Reuters: Empresarios reflejan polarización política en Venezuela
23 / NOV / 2009 — 05:27 PM | Mientras un sector del empresariado privado en Venezuela ve un sombrío panorama para sus negocios por las crecientes medidas regulatorias del Gobierno, otro ve en ellas un mayor beneficio para su futuro a pesar de la recesión económica.
La disparidad en el punto de vista refleja en parte la alta polarización política en torno al presidente Hugo Chávez, un militar retirado que busca convertir al productor de petróleo desde un país “capitalista” a un país “socialista”.
Durante su década en el poder, el gobernante ha nacionalizado decenas de empresas, que van desde multimillonarios proyectos petroleros hasta torrefactoras de café, argumentando que el Estado debe manejar los recursos estratégicos para garantizar su desarrollo soberano.
Algunas de las más importantes estatizaciones, que sacaron del juego a grandes empresas foráneas, junto a más controles de precios y de cambios, han contribuido a crear un clima de inestabilidad jurídica que ha reducido la inversión extranjera.
“La causa fundamental de la crisis que tiene el sector manufacturero es los continuos ataques que no cesan y el cerco completo que tiene la industria por las diferentes medidas gubernamentales”, dijo Carlos Larrazábal, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Conindustria.
La economía venezolana se contrajo un 4,5 por ciento en el tercer trimestre del 2009, su segundo período consecutivo en terreno negativo, con lo que entró técnicamente en recesión. La actividad manufacturera se contrajo un 9,2 por ciento y la del comercio un 11,5 por ciento.
Pero pese al panorama adverso, Chávez insiste en que Venezuela será una “potencia” dentro de unos años, cuando logre diversificar su dependiente economía petrolera, una promesa electoral que no ha logrado cumplir.
A pesar de que el crudo es el mayor generador de divisas del país, el sector petrolero representa un 11,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), inferior a la contribución de la actividad manufacturera, del 15,4 por ciento, al tiempo que el comercio pesa un 10,2 por ciento.
PAIS DE OPORTUNIDADES
A la inseguridad jurídica que esgrimen empresarios y analistas se ha sumado la creciente inseguridad personal -que según sondeos es la principal preocupación de la población-, en medio de un aumento de la violencia y de los secuestros.
No obstante, otro grupo de empresarios ve una oportunidad en las políticas gubernamentales y defiende la tesis de Chávez, de que el Estado debe controlar los sectores estratégicos.
“Hemos venido insistiendo en que la mejor política económica es una eficiente política social, creemos que no hay riesgos para la empresa en Venezuela, lo que hay es nuevas condiciones y nuevas reglas de juego”, dijo Miguel Pérez Abad, presidente de la Federación de Micros, Pequeñas y Medianas Industrias, Fedeindustria, que agrupa a unas 3.800 firmas.
Chávez ha usado el petróleo para financiar su revolución, otorgando subsidios pero con débil inversión en infraestructura de sectores claves como el de servicios públicos, que han derivado en racionamientos de electricidad y agua.
La ausencia de indicadores oficiales ha llevado a los polarizados sectores empresariales a manejar cifras disímiles sobre la creación de empresas o la desaparición de otras.
Mientras los gremios que se sienten afectados estiman que en la última década ha desaparecido una tercera parte de las firmas, otros sectores manifiestan que las empresas se han multiplicado bajo otros esquemas de propiedad, como las cooperativas.
Pérez resaltó que los empresarios se han beneficiado de un mayor y más barato acceso a financiamiento de la banca con tasas de interés bajas reguladas por el Gobierno, así como programas de compras del Estado.
“Una mejor distribución de la riqueza nacional ha ayudado a que el mercado interno crezca de manera determinante en los últimos 10 años, lo que ha brindado condiciones muy favorables para el desarrollo industrial del país”, opinó el dirigente.
Pero las nacionalizaciones y el cierre de empresas han ahuyentado al capital externo privado, llevando al país de 28 millones de habitantes a depender cada vez más de las importaciones, que entre enero y septiembre de este año totalizaron 30.032 millones de dólares.
“Básicamente cada día producimos menos y esa es una triste realidad, cada día somos más propensos a activar una economía de puerto y esto ha hecho que la inflación nos esté arropando”, dijo Fernando Morgado, presidente del Consejo Nacional del Comercio y sus Servicios, Consecomercio.
Nelson Bocanegra
Reuters
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