Las elecciones presidenciales en Venezuela se celebrarán el domingo 28 de junio y el camino está lleno de irregularidades. Aunque 21.392.464 de venezolanos están convocados a las urnas, y 69.211 connacionales en el exterior están habilitados para participar en la elección, los venezolanos en Estados Unidos no podrán ejercer su derecho al voto.
La crisis económica, política y social que atraviesa este país sudamericano originó que en los últimos siete años casi 8 millones venezolanos emigren para buscar mejores condiciones de vida y, en su mayoría, ayudar a los familiares que quedaron dentro del país.
En Estados Unidos, desde 2021 han cruzado la frontera sur más de 38.000 inmigrantes procedentes de Venezuela. Se estima que en el país norteamericano hay aproximadamente 545.000 venezolanos.
El periodista y politólogo venezolano Tony Frangie Mawad, egresado de la Universidad de Boston, explicó en entrevista con El Tiempo Latino que los venezolanos en Estados Unidos no pueden votar principalmente por dos motivos.
El primero es que Venezuela actualmente no tiene embajadas ni consulados en este país debido a que el gobierno de los Estados Unidos no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro como la autoridad legítima en Venezuela.
Desde el rompimiento de relaciones internacionales bilaterales entre ambos países en 2019, cuando Estados Unidos reconoció al diputado Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, el país no ha tenido representación diplomática en los Estados Unidos y por eso no ha podido ofrecer servicios consulares en ese territorio a sus ciudadanos, como lo son el derecho al voto, la participación electoral por medio de las embajadas y los consulados”, explicó Frangie.
Y el segundo es que el gobierno y el Estado venezolano en manos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) “ha tenido una clara política de excluir a la diáspora de los procesos electorales”.
Es la primera vez que los venezolanos en Estados Unidos no podrán votar en unas elecciones presidenciales, sin embargo, desde 2019 se han celebrado otros comicios en los que esta diáspora tampoco ha participado, como las parlamentarias del 2020, las elecciones regionales del 2021 y el referéndum del Esequibo en 2023.
“En esos procesos, si un venezolano en Estados Unidos quería participar desde los Estados Unidos no pudo hacerlo. Sin embargo, incluso antes de que hubiera el rompimiento de las relaciones bilaterales entre Venezuela y los Estados Unidos, ya se habían puesto trabas a la diáspora en Estados Unidos, que es muy opositora, para participar en estos procesos”, comentó Frangie.
Entre las trabas mencionadas por el politólogo destacan la difícil movilidad a los centros de votación, a los registros electorales y la eliminación del Consulado de Venezuela en Miami por decisión del gobierno de Maduro antes de romper las relaciones con EEUU.
Al eliminar el consulado en Miami, limitas a la diáspora en su capacidad de poder votar, y las fuerzas a tener que movilizarse a otras ciudades, por ejemplo, en New Orleans a los consulados allí y eso sin duda es una política que desmotiva y dificulta el voto. Hay claras trabas institucionales previas al rompimiento de relaciones que ya dificultaban la participación electoral de los venezolanos en los Estados Unidos”, agregó.
Explicó que estas trabas tienen un origen en el gobierno de Hugo Chávez Frías con la politización del cuerpo diplomático venezolano y de las instituciones diplomáticas venezolanas en el exterior, que llevó a que incluso antes del rompimiento de las relaciones se dificultara el voto de la diáspora por su simpatía con la oposición.
“Una vez que inicia la migración de venezolanos con más fuerza, sobre todo después del año 2002 y 2003, hay una diáspora notable, muy opositora, que empieza a migrar por las políticas de Hugo Chávez y las condiciones en las que está el país bajo la revolución bolivariana. Esto lleva a que los consulados y embajadas que a partir del 2005 prácticamente estén politizados, ya que se acaban los concursos donde se nombran y designan a cónsules y embajadores, empiezan de esa manera los consulados y las embajadas a bloquear y a hacer difícil el registro de los venezolanos en el exterior o el cambio de centro de votación, porque el voto de esos venezolanos es claramente un voto opositor, y si no los incluyes y esta gente migra, pues se convierte en un voto que no va a ser ejercido. Sacar un voto opositor de la ecuación es beneficiar al chavismo”, detalló.
Explicó que en otros países también se han visto trabas para que los venezolanos voten, como dificultades para el registro electoral, procesos lentos, excesivos requerimientos burocráticos y poca capacidad de poder incluir a la diáspora.
Aseguró que actualmente el registro electoral venezolano en el exterior solo tiene a 69 mil personas inscritas cuando debería tener más de 4 millones. Eso muestra cómo en países como Chile, Colombia o Argentina, donde Venezuela sí tiene relaciones bilaterales, y se encuentran diásporas de millones de personas, los venezolanos igual han sido excluidos por su propio sistema consular de participar en procesos electorales.
Esto se debe simplemente a razones políticas, porque la diáspora que emigró por las políticas económicas y sociales de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, serían un voto ganado por la oposición. De esa manera estás excluyendo 4 millones de votantes opositores. En resumidas cuentas, incluir a la diáspora sería una victoria hiper-asegurada para la oposición, y por ende el chavismo la mantiene excluida del proceso electoral”, agregó Frangie.
El objetivo de la diáspora venezolana organizada en Estados Unidos es no quedarse de brazos cruzados, así lo explicó en entrevista con El Tiempo Latino Mayra Sulbarán, directora de Casa DC Venezuela.
