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El fin del apartheid: una lucha compleja y su legado en Sudáfrica

El fin del apartheid: una lucha compleja y su legado en Sudáfrica

El apartheid fue el sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia que estuvo en vigor entre 1948 y 1992. Este sistema consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales como académicos o recreativos, para los diferentes grupos raciales, manteniendo el poder exclusivo de las personas de piel blanca para ejercer el voto y prohibiendo matrimonios o incluso relaciones sexuales entre blancos y negros. Su propósito era conservar el poder para la minoría blanca (21% de la población), que de otra manera habría perdido su posición de privilegio.

Antes de la victoria del Partido Nacional en 1948, las personas negras podían votar, aunque con muchas restricciones. En teoría, el sistema se basaba en la división de los diferentes grupos raciales para promover el «desarrollo». Toda esta movida estaba dirigida por la raza blanca, que instauró una serie de leyes que cubrían, en general, aspectos sociales. Se hacía una clasificación racial de acuerdo a la apariencia, la aceptación social o la ascendencia. Este nuevo sistema provocó revoluciones y resistencias de los ciudadanos no blancos del país. Con el apartheid, la población no blanca fue discriminada y obligada a vivir en determinados territorios (conocidos como “bantustanes”), perdió sus derechos de ciudadanía, sufrió persecuciones y restricciones, y vio limitado su acceso a la educación, la salud y el ejercicio profesional.

Cuando se creó la Unión Sudafricana, los afrikáners de origen neerlandés impusieron su visión racista y establecieron la supremacía de la población blanca, negando el derecho a votar, trabajar en la administración pública y ser elegidos como representantes en el Parlamento. En ese momento, los blancos constituían el 21% de la población total, mientras que la raza negra alcanzaba casi el 69%, los mestizos el 8.5% y los asiáticos el 1.5%.

En 1948, el Partido Nacional asumió el gobierno de la Unión Sudafricana con Daniel François Malan como Primer Ministro. Malan era el máximo exponente del nacionalismo afrikáner. La plataforma política que defendió fue que los derechos de la población no blanca se limitaran y los privilegios de la población blanca crecieran. Esto se logró mediante diversas leyes de segregación civil, geográfica, laboral, política, económica, social y educativa. La resistencia contra la ideología de segregación racial comenzó desde que se implementaron las primeras medidas a inicios del siglo XX.

Cuando se fundó la Unión Sudafricana y los grupos afrikáners lograron negar los derechos políticos de la población negra, surgieron movimientos de protesta, y comenzaron a organizarse los primeros grupos que defendían la igualdad de derechos. En estos años, LA RESISTENCIA FUE PACÍFICA y estuvo enfocada a luchar contra medidas específicas, como la Ley de Tierras (1913) que comenzó la segregación geográfica de la población y la Ley de Nativos/Áreas Urbanas (1923).

Sin embargo, en 1944, Walter Sisulu, Oliver Tambo y Nelson Mandela crearon un ala más radical dentro del Congreso Nacional Africano (CNA), que se convirtió en la plataforma para la renovación del partido. En 1948, Mandela fue nombrado vicepresidente del CNA. Cuando el Partido Nacional llegó al poder con la campaña segregacionista de Malan, el CNA buscó promover de manera masiva la manifestación en contra de los ataques a los derechos de los sudafricanos negros. Sus líderes convocaron a la población a realizar diversos boicots y huelgas contra el gobierno, bajo lo que se conoció como una campaña de desobediencia civil. Sin embargo, el gobierno afrikáner reprimió las manifestaciones y promulgó nuevas leyes para contener la política (como la Ley de Supresión del Comunismo) con el fin de prohibir las actividades de resistencia.

En 1955, el CNA se alió con distintas organizaciones políticas de oposición y firmaron una Carta de Libertad, que promovía la creación de un Estado plurirracial que eliminara totalmente la segregación. El gobierno denunció esta actividad como “comunista” y arrestó a los líderes de la oposición. En 1960, un grupo de resistencia organizó una manifestación en Sharpeville para protestar contra la obligación de portar “pases” que habilitaran el tránsito de las personas negras. La manifestación terminó en una masacre a manos de la represión policial: 69 personas fallecieron y más de 180 resultaron heridas. Todas las víctimas eran negras.

Luego, de manera inmediata, el CNA y otras organizaciones que luchaban por los derechos de la población negra fueron ilegalizadas. La masacre de Sharpeville llevó a que los grupos de resistencia cambiaran de estrategia y ABANDONARAN LA LUCHA PACÍFICA. Se inició una era de LUCHA ARMADA contra las fuerzas gubernamentales. El llamado a la desobediencia civil se convirtió en un llamado a la violencia contra el gobierno. Los diferentes grupos de la oposición comenzaron a ver la violencia como el único medio de enfrentarse a la opresión del gobierno y, en este contexto, se crearon distintas organizaciones guerrilleras. Entre las más reconocidas, se encuentra la “Lanza de la Nación” creada por NELSON MANDELA (vicepresidente del CNA). Sin embargo, el alcance de estos grupos guerrilleros fue muy limitado, ya que carecían de recursos, armamento y técnicas suficientes para enfrentarse a la policía estatal.

