Nobel de la Paz para María Corina Machado: Celebración silenciosa en Venezuela ante la represión

Venezuela siempre ha estado orgullosa de ser conocida como el país de las supuestas mujeres más bellas. Ha perdido la cuenta de sus coronas y triunfos en certámenes de belleza internacionales. El país también ha celebrado a atletas locales que han entrado en el Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas, rompiendo récords deportivos y ganando medallas olímpicas que alguna vez paralizaron las calles.

Pero este viernes, un reconocimiento diferente sorprendió a los venezolanos. Llegó a través de un premio que siempre se sintió lejano: el Premio Nobel de la Paz, otorgado a la líder de la oposición María Corina Machado.

El Comité noruego justificó su decisión en tres fundamentos: la capacidad de Machado para liderar la oposición venezolana a través del proceso electoral, su rechazo a la militarización y su firme compromiso por una transición justa y pacífica que podría restaurar la democracia en Venezuela.

“Ojalá este premio nos traiga libertad”, dijo un anciano en el centro de Caracas cuando La Hora de Venezuela le preguntó sobre el Premio Nobel de Paz de Machado.

De hecho, es la ausencia de libertad y el miedo siempre presente lo que hizo que muchos venezolanos admitieran que estaban celebrando el Premio Nobel de la Paz en silencio.

“Cuando vi la noticia sobre el Nobel de María Corina, lo primero que quise fue gritarlo por la ventana. Pero luego pensé en las señoras del CLAP [miembros de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción vinculados al partido PSUV] que podrían denunciarme [al gobierno], y sentí un miedo inmenso. Es una pena que tengamos que celebrar esto en silencio”, dijo otro residente, que pidió mantenerse en el anonimato.

“Por supuesto, estoy feliz por María Corina, pero no puedo decirlo muy alto. Sabes cómo es, te pueden arrestar por eso. Ella está en el corazón de la gente”, dijo un vendedor ambulante de Sabana Grande.

“Ella es venezolana, una mujer, una profesional y una líder. María Corina nos trae una inmensa alegría hoy con ese premio. Lo único triste es no poder celebrarlo como se debe. Con fuegos artificiales, con música, con una caravana como las que teníamos durante la campaña presidencial. Ahora ni siquiera puedes publicar sobre ello en WhatsApp sin preocuparte de que alguien venga tras de ti”, dijo un joven del centro de Caracas.

Mientras el centro de la ciudad estaba lleno de calma y rutina, en una calle de La Castellana, al este, apareció el conocido hombre del papagayo —un protestante famoso por expresar sus opiniones a través de pancartas gigantes— sonriente, sosteniendo un cartel que decía Premio Nobel de la Paz 2025 sobre los colores amarillo, azul y rojo de la bandera nacional. Aunque no mencionaba a Machado, los conductores desaceleraban para tomar fotos; él posaba con orgullo.

“Oh sí, escuché que ella ganó ese premio. Me enteré por la radio. Algunos están de acuerdo, otros no. Creo que es bueno porque ha hecho cosas por este país. Ella lo merece”, dijo una mujer al bajar de un autobús en la Avenida Francisco de Miranda.

Esperanza tímida y desconocimiento extendido

Conforme la noticia sobre el Nobel de Machado se propagaba en las redes sociales, muchos venezolanos —desconectados de las actualizaciones políticas diarias— expresaron ignorancia al respecto, un reflejo del control y la censura del gobierno sobre los medios tradicionales.

Otros, aunque al tanto, eran cautelosos sobre el verdadero impacto que el premio podría tener en la dura realidad del país.

“Un kilo de carne ya cuesta $14, era la mitad hace dos semanas. Una bolsa de leche en polvo que ni siquiera pesa un kilo cuesta $13. El precio del dólar sube cada día, al igual que los precios de los alimentos. Es imposible vivir así. Por supuesto, estoy feliz por María Corina. No puedo decirlo muy alto. Sabes cómo es, te pueden arrestar por eso. Ella está en el corazón de la gente. La felicito por el premio, pero ¿qué diferencia hace en nuestras vidas?”, dijo una vendedora ambulante en Sabana Grande, preocupada porque las autoridades locales solo le dieron un permiso para vender hasta el 31 de diciembre. Después de eso, no sabe cómo va a subsistir.

Cuando se les pregunta si María Corina Machado merece el Premio Nobel de la Paz, sus respuestas tienden a seguir líneas políticas: para la oposición y los seguidores de Machado, es un reconocimiento a su “valentía como líder en riesgo”. Para los pocos seguidores restantes del régimen de Maduro, el premio es “una aberración”, ya que llaman a Machado “terrorista y golpista”.

“No importa lo que diga Maduro o Diosdado. Para la oposición, este premio es un respiro de aire fresco. Y para ellos, es una bofetada”, dijo la hermana de un preso político.

Aún así, algunos venezolanos se negaron a dejar que el momento les fuera robado.

“Por supuesto que lo sabía, se hizo viral en las redes sociales. Es una fuente de orgullo y pone de nuevo los ojos del mundo sobre Venezuela. Creo que es una herramienta para la presión internacional. El gobierno no puede encubrirlo”, dijo una madre de 25 años que aún espera un cambio político.

“El problema es que muchas personas han perdido la fe en la política, están agotadas. Para ellos, es solo una noticia que no llena el frigorífico. Tenemos que usar este premio para reorganizarnos y seguir protestando pacíficamente”,

Otras voces eran más desafiantes.

“No importa lo que diga Maduro o Diosdado. Para la oposición, este premio es un respiro de aire fresco. Y para ellos, es una bofetada”, dijo la hermana de un hombre detenido desde julio de 2024 durante las protestas post-electorales.

“El Premio Nobel de la Paz honra a los prisioneros políticos de 2024, honra a las familias que siguen luchando, honra a Machado y a todos los venezolanos que se niegan a aceptar la dictadura como normal. Obtuvimos un Nobel gracias a la terquedad del pueblo venezolano para reclamar nuestra democracia,”

Ella admite que está sonriendo por dentro, celebrando el reconocimiento internacional en silencio.