Lo que parecia una negociacion avanzada para liberar a ciudadanos estadounidenses y prisioneros politicos en Venezuela termino en caos. El gobierno de Donald Trump, lejos de mostrar una estrategia clara, dejo en evidencia una disputa interna entre dos figuras clave: Marco Rubio y Richard Grenell.
Rubio, Secretario de Estado y feroz opositor al regimen de Maduro, habia acordado un canje: prisioneros por unos 250 migrantes venezolanos deportados a El Salvador. Pero Grenell, operador politico cercano a lobistas petroleros, viajo a Caracas con otra propuesta: ampliar las operaciones de Chevron a cambio de liberar a los detenidos.
La falta de coordinacion, las agendas paralelas y los mensajes cruzados hacia el chavismo terminaron hundiendo el acuerdo. Mientras un avion esperaba en El Salvador y los prisioneros politicos evaluaban su futuro, todo se vino abajo.
Este episodio no solo dejo sin libertad a quienes esperaban ser liberados. Tambien dejo al desnudo algo mas preocupante: que hoy, Washington no tiene una politica coherente hacia Venezuela.
La opinion emitida en este espacio refleja unicamente la de su autor y no compromete la linea editorial de La Gran Aldea.
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