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Mujeres Presas Políticas en Venezuela: Entre Propaganda y Violación de Derechos Humanos

Mujeres Presas Políticas en Venezuela: Entre Propaganda y Violación de Derechos Humanos

Mientras organizaciones de DDHH denunciaron tratos crueles contra mujeres detenidas por motivos políticos en Venezuela, el aparato comunicacional de la administración de Nicolás Maduro lanza una narrativa propagandística sobre supuestos “avances” en la protección de sus derechos, ocultando la realidad de los abusos.

La Hora de Venezuela

En Venezuela, el Estado mantiene un ecosistema comunicacional que busca imponer la idea de un país “modelo” en materia de derechos de las mujeres. Durante fechas conmemorativas, como el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que recuerda a las hermanas Mirabal —activistas dominicanas asesinadas en 1960 por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo—, la propaganda oficial se intensifica: ministerios, medios públicos y cuentas institucionales difunden mensajes que celebran supuestos avances, omitiendo deliberadamente denuncias, cifras y casos de violencia institucional.

Ese discurso, sostenido por la maquinaria mediática estatal y reforzado por la censura que limita el acceso a información independiente, contrasta de forma frontal con la realidad que documentan organizaciones de derechos humanos. Esa realidad incluye desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas, aislamiento y tratos crueles contra mujeres.

En Venezuela, más de 180 mujeres están actualmente encarceladas por motivos políticos y otras 24 permanecen desaparecidas, según organizaciones como Provea y el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Muchas enfrentan no solo persecución, sino también humillación, invisibilización y condiciones degradantes dentro del sistema penitenciario.

El 25 de noviembre, mientras el Estado celebraba “logros” en materia de género, familiares, activistas y organizaciones venezolanas convocaron protestas físicas y digitales para denunciar la situación de las presas políticas. La campaña digital ciudadana bajo el hashtag #EllasNoEstánSolas alcanzó un pico de al menos 288 menciones, en redes, donde los usuarios compartieron cifras, testimonios y denuncias sobre torturas, desapariciones y condiciones degradantes.

La narrativa oficial: un modelo en derechos de las mujeres

Mientras organizaciones ciudadanas denunciaban desapariciones forzadas, torturas, detenciones arbitrarias y patrones de violencia institucional contra mujeres, el ecosistema mediático oficial desplegó una narrativa completamente opuesta. En VTV, Venezuela News y Telesur predominaron contenidos que presentaban al gobierno de Nicolás Maduro como líder en la prevención y erradicación de la violencia de género, apoyados en actos oficiales, declaraciones y notas celebratorias.

A la par, la cuenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Instagram publicó más de 10 piezas propagandísticas en un solo día: videos institucionales, ceremonias, discursos, reconocimientos y mensajes que exaltaban supuestos avances judiciales en materia de protección a la mujer. Todo con una estética y un lenguaje orientados a reforzar la imagen de un Estado activo y comprometido con la defensa de los derechos de las venezolanas.

 

En ninguna de estas comunicaciones oficiales se mencionó a las mujeres presas políticas, ni las denuncias de violencia institucional, ni los señalamientos sobre desapariciones forzadas, aislamiento, torturas o tratos degradantes. Tampoco hubo referencia a los casos emblemáticos que familiares, ONG y activistas llevaron al espacio público durante la fecha.

En paralelo, medios alineados al discurso del Estado, como Carupanero.com, cubrieron eventos oficiales que transformaron la conmemoración de la violencia en un festival de parrandas y danzas, generando una profunda disonancia con la realidad de las cárceles y la situación de las mujeres presas políticas. En la Plaza Bolívar, por ejemplo, se celebró el festival «Alegría con nombre de mujer», conmemorando el segundo aniversario de la Gran Misión Venezuela Mujer.

 

El Ministerio de la Mujer y cuentas regionales de otros entes aprovecharon estos actos para legitimar al TSJ, presentándose como garante de derechos en foros teóricos, mientras en Táchira, el encendido de luces violetas liderado por la esposa del gobernador, Karem Durán de Bernal, se presentó como un gesto de concientización, reduciendo la violencia de género a un elemento estético y despolitizado.

 

En conjunto, estas prácticas muestran cómo el oficialismo venezolano transforma conmemoraciones y políticas de género en un espectáculo propagandístico, ocultando la violencia institucional y la represión, y construyendo una narrativa que, en la superficie, celebra avances y protección, mientras en la realidad las denuncias de derechos humanos continúan siendo ignoradas.

Más de 180 mujeres encarceladas por motivos políticos

Las denuncias de Provea, el OVP y familiares de las detenidas convergen en un diagnóstico contundente: las mujeres privadas de libertad por motivos políticos en Venezuela enfrentan una doble violencia. A la persecución estatal que las detiene arbitrariamente, las procesa sin garantías o las hace desaparecer por días o semanas, se suma una violencia de género marcada por tratos humillantes, protocolos indignos, aislamiento e invisibilización dentro del sistema penitenciario.

