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¿Qué hacer en el corto plazo?

¿Qué hacer en el corto plazo?

Hace unas semanas me senté a ordenar unas cuantas ideas que tenía en la cabeza, a propósito de una entrevista que abordaba las medidas económicas necesarias que debía tomar un hipotético nuevo gobierno. Son muchas las propuestas que he leído, muchas las reuniones de discusión, por lo que la tarea de agrupación y ordenamiento no fue nada sencilla. Estos son los 5 lineamientos de acción que logré plasmar después del ejercicio.

1. Atención a la emergencia humanitaria

“Primero lo primero” es una muy popular frase gerencial, pero en este caso busca enfrentar los problemas más graves que tiene Venezuela. La emergencia es multidimensional, pero voy a citar tres.

En primer lugar, la emergencia alimentaria. Hoy una parte importante de los niños venezolanos tiene una talla inferior al promedio por largas y duras temporadas en las que no pudieron alimentarse debidamente. Esto requiere una intervención inmediata del Estado venezolano, junto con organismos multilaterales para minimizar los efectos de largo plazo en nuestra población infantil. 

En salud el panorama no es muy distinto. Enfermedades que fueron erradicadas décadas atrás, reaparecieron en los últimos años por deficientes campañas de vacunación, inoperancia de los centros de salud y una infraestructura en extremo deteriorada. Por otro lado, tenemos un rezago importante en procedimientos quirúrgicos de muchas personas que debieron realizarse hace meses y hasta años, y por diferentes razones eso ha sido imposible. Estas dos aristas deben atenderse de manera inmediata, y para poder lograr tal objetivo se hará necesario el trabajo conjunto del sector público como el privado. Estos son solo dos aspectos, de otros tantos que son parte de nuestra preocupante realidad.

Educación, que si bien no necesariamente pone en riesgo la vida del ciudadano en el corto plazo, su impacto en la vida social del país es de tal magnitud que puede considerarse como una emergencia de carácter humanitario. Un grupo importante de los niños venezolanos solo tienen dos días de clases, lo que restringe su capacidad de desarrollo cognitivo en esta etapa clave de sus vidas. La escasez de educadores, tanto por razones vocacionales como por un nivel de salarios de indigencia, el precario estado físico de las instalaciones, un pensum que no se adapta a los grandes cambios en materia educativa, servicios de electricidad y agua muy deficientes, forman parte de los problemas más relevantes a resolver en el corto y mediano plazo. Como les mencioné en materia de salud, esa solución tiene que involucrar tanto al sector público como al privado.

2. Inversión masiva en infraestructura y en servicios públicos

Después de largos años de desinversión, el déficit de infraestructura y de servicios públicos es inmenso. En el muy corto plazo, una parte importante de esa inversión tiene que estar enfocada en recuperar las instalaciones de salud y las educativas. Por otro lado, las vías de comunicación (carreteras, autopistas, etc) también deben estar en ese plan de recuperación de obras públicas. El objetivo principal, más allá de ser un asunto de sentido común, es crear redes de intercambio para facilitar el intercambio humano tanto social como comercial.

En línea con ese principio de creación y afinación de redes de servicio, entra la muy importante recuperación de los servicios públicos, tanto electricidad, agua, transporte, telefonía, Internet, etc. Sin ella, la recuperación de la economía y del bienestar del ciudadano tendrá un techo muy bajo.

Estas obras de gran envergadura requerirán de montos de financiamiento que hoy el Estado venezolano no tiene. Por ello hará falta una mezcla de inversión privada, tanto nacional como internacional, así como financiamiento de organismos multilaterales (Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento, el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros). Claro, previo a esto el gobierno venezolano entrante tendrá que hacer las diligencias pertinentes para el reingreso de Venezuela en el mundo multilateral.

3. Estabilización y expansión de la economía

La estabilización y el crecimiento son aspectos claves en el ascenso del bienestar del ciudadano venezolano, pero no será tarea sencilla. En primer lugar, hay que saber con precisión dónde estamos parados. El régimen actual demolió muchas de las instancias de información y estadística que tenía el país, y las que quedan, primordialmente solo le proporcionan la información de relevancia a los distintos círculos de poder.

