La caída de EPK: El ocaso de un gigante de la moda infantil en Colombia y sus lecciones empresariales
Su dueño, Samuel Tcherassi, propietario de EPK Colombia, pasó de la cima al desplome tras una pelea de marca con un fondo gringo y la SIC acaba de darle la estocada final.
El empresario barranquillero Samuel Tcherassi se la jugó toda durante casi 20 años para salvar su empresa de ropa infantil EPK pero finalmente las cosas no le salieron. Igual a su hermana Silvia, la exitosa diseñadora que está volando internacionalmente, siempre quiso montar un gigante multinacional y todo pintaba que así sería logrando montar 70 tiendas y ventas hasta por $ 167 mil millones en 2018.
Tcherassi se asoció en 2006 con Luis González, formaron Inversiones Plas, nombre tomado de las iniciales de Patrick, Luis, Álvaro y Samuel, y trajeron a Colombia la marca EPK. La tarea de Tcherassi era la de montar la cadena de tiendas, por medio de un acuerdo verbal de franquicia con la compañía titular de la marca, EPK Brands, y durante una década le hundió el acelerador hasta lograr un crecimiento exponencial con ventas récord en el creciente mercado de la ropa infantil.
Después de romper relaciones con el fondo Bridgewood Capital, Samuel Tcherassi fundó epeka en 2020, pero perdió la pelea de marca, que lo obligó a cerrar su marca.
EPK, fundada en Venezuela en 2001, buscaba que la ropa infantil con diseño moderno y con una buena relación precio/calidad llegara a un mercado de consumidores amplio que accediera a diseños europeos con precios asequibles en Latinoamérica. Fundada en 2001 por Patrick Leret y Álvaro Roche Cisneros, quien traía la experiencia de una familia de empresarios exitosos, como hijo de Marión Cisneros, única hermana del magnate Gustavo Cisneros. Arrancó con 31 tiendas en Venezuela y operación a través de franquicias en 12 países: Brasil, República Dominicana y Colombia.
Los hermanos Tcherassi supieron combinar confección, moda y negocios
Silvia, hermana de Samuel Tcherassi, fundó en 1990 Altamoda SAS. Barranquillera pero formada profesionalmente en Medellín, donde conoció a su esposo Mauricio Espinosa, quien ha sido el motor empresarial de la marca, una compañía dedicada a la comercialización nacional e internacionalmente de moda femenina y de hogar. Sus hijos, Sofía y Mauricio ya están vinculados al emporio familiar.
Samuel seguía los pasos de su hermana, hasta que en 2017 un conflicto de propiedad de marca se convirtió en el obstáculo mayor. El acuerdo de franquicia verbal que tenían se complicó con repercusiones jurídicas cuando su socio Patrick Leret vendió su parte a Bridgewood Capital Inc, un fondo de inversión norteamericano en el que poseía un porcentaje sustancialmente mayor. A pesar del apoyo de Álvaro Roche Cisneros a Tcherassi, quien reconoció su representación legal y derechos de comercialización sobre la marca en Colombia, y acusando a Bridgewood de ser una sociedad de papel, nada detuvo el conflicto legal por el uso y comercialización de la marca EPK y este se prolongó durante casi siete años, con su correspondiente desgaste administrativo y costos legales.
En 2020, Samuel Tcherassi decidió a través de su empresa Akmios, lanzar una nueva marca, EPEKA, con una inversión de USD 20 millones y romper relaciones comerciales con Bridgewood Capital. Sin embargo, Bridgewood, argumentó que EPEKA era demasiado similar a su marca EPK, y generaba confusión en el mercado, vulnerando los derechos de la marca que Beachwood Capital considera de su propiedad, lo que llevó a nuevas batallas legales.
En la lucha legal entre Samuel Tcherassi y el fondo estadounidense Bridgewood Capital se vieron envueltos tribunales, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y la Superintendencia de Industria y Comercio – SIC en cabeza de Andrés Barreto, quien ocupó el cargo los cuatro años del gobierno Duque. En 2021, la SIC falló a favor del fondo de inversión, pero la disputa continuó con una serie de sentencias, autos y recursos de apelación que enredaron el asunto.
En julio de 2023, con María del Socorro Pimienta como cabeza de la SIC, ya en el gobierno Petro, esta desestimó la impugnación de Samuel Tcherassi y ratificó los derechos de la marca EPK a Bridgewood Capital, ordenando el retiro de productos y publicidad de EPK en el mercado nacional. Esta decisión llevó a que EPK cerrara sus tienda en los centros comerciales de las principales ciudades del país y detuviera la comercialización de sus productos a través de su página web.
Sin embargo, en enero de 2024, en respuesta a los recursos de reposición interpuestos por Samuel Tcherassi, la SIC revocó la decisión tomada por el propio órgano de control en julio de 2023 y le restableció plenamente la capacidad y libertad operativa a la empresa de Tcherassi.
La victoria de Samuel Tcherassi con su marca de ropa para niños Epeka: recuperó sus almacenes
Sin embargo, con la llegada de Cielo Rusinque a la Superintendencia se frustró las pretensiones de resurrección empresarial de Tcherassi, cuando un nuevo fallo en agosto de 2024, cerró el tema: la SIC regresó a la decisión del 2021 en cabeza de Barreto y reconoció nuevamente los derechos de Bridgewood y ordenó cesar el uso y explotación del signo EPEKA, así como de cualquier otro similarmente confundible.
Su apuesta por una nueva marca no funcionó.
Samuel Tcherassi decidió no continuar arriesgando su prestigio en luchas legales y abandonar su apego a una marca que había atravesado tantos problemas jurídicos y decidió reinventarse con una nueva marca, Akmios, sin ningún tipo de inconveniente jurídico, especialmente en los países productores como China, Vietnam, Hong Kong e India.
Pero la jugada no le funcionó. El negocio no marchó según lo esperado, y los últimos estados financieros reportados con corte al 31 de diciembre de 2023 mostraban que Akmios S.A.S. tenía activos por $70.673 millones y pasivos por $174.304 millones, cifras que reflejaban la delicada situación en la que se encontraba la empresa, por lo que entró en un proceso de reorganización en la Superintendencia de Sociedades.
El año pasado inició un escalonado proceso de cierre, dejando de despachar pedidos en la web y cerrando sus puntos físicos que solo en Bogotá operaban en cinco centros comerciales. En el mes de agosto de 2025, Samuel Tcherassi tomó la decisión de no continuar con el proceso de reorganización y le pidió al juez del concurso la apertura del respectivo proceso de liquidación. El barranquillero tiró la toalla y la superintendente Cielo Rusinque tomó cartas en el asunto y confirmó la apertura del proceso de liquidación judicial de Akmios S.A.S. este 25 de agosto.




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