Un rompecabezas donde no todas las piezas encajan

Los precios del petróleo continúan su lenta y a veces incierta remontada en un ambiente donde las cifras de inventarios globales de crudo muestran volatilidad, y a pesar del incumplimiento en sus recortes de producción de algunos miembros de la OPEP+. Las señales de una desaceleración de la producción en los EE. UU. y la escalada de las hostilidades tanto en el frente ruso como en el Medio Oriente, están sosteniendo las primas de mercado de riesgo geopolítico.

Como hemos escrito antes, la OPEP+, en su estrategia de control, mantiene un sistema de recortes distribuidos entre sus miembros. Sin embargo, y como a menudo sucede en el seno del cartel, el cumplimiento individual ha tenido sus altibajos, tanto por defecto como por exceso. El año 2024 comenzó con desconocimiento de los compromisos por parte de Irak y Kazajistán, países que han excedido sus cuotas de producción, pero han declarado que tienen la intención de compensar el exceso de producción durante los próximos cuatro meses – aunque Irak cuestiona las cifras que los delatan. Pero lo significativo no es el inusual “mea culpa” de esos países, sino el hecho de que el mercado ha absorbido el crudo incremental sin que se afecten los inventarios, ni aparentemente los precios. En todo caso, si las palabras se cumplen, representaría otra señal positiva para los precios del petróleo hacia delante.

El Medio Oriente 

Los ataques a la ciudad fronteriza de Rafah, por parte del ejército israelí, continúan dominando los titulares. Las operaciones militares de las fuerzas israelíes, que hasta los momentos no han tenido la intensidad que se teme, mantienen en vilo la región. El gobierno de Benjamin Netanyahu defiende su estrategia de neutralizar los reductos de Hamás en el área como indispensable para su seguridad. Mientras tanto, otros actores trabajan en la búsqueda de una salida diplomática para evitar las bajas civiles que produciría una operación israelí – se estima que el área aloja la mitad de la población de Gaza, la mayoría refugiados del norte del enclave. En la frontera norte de Israel, Hezbollah prometió contraatacar después de las últimas incursiones israelíes en el Líbano, que mataron tanto a combatientes de Hezbollah como a civiles. La porfiada política israelí ha creado fricciones con su aliado principal, EE. UU., que busca evitar la escalada regional del conflicto y su efecto en los precios del petróleo, entre otras cosas.

En el mar Rojo, los rebeldes Hutíes continúan con sus ataques al transporte marítimo en la zona, aunque con una menor intensidad. Esta vez se informa que un tanquero y un carguero fueron levemente dañados mientras navegaban cerca de Yemen. Fuentes afirman que algunas compañías aseguradoras han retirado la cobertura para los viajes en el mar Rojo o aumentado las primas a los niveles del mar Negro. Como resultado de lo anterior, se estima que el tráfico a través del canal de Suez ha disminuido en un 43 %. También es relevante mencionar que la marina de EE. UU., reportó que, el 28 de enero, había interceptado otro despacho de armamento ilegal de misiles y otros componentes de armamentos de guerra, enviados de Irán a los hutíes.

En una curiosa vuelta de tuerca, el comodoro Shahram Irani, comandante de la Armada iraní, declaró que tiene legítimos derechos de propiedad en la Antártida y que tiene la intención de establecer una base militar en el Polo Sur. Las reacciones adversas, en particular de EE. UU., no se hicieron esperar. Recordemos que este territorio meridional está regido por el Tratado Antártico de 1959, del cual Irán no es firmante. 

Rusia y Ucrania

En Rusia, el líder opositor Alexei Navalny murió en prisión, luego de una lucha de años que lo vio sobrevivir a varios intentos de envenenamiento. Tenía 47 años. La noticia de su muerte generó la condena generalizada de Occidente y se produce mientras el Kremlin se prepara para orquestar otra victoria electoral de Vladímir Putin en marzo. 