“El papel de los venezolanos de los Estados Unidos y fuera de Venezuela es no callarnos independientemente de lo que estén haciendo los líderes opositores y de lo que están haciendo el otro grupo de líderes o que se hacen llamar líderes. Ellos quieren callarnos y nosotros no debemos callar. Esto es una lucha que lleva mucho tiempo y que ha llevado una madurez. Muchos se confunden con que con que la diáspora quizás está bajando la guardia o que estamos decepcionados, pero hay unos líderes activos que nos mantenemos con esperanza y fe y que definitivamente seguimos constantemente respondiendo a las acciones que garanticen o que vayan dirigidas a una democracia”, comentó Sulbarán.
Por ello, la diáspora venezolana en Washington DC ha puesto toldos para incentivar a los coterráneos a que se aseguren de que al menos 5 de los integrantes de su grupo familiar que está en Venezuela voten el próximo 28 de julio.
Además, durante el domingo de las elecciones harán una concentración pacífica, aunque aun no han determinado el lugar.
Esto es de manera voluntaria, aquí no hay financiamiento aquí lo que hay es tiempo voluntario. Dejamos de estar un domingo en familia para hacer una acción por nuestro país. Eso nos estimula a continuar abriendo posibilidades para que la esperanza se mantenga viva en la democracia. ¿Cuándo lo vamos a lograr? no lo tenemos claro, pero si hay algo que tenemos claro en este momento los venezolanos es que hay una emoción de esperanza que tenemos que mantener viva y es la acción pacífica y no quedarnos callados”, agregó Sulbarán.
La activista considera que estas elecciones presidenciales en Venezuela no son libres ni justas “ni dentro ni fuera del país, aunque aparenten serlo” ya que no tienen la participación de gran parte de la diáspora.
El artículo 63 de la Constitución Nacional de Venezuela establece que el sufragio es un derecho que se ejerce mediante votaciones libres, universales, directas y secretas.
Asimismo, el artículo 64 asegura que pueden sufragar los venezolanos que hayan cumplido dieciocho años de edad y que no estén sujetos a interdicción civil o inhabilitación política.
“La Constitución Venezolana le da derecho al voto a todos los ciudadanos venezolanos y el hecho que el estado venezolano activamente esté tratando de bloquear o dificultar la participación de alrededor de 4 millones de electores venezolanos en el exterior es una violación de sus derechos y por ende no es legal. Los venezolanos en todo el mundo deberían poder tener derecho a elegir a sus representantes en Venezuela y las embajadas y consulados deben trabajar en pro de garantizar un derecho constitucional y político de los venezolanos afuera”, aclaró Frangie.
El actual mandatario, Nicolás Maduro, busca su segunda reelección y cuenta con el respaldo de 13 organizaciones políticas reflejadas en el tarjetón electoral.
En contraste, Edmundo González Urrutia, representante de la Plataforma Unitaria (oposición mayoritaria), se presenta en tres casillas. Además, hay otros ocho candidatos que completan la lista de opciones. Algunos de estos candidatos representan a tarjetas de partidos políticos que fueron intervenidos por coaliciones supuestamente relacionadas con la cúpula gobernante.
A diferencia de las recientes elecciones presidenciales mexicanas, en Venezuela el tarjetón no cuenta con representación femenina.
Es político, dirigente sindical, conductor de autobús y actual presidente de Venezuela. Fue presidente interino del país en 2012 durante la enfermedad de Hugo Chávez y posteriormente fue electo para la presidencia en 2013 y reelecto en 2019. En las actuales elecciones representa al PSUV, al partido Tupamaro, a Patria Para Todos y otros 10 partidos políticos.
Es un internacionalista, diplomático, profesor y escritor. Representa a la coalición Plataforma Unitaria Democrática (PUD), opositora a Nicolás Maduro, que incluye a los partidos Un Nuevo Tiempo, Mesa de la Unidad Democrática y Movimiento por Venezuela. Fue elegido por la PUD como candidato presidencial tras no poder postular a Corina Yoris, ni a María Corina Machado, como candidatas presidenciales.
Es un profesor, abogado y político. Fue concejal del municipio Chacao, en el Distrito Capital, entre 2005 y 2013. Lidera el partido Alianza del Lápiz y también representa a Ecológico de Venezuela, Fuerza Vecinal, MIN Unidad, Cambiemos y Avanzada Progresista.
Es un Ingeniero agrónomo, con maestrías de Negocios y Ciencias Gerenciales. Es candidato por el partido intervenido Acción Democrática, al intervenido Copei, Bandera Roja, Movimiento Republicano y Unión Nacional Electoral.
Es político, sociólogo y profesor universitario. Fue alcalde del municipio Libertador de Caracas. Es la tercera vez que aspira la presidencia del país y representa al partido Soluciones por Venezuela.
Es político e ingeniero agrónomo. Es exdiputado y exalcalde del municipio San Cristóbal en Táchira. Representa al partido Arepa Digital y al partido intervenido Voluntad Popular.
Es empresario, administrador, economista y político. En enero del 2020 fue sancionado por el Departamento de Tesoro de Estados Unidos por intentar juramentar una junta directiva parlamentaria paralela. Representa al partido intervenido Primero Justicia, a Venezuela Unidad y a Unidad Visión Venezuela.
Es empresario, político, comediante, productor, actor y músico. En 2006 fue candidato presidencial, pero se retiró. Representa al partido Confederación Nacional Demócrata (CONDE).
Es pastor evangélico, empresario y político. También es diputado por el estado Carabobo en la Asamblea Nacional de Venezuela. Representa al partido El Cambio.
Es ingeniero eléctrico y político. Fue vicepresidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela desde 2021 a 2023. Representa al partido Centrados en la Gente.
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