Frente al abuso, serenidad y firmeza. Cinco días después de comunicar al país que tomaría la decisión correcta, María Corina Machado, ilegal e inconstitucionalmente inhabilitada por el régimen de Nicolás Maduro, nominó a la Corina Yoris para que represente a las fuerzas democráticas en las elecciones convocadas para el 28 de julio. Para nada significa, sin embargo, que Machado cancela la lucha por su habilitación porque recordó que hasta diez días antes de la elección se pueden hacer sustituciones.
Machado recibió el aval de todas las fuerzas políticas de la oposición democrática para hacer esa presentación en reconocimiento al liderazgo nacional que ejerce a partir del arrollador triunfo de la primaria del 22 de octubre pasado. La decisión llega y se hace pública tras una ronda de consultas intensa y a contra reloj con ese amplio y variado mundo opositor cuya unidad ha sido puesta a prueba otra vez a lo largo de esos 25 años de lucha contra el chavismo, primero, y ahora su versión más fea, voraz y desvergonzada que representa el madurismo.
Las postulaciones presidenciales comenzaron el jueves 21 de marzo y concluyen el 25, de acuerdo con el apurado y ventajista cronograma electoral elaborado entre el régimen y un conjunto de siglas y figurines de ropaje opositor y alma gobiernera que apuestan por la perpetuación de Maduro en Miraflores, con su corolario de pobreza, exilio, represión y entrega a los intereses cubanos en Venezuela.
Se juega en un tablero diseñado por el poder pero la oposición democrática liderada por María Corina Machado es la que está anidada en el sentir popular. Lo dicen todos los estudios de opinión, los recorridos masivos de Machado por cada rincón de Venezuela y el hartazgo de una población engañada una vez tras otra. En ese tablero el gobierno jugará en las próximas horas, como lo viene haciendo durante lo que va de año con detenciones y desapariciones, inhabilitaciones y el uso de todo el poder del Estado para imponer su sinrazón y enterrar lo firmado en Barbados. Este viernes ni un solo canal de televisión -comprados unos, acomodados otros- transmitió el acto público encabezado por Machado.
Machado sorprendió con un nombramiento inesperado, cuyo nombre apenas transcendió en las horas previas al anuncio. Fue una jugada hábil: Yoris es una mujer. Una por otra y, vaya casualidad, se llama Corina. Ha sido una mujer entregada a la vida académica, como estudiante de historia, de letras y filosofía, de literatura latinoamericana, de lógica -se requiere en alta dosis para tratar de entender a los que mandan en el país-, como una muy reconocida docente y por su transitar en el mundo institucional del pensamiento y la creación. Yoris va a ocupar el sillón de la Real Academia de la Lengua que antes ocupó, nada menos, que Don Rómulo Gallegos, el reverenciado escritor, el primer presidente democrático del siglo XX. Ahora se trata de elegir a la primera presidenta de la historia para el primer período democrático del siglo XXI.
Yoris integró la Comisión Nacional de Primaria como miembro principal. La CNP cumplió una labor intachable y muy exitosa al realizar una elección autogestionada, sin ningún apoyo oficial. Algunos pocos miembros del equipo dirigente de la primaria tiró la toalla a mitad de camino, Yoris se mantuvo hasta el final, bajo la conducción serena y firme del doctor Jesús María Casal. El resultado del 22 de octubre cambió el curso de la lucha política en el país y Yoris, independiente y sin militancia política, siempre estuvo negada a la participación del CNE en el evento, a que la elección fuera automatizada o participara la fuerza militar como ”garante de la seguridad”.
Aunque nunca evidenció simpatía por la candidatura de Machado en la primaria -como correspondía a los miembros de la CNP-, Yoris si simpatizaba con sus posturas y fue el único voto en contra de contar con el CNE para el escrutinio, lo que luego el propio órgano electoral evitó con su indisposición afortunada a dar apoyo.
Su ausencia de militancia política es otro punto a su favor, así como no haber ejercido cargos en la administración pública. Parece un contrasentido, pero el régimen en el poder castiga, anula y persigue a los militantes políticos que lo adversan y a todo aquel -y sobre todo a aquella- que haya ejercido una responsabilidad administrativa en el Estado, porque sus jueces están listos a atender las peticiones de tipos como Luis Ratti o José Brito, o viceversa, para inhabilitar y cercenar una vez más la garantía constitucional al ejercicio de los derechos políticos.
Pero conviene recordar que el régimen sí inició procesos contra miembros de la Comisión Nacional de Primaria en la fiscalía del inefable poeta Tarek William Saab, cuando citó al presidente Jesús María Casal, a Mildred Camero, Roberto Abdul y Francisco Castro. A Abdul fue encarcelado y luego liberado y, sobre los demás miembros, los procesos siguen abiertos con una acusación que desvirtúa el esfuerzo ciudadano en la organización de la primaria. Hay otro proceso abierto en el Tribunal Supremo de Justicia que apunta contra toda la directiva de la CNP que integró, entre otros, Corina Yoris. No ha habido más actuaciones procesales desde diciembre.
Quienes han tratado a Yoris, relativamente desconocida en el ámbito político, le reconocen temple y decisión, fácil expresión y un pensamiento lógico y estructurado También buenas relaciones con Un Nuevo Tiempo, el partido de Omar Barboza y Manuel Rosales, y con el abogado Perkins Rocha, que fue el representante de María Corina Machado en la Comisión Nacional de Primaria.
Aún así con ese montón de ventajas, con la amenaza siempre artera del régimen, Yoris tendrá que adentrarse en el campo de la política directa, de los mítines, de los desplazamientos que exigen un físico preparado para esas semanas de julio de intensidad electoral. Es de suponer, que María Corina Machado será un motor de energía para quien comparta con ella el reto de derrotar a Maduro y abrir la puerta a la transición democrática.
La oposición sale airosa de una prueba mayúscula. La unidad pervive, hay candidatura y María Corina sigue en la batalla quizás hasta con más fuerza si es posible. Cada hora será un suspenso. La comunidad democrática internacional deberá seguir acompañando el proceso venezolano y mandar señales nítidas de que apuesta sin medias tintas por una Venezuela democrática.
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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