Los relatos recopilados durante las actividades del 25 de noviembre describen un patrón que se repite. Revisiones vejatorias, restricciones absurdas para permitir visitas, intimidación permanente y castigos por razones políticas. “Nos humillan, maltratan, ofenden y someten a situaciones vergonzosas”, denunció la madre de Carla Silva, detenida desde 2020 por conocer a alguien vinculado al caso Gedeón. Otras familias alertaron que las mujeres quedan sistemáticamente fuera de los procesos de excarcelación: “Cada vez que hay liberaciones, salen hombres. Ellas no”, reclamó una madre.

Los casos emblemáticos ilustran la amplitud del patrón. Yanin Pernía, condenada a 30 años por el caso del supuesto magnicidio con drones en 2018, tiene un año sin recibir visitas porque el INOF impide el acceso a quienes no son familiares directos. La joven fue convertida en símbolo de aislamiento y castigo. El caso de Génesis Riera, detenida en condiciones precarias y con denuncias de tortura, también fue ampliamente mencionado durante la jornada. Y lo mismo ocurre con Emirlendris Benítez, víctima de violencia sexual, torturas y severos daños físicos mientras estuvo en custodia del Estado, según reportes de organizaciones de derechos humanos.

Casos más recientes, como el de Ruth Morales —detenida frente a sus hijas de 8 y 10 años en Guárico por participar en una protesta— muestran cómo la criminalización alcanza a mujeres jóvenes que exigen derechos básicos. Su hermana insistió en el carácter político de su detención y en la crudeza del impacto familiar: “Mi mamá, con 60 años, se hace cargo de las niñas. Ruth no es una criminal. Es inocente.”

La lista incluye también a adultas mayores y a una menor de edad entre las 182 mujeres presas y las 24 desaparecidas, configurando un panorama alarmante que organizaciones han descrito como una política de Estado. Cada uno de estos casos fue visibilizado y amplificado durante el tuitazo #EllasNoEstánSolas, donde familiares, activistas y ciudadanos exigieron la liberación inmediata de todas las mujeres encarceladas por razones políticas.

*Lea también: Mujeres protestan por liberación inmediata de presas políticas: 24 están desaparecidas

#EllasNoEstánSolas: protesta física y digital

Una jornada convocada por organizaciones de derechos humanos y familiares de presas políticas logró movilizar tanto las calles como las redes sociales. El Comité para la Libertad de los Presos Políticos (Clippve) impulsó un pancartazo frente a la sede de Naciones Unidas en Caracas, donde mujeres, activistas y parientes levantaron fotografías, nombres y testimonios de las detenidas. Las imágenes de alas de mariposa —en homenaje a las hermanas Mirabal— y de familiares sosteniendo retratos de sus hijas, hermanas o nueras marcaron una protesta cargada de simbolismo. La acción se replicó en Madrid, Buenos Aires y Quito, ampliando el reclamo más allá de las fronteras venezolanas.

 

En paralelo, la convocatoria detonó una conversación digital intensa, marcada por picos abruptos, narrativas contrapuestas y una fuerte disputa por el sentido de la efeméride.

El volumen de menciones, monitoreado a través de un ejercicio de escucha social sobre la protesta y la conversación digital en torno al 25 de noviembre, evidencia un comportamiento claramente coyuntural. Registramos más de 500 menciones durante el período analizado, con un punto máximo el 25 de noviembre, cuando alcanzó 288 menciones, muy por encima del promedio diario del mes, que rara vez superó las 15.

Ese pico estuvo precedido por un aumento el 23 de noviembre (76 menciones), asociado a convocatorias anticipadas del tuitazo, y por un remanente el 26 de noviembre (90 menciones). Sin embargo, el interés cayó casi de inmediato: para el día 27 ya había descendido a 19 menciones y en los días posteriores se redujo a cifras de un solo dígito.

 

Fue una conversación intensa, pero brebe, sostenida casi exclusivamente por la fuerza simbólica de la fecha y la movilización de familiares y activistas.

En el detalle, la narrativa estuvo dominada por términos de denuncia política antes que por el eslogan de campaña. Expresiones como “mujeres presas políticas” y “presas políticas en Venezuela” concentraron más del 40% del total de menciones, mostrando que la conversación giró en torno a las condiciones carcelarias y la violencia institucional, no tanto a etiquetas formales. Incluso la mención específica a “180 mujeres”, relacionada con la cifra de detenidas, superó al propio hashtag #EllasNoEstánSolas, que representó el 13% del total.