En 1963, el gobierno proclamó el “estado de emergencia” y habilitó el arresto de personas sin orden judicial. En julio, la ola se amplió y la policía encarceló a 18,000 manifestantes. Los líderes de la resistencia fueron llevados a prisión, entre ellos estaba Mandela. Al año siguiente, Mandela y otros 7 líderes políticos fueron condenados a prisión perpetua. En 1974, el gobierno del Partido Nacional aprobó una ley que establecía la obligación de que en todas las escuelas se hablara el idioma afrikáans, que era la lengua de la opresión blanca.

Dos años más tarde, las escuelas de Soweto se declararon en huelga contra la implementación de la lengua blanca. La marcha organizada por los estudiantes terminó en violencia. Mientras los estudiantes negros lanzaban piedras a la policía, esta disparaba con armas de fuego. La masacre de Soweto, en la que murieron más de 500 negros menores de edad, generó una ola de violencia en toda Sudáfrica. La consecuencia de la masacre de Soweto fue una RADICALIZACIÓN GENERAL DE LA LUCHA VIOLENTA contra el gobierno del apartheid. Por un lado, muchos militantes se exiliaron con el objetivo de conseguir entrenamiento táctico y militar. Por otro lado, los grupos guerrilleros comenzaron a actuar de manera autónoma generando ataques terroristas en edificios de gobierno e instalaciones públicas.

En 1977, Steve Biko fue detenido, arrestado y torturado hasta la muerte. Se convirtió en un mártir y símbolo de la lucha armada que una nueva generación de jóvenes negros comenzó bajo el lema “liberación antes que educación”. Durante la década de 1980, la resistencia contra el apartheid se mantuvo a través de ataques de los grupos guerrilleros. Con la lucha de estos años, se demostró que, aunque los grupos guerrilleros no podían derrotar al gobierno, las autoridades tampoco podían reprimir la rebelión ni eliminar las protestas de los sudafricanos.

En ese contexto, el gobierno decidió abolir una serie de leyes segregacionistas, como la prohibición de matrimonios interraciales. Sin embargo, esas medidas eran insuficientes, ya que no atacaban la desigualdad real que generaba el sistema. Durante la década de 1970, a las potencias occidentales les resultó cada vez más difícil justificar su apoyo al gobierno del Partido Nacional ante la opinión pública, incluso presentando a Sudáfrica como bastión contra el comunismo. Esto llevó a que el país comenzara a estar cada vez más aislado de la comunidad internacional y ser objeto de grandes sanciones internacionales.

En 1984, Desmond Tutu (un clérigo pacifista sudafricano) fue premiado con el Nobel de la Paz por su lucha contra el apartheid. En ese contexto, la opinión popular de las sociedades occidentales empezó a condenar de manera explícita el segregacionismo sudafricano. Los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido se vieron obligados a limitar sus relaciones con Sudáfrica y censurar públicamente las políticas discriminatorias. A finales de la década de 1980, Sudáfrica entró en una profunda crisis económica y el gobierno del Partido Nacional se vio gravemente debilitado. Los disturbios constantes de la lucha de resistencia generaban un estado de violencia en las calles y el gobierno había demostrado que no pudo detenerlos, aún después de décadas de represión. El sistema económico de Sudáfrica entró en crisis. El principal ingreso del país era la exportación de oro, platino y diamantes.

Sin embargo, durante la década de 1980, el precio de los minerales descendió y la exportación se detuvo, lo que causó una grave recesión. Por otro lado, la mayoría de la población sudafricana era negra, y el sistema productivo segregacionista la condenaba a permanecer como mano de obra barata, por lo que Sudáfrica no tenía un mercado interno nacional que pudiera mantener la circulación económica. En medio de esta crisis, en 1988, el presidente de Sudáfrica, Pieter W. Botha, sufrió un ataque cerebral y fue reemplazado en 1989 por el ministro Frederik de Klerk.

De Klerk era un político conservador del Partido Nacional, pero creía que la situación que atravesaba Sudáfrica solo podía revertirse con la abolición del apartheid, pues ya no contaba con el apoyo internacional de Estados Unidos y la violencia interna era incontrolable. Por lo tanto, cuando asumió el gobierno, de Klerk inició el proceso de abolición del apartheid: anunció la eliminación de las leyes discriminatorias, derogó la prohibición del CNA, proclamó la liberación de Nelson Mandela, que, aunque estaba en prisión desde 1963, seguía siendo uno de los principales líderes de la resistencia. Esta situación levantó el estado de emergencia. El 11 de febrero de 1990, Mandela y otros 11 líderes del CNA fueron liberados. Entre 1990 y 1991, se eliminaron todas las leyes segregacionistas y, en su lugar, se reorganizó el sistema para la participación política de la población negra.

Ante las críticas de algunos sectores conservadores, de Klerk convocó un referéndum en 1992 para que la población blanca ratificara su apoyo al gobierno en el desmantelamiento del apartheid. Este fue el último evento en el que votó exclusivamente la población blanca, y casi el 70% lo hizo a favor de terminar con la discriminación. Por otro lado, el gobierno estableció mesas de negociación con el CNA y otros grupos de resistencia, con el objetivo de determinar el camino hacia la creación de un Estado democrático plurirracial. Hacia 1993, las partes lograron llegar a un acuerdo y sentaron las bases para la nueva constitución nacional.

En abril de 1994, se realizaron elecciones libres, con plena participación de toda la población sudafricana. Fue la primera vez en la historia del país que la población negra pudo ejercer su derecho a votar. El CNA ganó las elecciones y Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro del país, comenzando el proceso de reconciliación en la sociedad sudafricana dentro de una democracia libre.

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