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Qué beneficios ofrecen las corporativas más allá del salario

Qué beneficios ofrecen las corporativas más allá del salario

En una economía que pudiera volver a entrar a recesión y donde el Estado, que es el principal empleador, impulsa una política de bonificaciones sin incidencia en el salario, son las empresas del mercado corporativo las que pueden brindar beneficios de transporte, alimentación, seguro médico o salarios de calidad, pero este es un segmento muy pequeño y disponible para un número reducido de trabajadores

Proyecciones de crecimiento económico limitadas a raíz de la incertidumbre política, un poder adquisitivo mermado y un salario mínimo que permanece “congelado” desde 2022 son parte de la realidad a la que se enfrentan con “precaución” las empresas, mientras buscan opciones que le permitan ofrecer incentivos adicionales a los trabajadores.

En ese mundo laboral están las compañías que pertenecen al mercado corporativo, que ofrecen a los empleados salarios de calidad, formalidad y beneficios que en el país son considerados un «lujo» como, por ejemplo, seguros médicos o la alimentación.

Dentro de las estrategias que aplican algunas empresas es que les permiten a los trabajadores incluir a sus familiares pagando una parte de la prima. Otras incentivan el consumo ofreciendo descuentos en los productos que fabrican para que los puedan adquirir o a través de obsequios mensuales.

Las consultoras que miden al sector corporativo explican que en las empresas pasa lo mismo que en el país: hay desigualdad, ninguna es homogénea y la realidad es tan atípica que no se les puede comparar con sus pares de la región, incluso cuando se trata de multinacionales. Estas empresas pertenecen a los sectores de alimentos, salud, cuidado personal, farmacia, retail y tecnología.

Daniella Acosta, gerente de Negocios en PGA Group, una consultora local que asesora a las empresas para potenciar el desarrollo del talento humano, explica que pocas compañías en Venezuela se parecen entre sí. “El mercado venezolano no se parece a ningún otro país, en otros países no existen las ayudas, en este sí, ayuda por útiles escolares, ayuda de Navidad”.

La especialista indica a TalCual que en un país cambiante como Venezuela, que justo atraviesa una crisis política y social, las empresas nacionales son más ágiles en su estructura y en la manera en la que diseñan sus políticas de beneficios, a diferencia de las multinacionales que deben regirse por sus regulaciones y estándares internacionales.

Las empresas venezolanas se adaptan en la medida en que el país se lo permite. En ese sentido, Acosta señala que así como hay compañías que pueden pagar 100% del salario en divisas, hay otras donde todo el pago es en bolívares. “Estamos entre los extremos, cuando hay picos de crecimiento hay prácticas similares y cuando no, hacen lo que pueden y en ese hacen lo que pueden hay desniveles en las prácticas de cada una”, dice.

Acosta apunta además que estas empresas hacen pagos extras anuales o semestrales y que hay un momento en el año donde hacen un depósito «gordo» anual, que se convierte en una especie de aguinaldo para los empleados. «El trabajador no espera el aguinaldo sino que espera ese bono, así tratan de compensar, algunas lo pagan en noviembre, otras en febrero». 

Iván Acosta, director ejecutivo de PGA Group, explica que estas empresas pertenecen a un mercado exclusivo y privilegiado, que garantizan formalidad a los trabajadores, donde se ha visto un aumento en el componente salarial, ya sea en bolívares o en dólares, así como también beneficios más personalizados. Por otro lado, indica que estas compañías tienen un problema y es que la gente no les rota, no se les va, precisamente por los beneficios que brindan.

Las perspectivas económicas para cierre de año no son alentadoras. Un informe de octubre del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES-UCAB) advierte que la situación de incertidumbre política generada a partir de las elecciones presidenciales del 28 de julio de este año, posiblemente hace temer que el país no vaya a contar con el apoyo financiero internacional tan necesario para destrabar la falta de profundidad en la dinámica de crecimiento y que la inestabilidad política interna puede terminar deteriorando fuertemente las expectativas. 

En eso coincide el director ejecutivo de PGA Group, quien apunta que para 2025 el escenario no es promisorio para las empresas, por lo que prevé que mantengan una estrategia muy conservadora, incluso en la contratación de nuevos talentos, pues señala que las medidas que se tomen en el país sobre el tema salarial y de regulación tendrán impacto en la forma en que estas reaccionen.

