue el costo estimado del vuelo y con cargo a qué rubro presupuestal fue financiado?
Allegar copia del convenio, contrato o resolución por medio del cual se autorizó o justificó este vuelo.
La polémica se intensificó, además, porque varios medios de comunicación filtraron audios donde los pasajeros de esa tripulación se reían del escándalo ocasionado por su presencia en el evento del coliseo Elías Chegwin de Barranquilla liderado por el presidente Petro.
En los audios, conocidos por Semana, se escuchan risas y comentarios como “Todo lo que baja tiene que subir”; “A ese evento de hoy le faltó fue cervecita”. También discuten una estrategia comunicacional: “Lo lleno que estuvo, lo lleno que estuvo, eso es lo que hay que invadir las redes”.
El caso generó tanto revuelo, que hasta el propio jefe de Estado se refirió al asunto, defendiendo su posición ante los cuestionamientos de la directora del diario El Colombiano, Luz María Sierra.
“Hermana Luz María Sierra, periodista, no llevamos en las aeronaves oficiales, traquetos, sino periodistas. A los primeros no te causó extrañeza, a los segundos sí”, respondió el mandatario. Este incidente no solo cuestiona el manejo de contratos y recursos logísticos del Gobierno, sino que reabre un debate importante sobre el papel de los influenciadores en la política y los límites entre la información, el activismo y la publicidad con fondos públicos.
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