La palabra incumplida de Carlos Kauffman en Banplus
El corredor de Bolsa, José Gregorio Rangel tiene otra versión del affaire Banplus. Claro que hay documento firmado. Claro que hubo negociaciones. Claro que las conversaciones con los Pasariello comenzaron el 16 de diciembre de 2003. A Rangel no se le olvida la fecha. Y claro que los 2,4 millones de dólares que se adelantaron fue el pago de la inicial. No es que no haya habido compromiso, como dice Pasariello. Esa fue la inicial. Y, dice Rangel, tanto es así que «yo quise que se constituyera un fideicomiso, pero como el señor Pasariello insistió en que con su palabra bastaba, pues uno de mis socios compradores con eso se conformó. Con la palabra». Por ahí comienza Rangel y sigue. Cuenta que el documento firmado establece el espíritu de la venta. De la venta por parte de los Pasariello y de la compra por parte de un grupo encabezado por Rangel y otros accionistas como Carlos Kauffman y un fondo extranjero. Al establecerse el documento, se buscó a un tercero que hiciera los estudios del banco: Omar Marambio. Y Marambio inicia su trabajo. Hay que aclarar que el precio establecido fue de ocho millones de dólares, y los 2,4 fueron la inicial. El precio nunca iba a ser más de ocho porque de lo que se trataba era restar, de acuerdo al estudio, y no de sumarle al precio, porque siempre es así, siempre hay que ver los activos y siempre surge algo. En todo caso, dice Rangel, «quedamos en que lo que dijera Marambio fuera ley». Es así como Marambio entró a hacer su trabajo el 19 de enero. En el interín llega la información de que los Pasariello también poseen el off shore Pacific Bank por el que, presuntamente, captan dinero, parte en bolívares, que luego era acreditado a la cuenta de Pompilio Pasariello. Todo lo esto lo supo Rangel que de inmediato solicita una reunión otra vez con los Pasariello quienes, dice Rangel, no le niegan la información. La deuda de Banplus con el Pacific Bank sumarían entonces nueve millones de dólares. Dice Rangel que los Pasariello le reconocieron que eran depósitos de la familia, de la colonia italiana y otros clientes. Se pidió en consecuencia la opinión de Marambio. Y es que al principio se creía, dice Rangel, que se compraba un banco sano, pero con lo descubierto, cambiaba la situación. «Ustedes tienen un gran problema», fue lo que se dijo en su momento. Rangel pidió la devolución de dinero, o en todo caso, propueso que Marambio hiciera la auditoría para determinar el volumen del problema, y sacar del juego al Pacific Bank, y determinar el precio de Banplus. Ahí entonces se desencadenaron los otros acontecimientos. Después vino la nueva posición de no vender. Vino el affaire de la prisión de Julio César y Remo Pasariello. Pompilio se fugó y no se sabe dónde está. «Todo estaba preparado. Porque fíjate que se ponía el dinero a nombre de Pompilio para ahora decir que él es el único culpable. Por eso es que a Julio César y a Remo los libran de toda responsabilidad. Y aquí estamos», dice Rangel. ¿Y porque Pompilio se va y no aparece? Rangel tiene una explicación en la mano: Porque no es accionista del banco. De esa forma él es el único culpable de los reales traspasados a su cuenta. Así están las cosas. Ahora los compradores lo que piden es que se le dé cumplimiento al contrato. «Yo quiero que Marambio diga cuánto es lo que debo pagar por el banco. No es cierto que queremos comprar Banplus sólo por los 2,4 millones. Que lo diga Marambio. De lo contrario, entonces que los Pasariello me devuelvan los 2,4 millones de dólares de la cuota inicial más la cláusula penal que son otros 2,4 millones».
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