*Lea también: Crisis política limita operatividad de 13% de las empresas del país

Cuatro beneficios a la batuta

Entre los beneficios reflejados en las mediciones de PGA Group -basadas solo en un mercado corporativo- están los de alimentación, que es adicional al bono de ley, para todos los colaboradores, 80% de las empresas emplea esta práctica. El servicio de comedor es otro, especialmente para aquellas que tienen plantas industriales, donde brindan el almuerzo o dependiendo de los turnos pueden ofrecer desayuno o cena y además está guiado por un nutricionista.

La salud, figura de segunda entre los beneficios, a través de asistencia y seguros médicos. Un 60% de las empresas permite que el grupo familiar de los trabajadores esté incluido en la póliza de salud, bajo la modalidad contributiva, por ejemplo, deben pagar 50% de la prima del esposo o esposa. Un servicio que gana relevancia en un país donde los servicios de salud pública son casi inexistentes.

De tercero está el transporte. Las empresas lo brindan para que los empleados lleguen de manera oportuna, también puede ser mediante el apoyo para el pago de estacionamiento, bonificación por utilizar el vehículo para asistir a eventos de la empresa, mientras que en la parte premium pueden darle un carro al gerente o directivo.

De cuarta está una práctica que promueve el consumo entre los trabajadores, 85% de estas empresas otorga productos que estas elaboran, la cesta de obsequio equivale a unos 60 dólares al mes, otra política es dar descuentos para la compra de los productos que fabrican.

A juicio de Marien Luy, directora de Negocios e Inteligencia de Mercado en PGA Group, lo que ocurre en este mercado no es homogéneo y no hay una tendencia única, pues todo dependerá de los resultados financieros de las compañías. 

Una política estatal de bonificación

El gobierno nacional no aumenta el salario mínimo desde mayo de 2022, que se mantiene en unos $3,5 al mes calculados a la tasa oficial, pese a las múltiples peticiones de trabajadores y jubilados para que eleve esta asignación, por el contrario sostiene una política de bonos. Solo entre el 9 y el 10 de octubre el Gobierno asignó cuatro bonos.

Uno llamado Bono de corresponsabilidad y formación equivalente a 115 dólares para funcionarios de la administración pública de nómina especial, donde el monto varía de acuerdo a las funciones y también varía dependiendo del organismo público. El otro fue un bono de Navidad equivalente a $4,78, el Bono beca universitaria por $5,37 y el de beca de enseñanza media por $3,58. 

La economista Tamara Herrera considera que retomar la ruta de la salarización en el país es un evento relevante que debiera ocurrir como parte de una visión integral del régimen laboral venezolano. No obstante, apunta que «no se van a lograr aumentos dignos del salario ni a una evolución sana de estos con el actual sistema», bajo el cual ni el sector público, ni el privado están en capacidad financiera de cumplir a cabalidad con él.

Desde los gremios de trabajadores piden al Gobierno llevar a salario alguno de los bonos. Por ejemplo, este 10 de octubre la Federación Venezolana de Maestros (FVM) exhortó a las autoridades a que el bono contra la guerra económica que perciben los trabajadores del sector público, pase a ser el monto de salario mínimo para que esta bonificación tenga incidencia en el pago de los aguinaldos de este año. Una petición que se ha hecho en el pasado y que sigue sin respuestas.

Marien Luy recuerda que la incorporación de bonificaciones en el país es una práctica desde hace más de 10 años. “Si sigue la economía como va, creemos que se van a seguir manteniendo los bonos, en algún momento pensamos que venía lo que era la ruta de la salarización y era un poco convertir todos esos bonos en salario, pero la economía no ayudó a que eso fuese así y las empresas otra vez dejaron un grupo de esos elementos de pago con carácter salarial y otra parte sin carácter salarial”.

Firmas como FocusEconomics estimaban que la economía venezolana crecería 4% en 2024, sin embargo, los principales motores como el petrolero o el de la construcción siguen sin despegar, de hecho, pese a los esfuerzos por aumentar la producción de crudo la nación sigue sin tocar el ansiado millón de barriles diarios, aunque cada vez se acerca más. A eso se suman las protestas poselectorales de agosto y la crisis de legitimidad que atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro.

