La verdad en tiempos de mentiras
La deshonestidad y la mentira son realidades incómodas pero omnipresentes en la sociedad moderna. Todos, en algún momento y en diferentes grados, hemos sido deshonestos. Este artículo no busca justificar las mentiras que causan daño, sino explorar la deshonestidad como un fenómeno complejo que se manifiesta en diversos ámbitos, desde el empresarial hasta el político. A través del análisis de casos como el de Elizabeth Holmes y las ideas de pensadores como Hannah Arendt y Václav Havel, este artículo busca comprender las motivaciones detrás de la mentira, sus implicaciones y, sobre todo, la importancia de la verdad como antídoto contra la deshonestidad sistémica.
Caso Elizabeth Holmes – Theranos
Hace algunos años tuve la oportunidad de leer un libro de Dan Ariely, estudioso empedernido de la conducta humana, titulado “The (Honest) Truth about Dishonesty: How We Lie to Everyone, Especially Ourselves”. Fue una lectura incómoda, pero aleccionadora, que muestra de manera cruda nuestros sesgos, muy humanos, que nos llevan a tener una conducta que traspasa la línea de la honestidad.
En línea con este tema, me tomé unas horas para ver el documental “The Dropout”, el cual aborda, de forma muy fiel, el caso de Elizabeth Holmes y su empresa Theranos. La empresa prometía que con apenas una gota de sangre se podía tener información detallada de la salud de las personas. Las mentiras y los engaños estuvieron desde el comienzo, y la variedad de perfiles de los engañados es inmensa. Editores de revistas, medios de comunicación, público en general, trabajadores, inversionistas, políticos, lista que incluye a una persona muy respetada que estuvo al frente del Departamento de Estado.
Pero ¿Qué llevó a Holmes a mentir de una manera tan descarada?. Hay varias ideas que se destacan en el documental:
Por supuesto que hay un asunto de ego. El deseo de ser percibida como una persona exitosa, la necesidad de sentirse respetada y admirada pudieron jugar un rol importante en la decisión de mentir y seguir con el engaño por el tiempo que fuese necesario.
La racionalización y el autoengaño. Este comportamiento es muy común, la racionalización es el proceso interno de elaborar ideas que buscan justificar determinadas acciones para internamente aliviar el peso de la realidad. En el caso del autoengaño, Holmes pudiese haberse convencido a sí misma que mágicamente sus mentiras se harían realidad.
La mentira como cultura empresarial. Si el entorno es deshonesto, las personas que hacen vida en él tenderán a aumentar sus niveles de deshonestidad. Las personas de Theranos asimilaron que esa era la manera de funcionar la empresa, y pocos, que los hubo, tuvieron la fortaleza moral de alzar su voz ante lo que ocurría.
Mentirosa patológica. No hay que descartar que Holmes tuviese una condición que la inclinara hacia la mentira de forma recurrente. Solo una pequeña parte de la población sufre de esta patología.
Hannah Arendt, verdad y mentira en la política
El poder es un gran estimulante para mentir. Lo que significa, las implicaciones de tenerlo hace que el nivel de deshonestidad y mentira de quienes interactúan en ese mundo, sea más elevado que en otras actividades de la sociedad. Hannah Arendt, pensadora multifacética, estudiosa del mundo político y del totalitarismo, desarrolló ideas valiosas sobre la mentira dentro de la política.
Tensión entre la verdad y la política. En el espacio político la verdad juega un rol secundario, detrás de la acción y la opinión. Es más importante lo que la gente opine, así esa opinión esté basada en la mentira. De hecho, el incentivo, entonces, se centra, no en la verdad, sino en cómo manipularla.
La mentira como herramienta. Históricamente esto ha pasado una y otra vez. La mentira es asumida como una herramienta necesaria y justificable. Los líderes y los gobiernos recurren a la mentira para alcanzar ciertos objetivos y ven a la verdad como un aspecto limitante y a la mentira como una herramienta que amplía su rango de acción.
La mentira dentro del totalitarismo. Un régimen autoritario busca eliminar cualquier dato, registro, información que pueda sustentar la verdad, para así minimizar la crítica pública tanto interna como externa. La mentira pasa a ser un principio político en estos sistemas.
Sin libertad a opinar. La mentira dentro de la política suele venir de la mano con el cercenamiento de la libertad de la opinión, para así allanar el camino de la imposición de una verdad única y manipulada.
Václav Havel, vida en la verdad
Havel fue un pensador y líder político checo que desarrolló una filosofía profunda y compleja alrededor del concepto de la verdad, especialmente en el contexto de la lucha contra el régimen comunista en Checoslovaquia, el cual, hecho que no debe asombrar, utilizó a la mentira, entre otras herramientos, para oprimir a la ciudadanía de ese país. Acá algunas de sus ideas:
La verdad como una forma de resistencia. Havel veía a la verdad como una forma de desafiar y deslegitimar a los regímenes autoritarios. Vivir en la verdad significaba rechazar la mentira sistemática del Estado y afirmar la propia individualidad, nuestra propia humanidad, incluso si se vive bajo condiciones de opresión. De esta manera, la verdad representaba un acto de resistencia no violenta.
La dimensión moral de la verdad. Tener a la verdad como una forma de vida implica asumir la responsabilidad personal y colectiva con miras a la creación de una sociedad más justa y humana.
La verdad como fundamento de la libertad y como fuerza transformadora: Havel creía que la libertad individual y la libertad de una sociedad estaban intrínsecamente ligadas a la búsqueda y defensa de la verdad. Por otro lado, la verdad tenía el poder de transformar tanto a las personas como a las sociedades. Al vivir en la verdad, las personas podían concientizar su valor individual, su dignidad y su capacidad de acción, y las sociedades, por su parte, podían superar las divisiones para abrir el paso hacia un futuro próspero.
Es crucial recordar el poder de la verdad como herramienta de resistencia, transformación y construcción de una sociedad más humana. Podemos elegir vivir en la verdad, asumiendo la responsabilidad individual y colectiva de desafiar la mentira sistémica y promover la honestidad en todos los ámbitos de nuestra vida. Solo a través de este compromiso con la verdad podremos aspirar a una sociedad más transparente, justa y libre.
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