La distribución por plataformas aporta otra clave de lectura. X concentró el 43% de las menciones, desplazando a Facebook al segundo lugar con un 30.3%, seguido por Instagram (23.1%). TikTok, en contraste, tuvo una presencia marginal (3.6%). Este predominio de X resulta especialmente significativo si se considera que la plataforma continúa bloqueada en Venezuela.

 

En TikTok, aunque la etiqueta #EllasNoEstánSolas estuvo en la mayoría del contenido que analizamos (55% de los videos), fue la que tuvo peor desempeño: 693 visualizaciones y 35 likes en promedio. En contraste, la narrativa informativa y de denuncia —sobre todo bajo la palabra clave “presas políticas en Venezuela”— fue la que realmente conectó con la audiencia: obtuvo 6.756 visualizaciones en promedio y más de 600 likes, casi 10 veces más que la campaña. También los videos sobre la cifra “180 mujeres” lograron un alcance significativo (5.404 visualizaciones en promedio), confirmando que el usuario de TikTok conectó con la denuncia antes que con el activismo simbólico.

Los videos de la sociedad civil se centraron en documentar torturas, desapariciones forzadas, condiciones sanitarias críticas y testimonios de familiares. Activistas como Melanio Escobar, creadoras como Osnelli Murat y medios como VPITV impulsaron los mensajes más contundentes: cifras verificadas, relatos de violencia sexual, negligencia médica y aislamiento prolongado.

@vpitv La activista venezolana Sairam Rivas advirtió que la situación de las presas políticas en Venezuela alcanzó niveles críticos, al denunciar que más de 180 mujeres permanecian detenidas bajo tratos degradantes y patrones sistemáticos de abuso. Rivas destacó que “queremos visibilizar a las más de 180 presas políticas que hay en este momento en Venezuela”, al precisar que existen “182 mujeres detenidas, según nuetros registros, 169 venezolanas, 3 extranjeras y 10 de doble nacionalidad”, quienes habrían sido sometidas a “distintos tratos crueles e inhumano que van contra la integridad de la mujer”. #Mujer #PresosPoliticos #Venezuela #Tortura #Viral ♬ sonido original – VPITV

 

Del otro lado, el oficialismo replicó la narrativa propagandística en sus videos: festivales como “Alegría con nombre de mujer”, jornadas de gestión social, actos municipales y contenidos educativos totalmente desvinculados de la crisis carcelaria.

Entre los actores que reforzaron esta línea oficial destacaron perfiles y medios afines al PSUV: Nerio Rico, que presentó una jornada del programa “0800 Bigote” como logro de la Gran Misión Venezuela Mujer; el portal Carupanero.com, que promovió el festival “Alegría con nombre de mujer” bajo un tono festivo; y cuentas como sanchezsanchez559, que mostraron actividades de alcaldías y del PSUV como expresiones de “sororidad” y gestión revolucionaria.

En conjunto, estos contenidos consolidaron una atmósfera de celebración institucional que borró deliberadamente cualquier referencia a las denuncias y a la crisis carcelaria visibilizada el 25N.

@carupanero.com #VenezuelaMujer Benítez celebró el II Aniversario de la Gran Misión Venezuela Mujer con festival cultural y productivo CARUPANERO.COM El Pilar.- Este 25 de noviembre, la Plaza Bolívar del municipio Benítez se vistió de gala para el festival «Alegría con nombre de mujer», evento que conmemoró el segundo aniversario de la Gran Misión Venezuela Mujer y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La jornada reunió a las 14 comunas de la jurisdicción, quienes exhibieron sus parrandas, danzas y muestras de emprendimiento productivo. Marilyn Subero, primera combatiente y representante de la misión, destacó la fortaleza local: «Las mujeres somos el pilar fundamental de los pueblos. Hoy las 14 comunas representan dignamente nuestro municipio, demostrando que estamos empoderadas y a la vanguardia», afirmó, instando a erradicar la violencia de género. Durante el acto se rindió homenaje a la cultora Omaira Rodríguez, conocida como «La Chicharra de Güatamare». A través de su canto, hizo un llamado a la conciencia, pidiendo «que cese el abuso de la mujer» y abogando también por la protección ambiental, al rechazar la tala y la quema, y enfatizar el cuidado de los manantiales. Finalmente, Carmen Lozada, representante del Vértice 3 (Emprendimiento), explicó que el evento es el resultado de un proceso de selección comunal, permitiendo hoy «disfrutar del trabajo de parranda, emprendimiento y danza» que realizan las mujeres beniteñas, reafirmando su rol protagónico en la sociedad. #Benítez #MujerEmprendedora #25Noviembre #AltoALaViolencia ♬ sonido original – CARUPANERO.COM

La conversación digital evidenció un contraste claro: mientras se visibilizaban abusos, torturas y desapariciones por parte de los ciudadanos; la efeméride fue reducida a propaganda y celebraciones oficiales, desconectadas de la violencia que enfrentan las mujeres presas políticas en Venezuela.

 

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

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