En Washington, la ayuda militar a Ucrania sigue empantanada en la campaña electoral norteamericana y más recientemente las declaraciones del expresidente Trump sobre el financiamiento de la OTAN. Música para los oídos de Rusia, que pudo además conseguir una victoria pírrica cuando el ejército de Ucrania anunció que se había retirado de la ciudad clave de Avdíivka en el este de Ucrania.

En otro orden de ideas, la Agencia Internacional de Energía (AIE), mantuvo su pronóstico de un crecimiento de la demanda de 1,2 millones de barriles por día para 2024, alrededor de un millón de barriles diarios por debajo de las perspectivas mucho más robustas de la OPEP; ambas agencias se apegan obstinadamente a sus proyecciones para este año. 

Según la AIE, el incremento en la demanda estará dominado por unos pocos países clave, sobre todo China y, en menor medida, India y Brasil. Se espera que las tres principales economías representen el 78 % del crecimiento de la demanda mundial de petróleo en 2024, que se prevé que alcance un nuevo máximo de 103 millones de barriles por día. De igual manera, en su reporte, la agencia prevé que la mayor oferta mundial de petróleo este año, encabezada por Estados Unidos, Brasil, Guyana y Canadá, debería eclipsar con creces el aumento esperado de la demanda mundial de petróleo. Sin embargo, los crecimientos de producción programados en esos países, netos de reducciones previstas en otros, no cubrirían el crecimiento de la demanda que prevé la AIE; contradictorio, por decir lo menos.

En suma es un mercado complejo, un hecho más complicado por la politización tanto de la OPEP como AIE; polarización que se evidencia en sus divergentes visiones sobre el mercado petrolero de corto y mediano plazo.

Así las cosas, los fundamentos subyacentes de demanda y suministro de petróleo se presentan sin cambios importantes, con inventarios en tierra reducidos e inventarios en tránsito marino ligeramente superiores, de manera que los volúmenes globales estables se mantuvieron estables. Este balance es precario, dado el creciente riesgo político y las dudas que siguen existiendo sobre la economía global en general, y por ende el crecimiento de la demanda.

Los precios mantuvieron su trayectoria ascendente durante la semana, a pesar del bajón del jueves 15, como reacción a los inventarios de crudo de EE. UU., publicados por la EIA (+ 12,7 millones de barriles). Sin embargo, al cierre de los mercados el viernes 16 de febrero, los precios retomaron su dinámica alcista, y los crudos Brent y WTI se cotizaban en 83,47 y 79,19 $/BBL, respectivamente.

Otras Noticias

El número de taladros de perforación en EE. UU. mostró una reducción modesta (-2), reflejo de menor actividad costa afuera y estabilidad en las actividades de perforación en tierra. Mientras tanto, en el resto del mundo, 10 unidades adicionales fueron activadas, pero mayormente dedicadas a actividades de exploración.

La Reserva Federal de los EE. UU. (FED) ha hecho esfuerzos considerables y sostenidos para enfriar la economía de EE. UU. y controlar la inflación, sin embargo, a pesar de las tasas de interés elevadas, la economía de EE. UU. ha retado continuamente las predicciones de recesión. El índice de precios al consumo en Estados Unidos aumentó un 3,1 % interanual hasta 308,417 puntos en enero de 2024, frente a un aumento del 3,4 % en diciembre, pero superando el consenso del mercado de un avance del 2,9 %. En el resto de las economías desarrolladas, el panorama económico es algo sombrío. Japón y el Reino Unido cayeron inesperadamente en recesión técnica; la producción manufacturera de Alemania, la economía más grande de Europa, ha tenido una tendencia a la baja desde 2017, y la caída se está acelerando a medida que se erosiona la competitividad. Estos eventos van a contravía de las proyecciones de mayor demanda de petróleo que subyacen en los análisis.

Se han presentado explosiones e incendios en instalaciones petroleras, en Rusia, Irán, Noruega y por supuesto en el mar Rojo, algunos por accidentes y otros por atentados, que en mayor o menor grado afectan la logística de los hidrocarburos, y mantienen nervioso al mercado petrolero.

