Venezolanos con miedo por fin de TPS: No sabemos qué pasará
Miles de venezolanos en EEUU enfrentan una creciente incertidumbre tras la decisión de la administración Trump de cancelar el TPS a partir de abril de 2025. Organizaciones y activistas luchan en los tribunales para frenar la medida y los beneficiarios buscan otras alternativas para permanecer en territorio estadounidense
Leonardo Reyes es un caraqueño de 32 años de edad que vive en Indiana, Estados Unidos, desde 2023; es su segunda migración, persiguiendo mejores oportunidades de vida para él y para su familia. Es un trabajador incansable. Está empleado en Costco y en un almacén de Amazon, pero además, hace entregas a domicilio para aprovechar cada oportunidad de generar ingresos antes del 7 de abril, fecha en la que su Estatus de Protección Temporal (TPS) expirará y, con él, su permiso de trabajo.
El miedo y la incertidumbre se apoderaron de Reyes al conocer que la administración de Donald Trump anuló la extensión del programa TPS que protegía de deportación a cientos de miles de migrantes venezolanos en EEUU: «Los primeros días, cuando salió la noticia, estaba bajo un estrés muy grande, no podía ni dormir. Dormía, pero sentía que no descansaba porque no sabemos qué va a pasar con nosotros», relata, vía telefónica, a TalCual.
Leonardo Reyes estudió Administración de Empresas en Venezuela y tenía una compañía de planes vacacionales y organización de eventos. Es padre de tres hijos, de 12, 10 y 8 años de edad. En las protestas de 2017 era un manifestante muy activo, junto a sus padres y hermanos, y en 2018 dice que recibió amenazas políticas; por lo que decidió salir de su país con rumbo a Ecuador, donde se residenció durante cinco años.
Ingresó a Estados Unidos con el programa de parole humanitario, gracias a la solicitud de una tía. Una vez allá, se acogió al Estatus de Protección Temporal (TPS), ahora, con la fecha de vencimiento inminente, su temor, al igual que el de muchos venezolanos, crece.
El TPS para venezolanos fue otorgado por la administración de Joe Biden en marzo de 2021, reconociendo la grave crisis humanitaria, política y económica en Venezuela. Unos 600.000 venezolanos recibieron este beneficio. No obstante, la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) de cancelar el TPS afecta aproximadamente a 348.000 venezolanos, quienes podrían perder su estatus legal y enfrentar deportaciones a partir del venidero mes de abril.
Reyes no solicitó asilo en Ecuador porque asegura que uno de sus mayores sueños es retornar a Venezuela. Sin embargo, y aunque no estaba en sus planes, ante su incierto futuro, tomó medidas y solicitó asilo en EEUU: «Aproveché y lo solicité porque paraliza el reloj de permanencia ilegal», explica. Su padre, de 53 años y quien reside con él, también pidió refugio en Norteamérica.
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Otra de las alternativas que Leonardo Reyes contempla es migrar a Canadá, aprovechando que está a seis horas de este país, pero admite que el proceso es complicado: «Canadá considera a Estados Unidos un país seguro. Para poder pedir asilo allá, necesito primero que me lo nieguen aquí», expone.
El documento de DHS dice que aunque en Venezuela algunas condiciones «pueden continuar», añade que «hay mejoras notables en varias áreas, como la economía, la salud pública y la delincuencia, que permiten que estos ciudadanos regresen de manera segura a su país de origen».
Contrario a lo que señala el gobierno de EEUU, Reyes recuerda que participaba activamente en las protestas antigubernamentales de 2017: «Trabajé en una universidad pública y protestaba regularmente. Ellos (el oficialismo) conocen las caras de las personas y te buscan donde estés», cuenta ante el temor de ser devuelto a su nación sin saber a qué se deberá enfrentar.
Suma que la situación del resto de su familia es abrumante. Su madre y su hermano menor (20 años) siguen en Venezuela y confiesa que viven «atemorizados» porque, además, «pasamos una situación difícil con un familiar después de las elecciones del 28 de julio».
