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De los “Comacates” y otras ilusiones

De los “Comacates” y otras ilusiones

Ya desde hace tiempo, sobre todo en los últimos días de la campaña electoral, hemos escuchado reiterados llamado a la Fuerza Armada a ejercer su función originaria institucional  de defender al pueblo, a su voluntad y no a un partido o sector político y menos a la élite gobernante, como ocurre desde la llegada al poder de Hugo Chávez y el proceso de ideologización, puertas adentro. La experiencia nos ha hecho ver solo a una FANB politizada, a una cúpula que cumple instrucciones desde Miraflores. ¿Pero serán todos?  ¿O existe un porcentaje de militares capaces y decididos, entre los llamados “Comacates”-comandantes, mayores, capitanes y tenientes-, dispuestos a rescatar la Institucionalidad democrática?, de esos que no están enchufados, de esos que ven la realidad en las calles, la pobreza y falta de oportunidades, porque ellos mismos y sus familias la padecen.

Una vez le di trabajo a una joven, ayudante en las labores del hogar, que me dijo después de un año que renunciaba porque ella quería pertenecer a la Policía Nacional Bolivariana. Ante mi estupor, le pregunte, ¿qué te gusta de ser policía, ¿hay antecedentes en tu familia?, y me respondió: no, es que en la escuela me dan desayuno, almuerzo y cena, es decir: por hambre ¡Qué tristeza!

Según una fuente allegada al sector militar, que pidió no se ser identificada, por razones obvias, desde principios de este año se dio la orden, desde el alto gobierno, para generar en los cuarteles la matriz de opinión de que Maduro llevaba, como siempre dicen, una ventaja galopante en la contienda electoral que se avecinaba. Esto fue cumplido a cabalidad por la cúpula militar. Dieron cátedras de adoctrinamiento a las tropas con el mismo discurso de defender la revolución iniciada por el insepulto “Comandante eterno”.

Nos cuenta, además, que fueron obligados a crear cuentas y a seguir y darle like a las redes sociales de Nicolás y su séquito para aumentar sus números a juro. Incluso se instaló una sala al estilo “nazi” que monitorea el asunto y pasa informes al alto mando.

¿Es tiempo de lealtad?

La persecución es civil y también militar, por lo que las esperanzas están puestas, este domingo, en esa base castrense, pensante, que sufre igual que el pueblo y que los políticos, los verdaderos de oposición, cuyas familias también están afectadas por la desafortunada situación del país. Y son justamente ellos sobre quienes recae el mayor peso del Plan República. ¿Estarán a tono con la consigna: es tiempo de lealtad, que inició en los cuarteles y luego se extendió como lema de campaña?

Si en el helicoide hay un centro especial en la unidad educativa Alí Primera donde tendrán que ejercer su derecho al voto los funcionarios la Policía Nacional y allí también es la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia, preguntémonos – entonces – qué debe haber en Fuerte Tiuna, sólo por hablar de Caracas ¿Qué se dirá cuarteles adentro?

Las tensiones internas son evidentes y ya han sido advertidas. Además ha trascendido que para desplegar el Plan República en todo el país han tenido que echar mano de unos “milicianos” desnutridos y nada entrenados, como tampoco lo están las tropas medias, ni rasas, no hay equipos, no hay material y no hay instructores.

 Todo esto, para llenar huecos, porque no hay gente tampoco, hay merma en las tropas profesionales. Y los que están son vigilados, hasta el uso del teléfono puede constituir una traición, es por eso que los muchachos en las alcabalas por donde pasaban María Corina y Edmundo González, esbozaban una pequeña  pero significativa sonrisa, también cuidándose de algún sapo que los pudiera acusar de apátridas.

De manera que ya las cartas están echadas, los llamamientos hechos, falta esperar el resultado y la actuación de los militares a ver si los “Comacates” institucionales no son más que una ilusión.

La entrada De los “Comacates” y otras ilusiones se publicó primero en La Gran Aldea.

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