El informe de coyuntura de IIES-UCAB advierte que la economía no crece al mismo ritmo que a principio de año y que de seguir la incertidumbre y la inestabilidad política esta podría entrar en recesión para 2025.

Salarios en el sector privado

Los salarios que en el sector privado son en promedio de 183 dólares al mes para un obrero, según una encuesta de Fedecámaras de septiembre de este año, pese a ser muy superiores a los del sector público, siguen siendo insuficientes para hacerle frente a gastos de alimentación, arriendo, entre otros, en un país donde la canasta básica es de más de 500 dólares.

La encuesta de Fedecámaras muestra que el personal obrero gana en promedio $183. El salario más elevado está en la manufactura, donde un obrero gana $226, un profesional $447 y un gerente $974.

En una cadena de comida rápida un empleado gana alrededor de 200 dólares al mes, según datos que pudo conocer TalCual.

Otro nicho con salarios más altos es el de la construcción, aquí un obrero gana $250, un profesional $584 y un gerente $741. Mientras que en el sector comercial un obrero percibe $152, un profesional $292 y un gerente $526.

La Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida 2023 advertía que la pobreza de ingreso sigue siendo uno de los grandes escándalos que padece la sociedad venezolana. «Pero más allá del ingreso persisten muchos esquemas de carencias que repercuten sobre la calidad de vida de los hogares. Algunas de esas carencias son tan importantes que no hay forma de que un ingreso, por muy elevado que sea, pueda subsanarlas».  

Jóvenes en el mercado laboral

Astrid* de 30 años es una de esas venezolanas que ha logrado emplearse en un mercado corporativo. También pertenece a esa población que llegó a tener hasta tres empleos para poder mantenerse en una ciudad costosa como Caracas. Sin embargo, dice que su situación mejoró en el último año y ahora gana más del salario de sus tres trabajos anteriores juntos. La joven trabaja como gerente en una ensambladora de motocicletas, donde gana 2.500 dólares al mes.

A esa compañía llegó hace cuatro meses por crecimiento profesional. Astrid comenta que una de las cosas que valora es estar en lugares que le permitan desarrollar su carrera en términos profesionales y económicos. “Valoro que sea una empresa reconocida a nivel nacional y que me brinde estabilidad, pues ya estoy en mis 30. A los 20 años me importaba un ambiente no tan rígido, pero ya ahorita me importan otras cosas”.

Para la joven también se ha hecho más llevadera la situación desde que se casó y comparte gastos con su pareja. Por otro lado, apunta que valora tener un seguro médico, vacaciones pagas y un salario competitivo.

«Cosas que también valoro y aún no tengo sería acceso a créditos, a través del sistema bancario no hay, pero creo que hay empresas que pueden comenzar a oficializar políticas de ese tipo para sus empleados y eso es algo que no tengo y tampoco conozco a empresas que lo hagan”, expresa Astrid.

Daniella Acosta, gerente en PGA Group, comenta que promueven en sus consultorías beneficios diferenciados, por ejemplo, tomar en cuenta la población, las edades, en ese sentido, aconsejan hacer una preselección sobre qué quiere cada empleado, además, apunta que actualmente las empresas tienen tres generaciones activas laboralmente, algo a considerar.

«Estas generaciones tienen necesidades diferentes y valoran cosas diferentes; las empresas no pueden darle una cosa a cada colaborador, pero te puedes manejar por rango, por preselecciones», explica.

Dentro del mercado laboral también están quienes no cuentan con los beneficios de ley, como es el caso de *Enrique de 29 años, quien dice que su trabajo le ofrece un salario digno, no obstante, es por honorarios profesionales, así que no espera utilidades para finales de año.

Entre sus sueños está gozar de un seguro médico, que incluya a sus padres, tener vacaciones porque su contrato no lo incluye y que se respeten los horarios, pues dice que comienza antes y termina mucho después, igual que sus compañeros. 

*Los nombres fueron cambiados por petición de los entrevistados.

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