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¿Hay una negociación detrás de la salida del país de Edmundo González?

¿Hay una negociación detrás de la salida del país de Edmundo González?

Mireya Rodríguez, exparlamentaria y especialista en negociación y resolución de conflictos, explica que una negociación se trata de un proceso de diálogo y acuerdos entre actores políticos. Por su parte, el embajador Milos Alcalay cita la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas para afirmar que estos beneficios son de carácter humano y no deben negociarse

Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria, salió del país el pasado sábado 7 de septiembre. No hay mayor información de cómo se consumó el viaje del abanderado opositor a España, país al que le pidió asilo político. Voceros del ejecutivo venezolano y del español se han desmentido entre sí en torno a si la salida del aspirante a la presidencia fue producto de una negociación o no.

Por un lado, el ministro de Relaciones Exteriores de España, José Manuel Albares, dijo el pasado 9 de septiembre, casi 48 horas después de conocerse la salida del país del opositor, que no hubo negociación ni se hizo exigencia a las autoridades venezolanas para facilitar la salida del aspirante presidencial. En entrevista a Onda Cero, indicó que los únicos contactos que se hicieron sobre este aspecto fueron de carácter operativo para permitir el aterrizaje del avión de la Fuerza Aérea Española a fin de llevar hasta suelo ibérico a González Urrutia.

La vicepresidenta Delcy Rodríguez rechazó las declaraciones del diplomático. Dijo que «la falsaria no es buena consejera» y aseveró que sí se dieron contactos entre Caracas y Madrid para operativizar la salida del aspirante presidencial opositor «con las plenas garantías que ofrece un salvoconducto, producto del acuerdo entre ambos gobiernos».

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Diosdado Cabello también cuestionó lo dicho por el canciller Español.  «Es extraño que diga esas cosas porque se contradice con los hechos», añadió. «¿Cómo llega a Venezuela un avión del gobierno español, de la Fuerza Aérea? Eso significa que nos invadieron; fue algo conversado y trabajado, aunque él no quiera usar el término «negociado». Venezuela es un país que respeta el derecho internacional y el derecho al asilo de las personas», expresó el ministro.

¿Qué es una negociación?

Para aclarar qué fue lo que realmente sucedió y los posibles términos de la conversación entre ambos gobiernos, se realizó un TalCualVerifica consultando a especialistas en el tema, quienes explicaron de qué se trata una negociación política y el contexto en el que se producen.

Mireya Rodríguez, exparlamentaria y especialista en negociación y resolución de conflictos, explica que se trata de un proceso de diálogo y acuerdos entre actores políticos —como gobiernos, partidos, grupos de interés, o líderes de movimientos sociales— que buscan resolver conflictos, gestionar diferencias, o alcanzar objetivos comunes en el ámbito de la política pública, la gobernanza o la toma de decisiones.

«Las negociaciones políticas pueden incluir temas como reformas constitucionales, acuerdos de paz, alianzas electorales, distribución de recursos, o formación de coaliciones de gobierno. Este tipo de negociación es especialmente compleja, ya que a menudo involucra múltiples intereses, dinámicas de poder, factores internos y externos, y un alto grado de incertidumbre», describe.

Sobre el tema, el politólogo Jesús Castellano, comenta que una negociación implica un esfuerzo de buscar acuerdos que beneficien o al menos no perjudiquen a las partes involucradas. Agrega que lo que generalmente se conoce, y lo más confiable, es la información suscrita por las partes.

«Cuando existen discrepancias en las versiones de las partes en una negociación, lo recomendable es tener cautela porque inclusive esas declaraciones tienen intenciones dentro de la negociación», menciona.

¿Los asilos se negocian?

El embajador venezolano Milos Alcalay explica que la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas, establece como necesario que un Estado ofrezca salvoconductos a personas que han solicitado asilo político y que se encuentran hospedados en una embajada.

«Esto aplica para el caso de Edmundo González Urrutia e incluso los dirigentes que están en la embajada Argentina que hoy custodia la legación de Brasil», comenta.

Alcalay subraya que «no es posible una negociación para un asilo político», sino que es una obligación del Estado cumplir y darle salvoconducto a las personas para que salgan del país.

«En una dictadura pueden buscar mecanismos de negociación que son chantajes, que va en contra del derecho humanitario (…) El ponerse de acuerdo para otorgar el permiso para que aterrice el avión militar no es una negociación. Y el otorgamiento de un salvoconducto tampoco. Es una obligación que deriva de un Tratado», dice.

Con la postura de Alcalay coincide Rodríguez, quien señala que los asilos políticos, en principio, no deberían ser objeto de negociación ya que están fundamentados en principios de derecho internacional y humanitario. Comenta que estos se conceden con base en la protección de los derechos humanos de personas que son perseguidas por razones políticas, religiosas, étnicas, de género u otras, y buscan refugio en otro país.

«Sin embargo, en la práctica, los asilos políticos pueden verse afectados por negociaciones diplomáticas entre Estados, especialmente cuando involucran a figuras de alto perfil o en contextos de conflicto internacional», apunta.

Aunque el asilo se fundamenta en razones humanitarias y de protección, la realidad política -agrega- a veces lo sitúa en el ámbito de la negociación, especialmente cuando hay implicaciones estratégicas o intereses en juego.

La salida de Edmundo González a España, dada su situación legal y el hecho de estar siendo solicitado por la fiscalía, necesariamente implicó algún tipo de negociación.

«En un contexto como el venezolano, donde el régimen tiene un control estricto sobre las instituciones y las salidas del país, resulta improbable que González pudiera haber abandonado Venezuela sin algún nivel de acuerdo. Estas negociaciones pueden involucrar acuerdos discretos que permiten salidas seguras a cambio de concesiones políticas, reducción de tensiones, o simplemente para evitar mayores confrontaciones en un momento determinado», sostiene Rodríguez.

 

¿Qué propicia una negociación?

De acuerdo con Rodríguez, para que un proceso pueda considerarse una negociación, deben estar presentes varios elementos esenciales, entre ellos menciona:

Intereses contrapuestos: Las partes involucradas deben tener intereses que, aunque sean diferentes, puedan ser compatibles. «Cada parte busca obtener un beneficio o evitar una pérdida», expone.
Voluntad de las partes: Sin la disposición a negociar, el proceso no puede desarrollarse.
Comunicación: La negociación implica un proceso bidireccional de comunicación, donde las partes intercambian propuestas, argumentos, y contrapropuestas.
Flexibilidad: Las partes deben estar dispuestas a ceder en ciertos aspectos para encontrar puntos de encuentro, ya que implica un proceso de concesiones mutuas.
Objetivo común: Aunque los intereses iniciales sean diferentes, el proceso de negociación se orienta hacia la búsqueda de un objetivo común o una solución que sea aceptable para todas las partes.
Poder de decisión: Las partes deben tener la capacidad y el poder para tomar decisiones vinculantes y comprometerse a cumplir los acuerdos alcanzados.

 

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