Su otro hermano, que es comunicador social, está en Ciudad de México, esperaba por la cita del CBP One para ingresar a Estados Unidos y reencontrarse con Leonardo Reyes y su padre y, ante la suspensión de este programa, «ahora lucha por regularizarse y establecerse allí».
De la misma manera indica: «Mi mamá teme por su vida y la de mi hermano menor. No sabemos si en cualquier momento vayan en contra de ellos», dice con la voz entrecortada.
Estados Unidos ha deportado, en cuatro vuelos, a cientos de venezolanos, calificados de delincuentes, lo que aviva el miedo de Reyes. «No sabemos cuál es el recibimiento real, qué sucede dentro del avión antes de llegar allá. Para nosotros, que sentimos miedo de ser perseguidos, es aterrador (la idea de deportación)», confiesa.
Apoyo de los cercanos
Este caraqueño, oriundo de Caricuao, al suroeste de Caracas, cuenta que su jefe en Costco estuvo buscando opciones para ayudarlo y transferirlo a una tienda en Canadá, pero esta alternativa no es viable porque no puede optar —sin un estatus legal— a una visa de trabajo, además de que por ser almacenista no puede ser trasladado.
Leonardo Reyes narra que sus compañeros de trabajo también le han manifestado preocupación por su situación y le han ofrecido apoyo. «Me preguntan si necesito ayuda o algo y me dicen que si me quedo sin permiso de trabajo, cuento con ellos».
Añade que el gerente de la tienda le ha comentado que Estados Unidos «necesita más personas como yo, como la mayoría de los venezolanos, que somos trabajadores y resaltamos en cualquier puesto donde nos pongan porque nos gusta superar las expectativas de los jefes e ir más allá de lo que nos piden».
Reyes argumenta que los venezolanos y los demás extranjeros que viven en EEUU pagan impuestos y aportan a la economía de esa nación: «Creo que eso debería ser evaluado a la hora de tomar decisiones, porque no solo nos impacta a nosotros, sino también a Estados Unidos».
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La esperanza de Leonardo Reyes, al igual que la del resto de los venezolanos a los que se les vence el TPS en menos de un mes, reposa en las tres demandas que buscan impedir el fin del TPS. La primera en el estado de California, introducida por la Alianza Nacional TPS y ocho venezolanos contra la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, la segunda acción legal presentada por las organizaciones CASA y Make the Road New York, defensoras de migrantes, en un tribunal de Maryland, para impugnar la terminación del TPS para venezolanos, y una tercera presentada en Boston (Massachusetts), que incluye a los migrantes haitianos.
Aunque las autoridades de Estados Unidos no han dicho si la medida se extenderá para los demás venezolanos beneficiarios del TPS, se espera que los otros 250.000 pierdan su estatus en septiembre de este año, en vez de ser conservado hasta octubre de 2026.
Este caraqueño no ha visto redadas de migrantes en Indiana y afirma que «los policías están tranquilos»; en cualquier caso, enfatiza que cumple todas las leyes, en especial las de tránsito, para evitar ser parado por algún funcionario y exponerse más.
El miedo de Reyes no es solo por su futuro inmediato, sino por el de sus tres hijos, quienes viven en Ecuador con su madre y expone: «Cuando salí de Venezuela, nosotros literalmente no cenábamos para poder darles comida a ellos. Mi mayor deseo es reencontrame con mis hijos, traerlos a EEUU, pero ahora todo es más difícil», sentencia.
La secretaria de Seguridad Nacional justificó que con el TPS se permitió que «una población significativa de extranjeros inadmisibles o ilegales, sin un camino hacia un estatus migratorio legal, se establecieran en el interior de Estados Unidos»; sin embargo, Reyes sostiene que de poder decirle algo directamente al gobierno de EEUU, les pediría «que evalúen caso por caso y la realidad de Venezuela; muchos queremos regresar, pero cuando las condiciones sean realmente seguras».
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.
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