Stalin González, el negociador de la presidencial
En toda negociación hace falta, al menos, un buen negociador. En el caso de Manuel Rosales y Un Nuevo Tiempo (UNT), ese hombre ha sido Stalin González.
Fuentes de distintos partidos de la Plataforma Unitaria (PU) no sólo confirman el nuevo rol de quien fuera diputado y presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, sino que permiten también recrear algunos de los pasos de González en los últimos tiempos hasta la postulación de Rosales ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para las presidenciales del 28 de julio.
“En este momento de los temas de la presidencial, él es el único que habla con el gobierno. Todo pasa por él”, resume una de las fuentes consultadas que pidió reservar su identidad.
González tiene un canal de comunicación directo con la cúpula del gobierno de Maduro, al margen de la negociación que tiene la PU con el chavismo bajo la mediación del Reino de Noruega.
“Salvo la prórroga para que la tarjeta de la unidad pudiera postular a Edmundo González, todo lo demás ha sido con Stalin”, sostuvo otra de las fuentes, que también accedió a conversar bajo la condición del anonimato.
Un dirigente político del Zulia explicó que desde hace más de un año Stalin González y Manuel Rosales han diseñado los escenarios y posibilidades de la candidatura presidencial del Gobernador del Zulia, operando a lo interno de la oposición con partidos como Acción Democrática, una parte de Primero Justicia y también con el chavismo.
Ayer Manuel Rosales, en entrevista con Vladimir Villegas, insistió en que su candidatura fue un salvavidas de la “ruta electoral”, pero también admitió que para lograr la inscripción de cualquier nombre, primero se debe negociar con Maduro. “Busquen un candidato o una candidata, me gusta que hayan entendido que esto es una negociación, que tiene que haber un acuerdo con el gobierno”, soltó Rosales en relación con el resto de la oposición y la Plataforma Unitaria.
Previamente, también en una entrevista radial, Stalin González defendió que “parte fundamental de la política es hablar” y que es prioridad sopesar la “viabilidad política de las acciones y las decisiones, porque no se le puede seguir cayéndole a embustes a la gente”. Aunque no la mencionó, en los círculos políticos sus palabras se entendieron como una crítica directa a María Corina Machado.
Reiteró que estuvo al lado del gobernador Rosales cuando tomaron la decisión de inscribirse al filo de la medianoche del 25 de marzo porque era necesario “poner una opción que fuera viable”. “No tenemos la democracia perfecta (…) Decidir no hablar con nadie no resuelve el problema”, insistió González.
En su rol de mediador y negociador, González también ha sostenido reuniones fuera del país. A mediados de febrero, Stalin González viajó a Europa junto al vicepresidente político del partido Primero Justicia, Tomás Guanipa. En principio, fueron a Bruselas, invitados por el Instituto para la Paz como representantes de la delegación opositora que, en octubre del año pasado, suscribió el acuerdo de Barbados.
Pero el viaje no quedó allí. González y Guanipa aprovecharon la oportunidad para hacer una gira por varias capitales europeas para sostener reuniones con las cancillerías de Italia, España, Holanda, Alemania, además de la propia Bélgica.
En esos encuentros, celebrados un mes antes del período de postulaciones y siguiendo con la versión de las fuentes consultadas para esta nota, el mensaje de ambos dirigentes fue claro: que aceptaran la figura de Manuel Rosales ante el escenario que ya vislumbraban con la inhabilitación de María Corina Machado.
En las conversaciones, González y Guanipa explicaron a las cancillerías que Rosales no vendría con “revanchismos”, que el chavismo permitiría su candidatura y había que “aprovechar la oportunidad”. Asomaron también la posibilidad de que María Corina Machado llamaría a la abstención, si finalmente no le permitían ser la abanderada de la oposición tras su victoria en las primarias de octubre del año pasado.
En la capital española Stalin González, además, asistió al Congreso de la Internacional Socialista, tal y como informó en sus redes sociales. Allí también se encontró con otros dirigentes de la oposición.
Esa información de las reuniones de González y Guanipa llegó en su momento al comando de María Corina Machado. En una reunión posterior, la actual presidenta de Primero Justicia, María Beatriz Martínez, se vio en la necesidad de explicar que Guanipa estaba actuando “de forma individual y que sus acciones no representan las posturas oficiales del partido”. Esto debido a que la gira no fue coordinada con la oficina de la hasta entonces candidata unitaria y se desconocía a nombre de quién estaban hablando.
Otro de los mensajes que repitieron Stalin González y Tomás Guanipa en su gira europea fue el de la eliminación o alivio de las sanciones de parte de la Unión Europea (UE) al régimen de Maduro.
Otra de las fuentes consultadas detalló que durante una reunión política de alto nivel en Bruselas los dos dirigentes opositores plantearon esa idea para lograr que una misión de observación del bloque europeo pueda participar como garante de las presidenciales del 28 de julio.
A modo de ejemplo mencionaron el caso del presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, uno de los sancionados por la UE, y que si eso continuaba, difícilmente el régimen de Maduro cedería a invitar a la misión electoral de los europeos.
Esta misma amenaza la ha repetido el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, varias veces: “mientras haya un venezolano sancionado por la UE, no podrán venir a nuestro país”, sentenció Rodríguez hace unas semanas.
Para Stalin González el rol de interlocutor ante el chavismo no es algo nuevo. En la etapa de conflictividad y acoso a la Asamblea Nacional opositora entre 2016 y 2018 cada vez que el chavismo asaltaba o rodeaba el parlamento con colectivos, González era quien tendía puentes con el régimen para que se frenara la violencia contra los parlamentarios, según relatan varios de los diputados que estuvieron en aquel período legislativo.
Pero ahora Stalin González negocia con el régimen de Maduro el camino a unas elecciones presidenciales que pueden terminar de sepultar la ya maltrecha democracia venezolana.
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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