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¿Qué va a pasar el martes 5 de noviembre en Estados Unidos?

¿Qué va a pasar el martes 5 de noviembre en Estados Unidos?

La respuesta sencilla: todas las encuestas (y la historia reciente) apuntan a un resultado muy parejo entre Harris (D) y Trump (R). No será sorpresa si gana uno o gana el otro. Las encuestas ponen a Harris ligeramente arriba de Trump, pero como la mayoría recordará, el resultado no depende del voto nacional, sino de los votos del “Colegio Electoral».

En resumen, el Colegio Electoral es la suma de los 50 estados y Washington, DC. Cada una de las entidades concede un número específico de votos al candidato que gane la elección en esa región. Este número de votos es proporcional a la población de cada estado: quien gane California, el más poblado, se lleva 54 votos, mientras que los ganadores de estados más pequeños, como Maine o Wyoming, se llevan solo tres. El detalle está en que la ventaja con la que el candidato gane un estado no tiene relevancia en el Colegio Electoral: si ganas California 80% a 20% o si lo ganas 51% a 49% te llevas los mismos 54 votos. 

Cuando se acumulan los votos del Colegio Electoral con los resultados en estos 51 ‘circuitos’, el nuevo presidente será quien sume al menos 270 de los 538 votos. El enfoque de las campañas ha estado fundamentalmente en siete entidades, porque el resultado ahí, según encuestas e historia reciente, es realmente incierto. En las demás, desde Nueva York a Alabama o de Texas a Oregon, se presume que ganará Harris o triunfará Trump con cierta holgura.

Los estados clave

Estos siete estados clave se pueden dividir en dos grupos: los del norte (o de la región de los Grandes Lagos): Pensilvania, Michigan y Wisconsin, y los del sur: Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada. Los tres del norte en las últimas décadas han votado casi siempre por demócratas a la presidencia, pero en 2016 Trump sorprendió y derrotó a Clinton en los tres, llevándolo a la Casa Blanca. Son estados con una proporción de población blanca por encima del promedio nacional y con economías que, en general, han sufrido más que otras regiones del país en el siglo XXI.

Los del sur, en cambio, han sido mayormente estados republicanos (a excepción de Nevada) en las últimas décadas. Biden llegó a la Casa Blanca tras las elecciones en 2020 tras recuperar los tres estados del norte, y a su vez llevarse Nevada y, por primera vez en el siglo para los Demócratas, Arizona y Georgia. Los del sur son estados con gran proporción de votantes afroamericanos o latinos y con economías crecientes en las últimas décadas. Esto ha aumentado el porcentaje de graduados universitarios en su población, y de ‘migrantes’ provenientes de otros estados.

Si Harris gana los tres del norte, y no hay sorpresas en el resto del país, será presidenta electa. Si Trump se ‘roba’ uno de los del norte (Pensilvania pareciera ser el más propenso) y mantiene Carolina del Sur y Georgia, casi seguramente regresará a la Casa Blanca.

El proceso electoral

Pero el Colegio Electoral no es la única rareza de la elección presidencial. Unido a él, viene el control, por parte de los estados, del proceso. Las reglas sobre cuándo y cómo votar pueden cambiar significativamente entre un estado y otro. Por ejemplo, en ocho estados del país y Washington, DC, todo ciudadano mayor de 18 años recibe en su correo la papeleta de votación. En Georgia, se calcula que más del 80% del total de votos se habrán emitido antes del 5 de noviembre. En cambio, en otros, como Delaware o Arkansas, hay que demostrar alguna razón de peso para poder votar por correo.

Esto tiene también un impacto a la hora de contar los votos y publicar los resultados. Algunos estados permiten que sus funcionarios electorales procesen y cuenten los votos días antes de la elección, mientras que otros solo pueden iniciar el proceso el mismo día de la contienda. En Pensilvania y Wisconsin, por ejemplo, millones enviarán sus votos por correo, pero los votos no se pueden empezar a procesar sino hasta el 5 de noviembre. Procesar y contar los votos por correo toma más tiempo, por lo que si la elección en esos dos estados está realmente pareja (y lo ha estado en 2016 y 2020), podrían pasar horas, y probablemente uno o más días, para poder confirmar quién ha ganado el estado… y quizás la presidencia.

¿Por qué son los medios los que anuncian al ganador?

Cerrados los centros de votación, empezaremos a ver los primeros resultados en cada uno de los estados, la noche del martes 5 de noviembre. Pero quizás sorprenda ver que son los propios medios de comunicación (CNN, Fox, NBC, o la agencia AP, etc) los que “proyectan” ganadores, incluso antes de que se vean los primeros datos oficiales.

Esto es, como lo mencionan, una proyección. No es una declaración oficial del ganador. Se hace en base a análisis que prepara cada uno de estos medios, que incluyen historia electoral reciente, encuestas previas a la elección, y exit polls. En estados con resultados más reñidos, la proyección se hace solamente cuando un porcentaje significativo de votos ha sido contado y publicado por las autoridades y en base a cálculos sobre cuántos votos más faltan por contar. Pero al final, la declaración oficial de quién ganó cada estado, la hacen las autoridades de ese estado.

Posibles controversias

En 2020, Donald Trump dijo desde la noche del martes electoral que él había ganado la elección y que un fraude estaba en marcha. Eso no era cierto, pero Trump presionó a autoridades en los distintos niveles para intentar conseguir un resultado favorable. A pesar de que su intento fracasó, funcionarios nacionales y estadales tomaron medidas en los últimos cuatro años para reducir aún más las posibilidades de algún intento de fraude de este tipo.

Por ejemplo, el Congreso de Estados Unidos reformó una ley electoral para que sean los gobernadores, y no las legislaturas de cada estado, los que confirmen los resultados electorales y envíen al Congreso nacional los votos de su estado en el Colegio Electoral. Esto, en parte, porque las legislaturas suelen ser más partidistas que el gobernador, usualmente más moderado. En 2020, los gobernadores incluso republicanos, rechazaron tajantemente las peticiones de Trump de ‘ayudarlo’ post-elección, mientras que algunos miembros de legislaturas estadales se mostraron abiertos a hacerlo.

Para esta elección, de los siete estados más peleados, cinco tienen gobernadores demócratas y solo dos republicanos (Georgia y Nevada). En ambos casos, los gobernadores republicanos han rechazado las denuncias de Trump sobre fraude en 2020.

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.

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