Guyana se ha convertido, en los últimos dos meses, en el segundo mayor exportador de crudo de Sudamérica, con 550 mil barriles por día exportados a EE. UU. y Europa.

Venezuela, situación político económica

El régimen venezolano intensificó su sistema represivo con una ola de detenciones a activistas y a críticos del gobierno de Venezuela, lo que recrudece el conflicto político e indirectamente afecta lo económico.

El pasado viernes le tocó, como si del azar se tratara, a Rocío San Miguel. La respetada activista de derechos humanos y su familia, fueron detenidos y acusados de participar en una supuesta conspiración para atentar contra la vida de Maduro y otros miembros del régimen. Los familiares fueron puestos en libertad bajo medidas cautelares.

Las expresiones de apoyo a la señora San Miguel, tanto nacionales como internacionales, no se hicieron esperar. Entre otros, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó “la desaparición forzada de la activista”, y pidió al Estado venezolano “informar sobre su paradero y asegurar el respeto a sus garantías judiciales y presunción de inocencia.” La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también exigió su “inmediata liberación”.

El régimen de Maduro no tardó en contraatacar a las críticas, y ordenó suspender las actividades de la Oficina Técnica de Asesoría del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y exigir que el personal abandonara el país en 72 horas. Aprovechando así la ocasión para aislarse aún más de las incómodas veedurías internacionales.  

La política económica parece haber sido ajustada a este nuevo esquema político de “gano o arrebato” (por las buenas y por las malas), y observamos que, contrario a lo esperado para un año electoral, el gasto público se mantiene a niveles relativamente bajos y las inyecciones de divisas al mercado cambiario se han extremado logrando revalorizar el bolívar versus el dólar. Pero esta política económica, las políticas bancarias restrictivas, aunadas a las expectativas de reducción de ingresos si la Licencia General  44 de la OFAC se extingue en abril, le han dado un vuelco negativo a las expectativas de crecimiento en un círculo vicioso de autoflagelación.

Sector de hidrocarburos

Durante la última semana, el siempre irregular servicio eléctrico no tuvo mayor impacto sobre la producción. Sin embargo, la disponibilidad de diluentes se mantiene limitada, obligando a la utilización parcial de crudo mejorado para poder diluir toda la producción de la Faja del Orinoco.

Las refinerías también están corriendo a una tasa volumétrica algo mayor, pero sin impacto en la producción de gasolina, manteniéndose la expectativa de un pronto arranque de la unidad de craqueo catalítico (FCC) en la refinería de Cardón, que podrìa mejorar las perspectivas de suministro.

Las exportaciones en términos de barriles totales será algo menor que el mes pasado, por lo corto del mes, a pesar de ser año bisiesto, pero en términos de barriles por día, se proyectan con un incremento marginal.

La producción de crudo alcanzó los mayores niveles en los últimos años, situándose en 768 mil barriles diarios, distribuidos geográficamente como se indica a continuación:

Occidente 142 (Chevron 56)

Oriente 148

Faja 478 (Chevron 89)

TOTAL 768 (Chevron 145)

Las refinerías nacionales procesaron 194 mil barriles diarios de crudo y productos intermedios, al incorporar una unidad de destilación adicional en Amuay, como se mencionó la semana pasada. Sin embargo, el mercado interno de gasolina continuó dependiendo de las importaciones de productos a través de los trueques con Chevron y empresas europeas.

La exportación de crudo para el mes de febrero está proyectada en 612 mil barriles diarios, incluyendo algo de diluente y crudo drenado de inventarios. La programación indica una exportación de 164 mil barriles diarios a la costa del golfo de México, enviados por Chevron. A India se prevé suministrar 180 MBPD de Merey, a China 147 MBPD, 85 MBPD en trueque Europeo y 36 MBPD a Cuba. También se exportarían unos 55 MBPD de productos destinados a Asia y Cuba.

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