En segundo lugar, tenemos una tarea que no solo abarca lo económico, también lo político y lo social: la reinstitucionalización del Estado venezolano. Sin instituciones sólidas, creíbles e inclusivas se hará imposible la generación de bienestar en los años por venir. Esto pasa, por ejemplo, por devolverle la autonomía al Banco Central de Venezuela, recuperar la figura del Presupuesto Nacional, entre otras tantas medidas. En tercer lugar, resolver la crisis financiera, en especial la externa. Venezuela no paga sus compromisos financieros desde 2017 y abordar el tema del default requiere urgencia y mucho tino.

La estabilización también involucra cambios en lo fiscal. Venezuela tiene que cumplir dos objetivos que parecieran contradictorios, además de estabilizar y crecer de manera síncrona: aumentar la recaudación fiscal e iniciar un proceso de simplificación tributaria. El crecimiento económico y el aumento de la base de contribuyentes serán los motores para lograr ambos objetivos.

Como último punto de esta sección, quiero resaltar la importancia de la propiedad privada para el próximo gobierno. La señal inicial debe ser clara e inequívoca. Es un Derecho Humano, y más allá de esta etiqueta, la propiedad es base fundamental para el libre desarrollo del ciudadano y por tanto, para el desarrollo de la nación. Por otro lado, ese cambio de postura será un aspecto de peso para generar confianza y atraer las inversiones que hoy requiere el país.

4. Seguridad territorial, de la propiedad y de la persona

Esta es una de las funciones ineludibles del Estado y que su incumplimiento lleva a la fragilidad del mismo. La generación de confianza, ya mencionada en el punto anterior, requiere que el Estado tenga completo dominio del territorio nacional, que sea la autoridad en cada rincón del país. Hoy esto no es así. 

Además, el Estado también tiene que velar por la seguridad de la propiedad de sus ciudadanos. Las invasiones, por ejemplo, fueron prácticas muy dañinas que desincentivaron la actividad económica en muchas zonas en las que años atrás eran pujantes y llenas de dinamismo. Esos abusos en contra de la propiedad no solo vinieron de particulares, sino que tuvo su origen en el mismo Estado, que se erigió como un gran propietario a través de expropiaciones injustificadas y confiscaciones.

Y en tercer lugar, la seguridad de la ciudadanía. Si bien los índices delictivos han disminuido de manera importante, la razón no necesariamente esté en políticas de Estado ejecutadas, sino por la misma debacle económica. En un ambiente de crecimiento robusto, cuando delinquir pueda ser nuevamente “negocio”, allí es cuando los organismos de seguridad (con salarios mejorados y adecuados) deben hacer sentir su peso.

5. Avanzar hacia un Estado eficiente

Venezuela se ubica entre los últimos lugares en lo que a burocracia se refiere. Es un Estado enorme e ineficiente, con muchos procesos que dificulta no solo la actividad económica, sino la cotidianidad misma del ciudadano. Dentro de la administración pública existe personal muy competente, que intenta hacer su trabajo, pero el mismo diseño de funcionamiento impide que puedan aportar todo su potencial. No solo tienen que convivir con personal que poco hace presencia en sus puestos de trabajo, sino que la carga de labores tienen que realizarla por salarios muy bajos. 

El Estado, por otro lado, tiene que estar al servicio de la gente, no de las personas que están en el poder o las que tienen vínculos con este. Debe ser un Estado que sirva a todos por igual, sin privilegios.

Por último, la figura de e-government debe quedar cada día más afianzada en la administración pública. Estonia sería un muy buen ejemplo a estudiar y tratar de aplicar buena parte de sus iniciativas al respecto, eso sí, tomando en cuenta las características particulares de Venezuela.

Estos son los cinco lineamientos que quedaron de esa disertación mental. Hay una serie de medidas más detalladas y puntuales que el gobierno entrante tendrá que definir e implementar. Tarea ardua.

Quedan por fuera, por los momentos, otros asuntos importantísimos que no son del ámbito de gobierno, sino más bien de Estado: La Transición y la Reforma del Estado,

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.

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