Cada año unas 25 mil familias mayormente latinas se amparan bajo la manta del Centro de Apoyo Familiar (CAF). Walkiria Pool, dominicana de nacimiento y con el tesón de ir siempre más allá en contra de la inseguridad alimentaria y de lo que atente al derecho a la vivienda, es la responsable de esta obra.
Dos veces intentó una carrera en salud -odontología y enfermería- para canalizar su deseo de ayudar a los demás. Cuando se dio cuenta que ese no era lo que quería se apuntó en sociología y psicología en la Universidad de Massachusetts.
Walkiria Pool nació en República Dominicana y es en Maryland, DC y Virginia donde está haciendo la diferencia para la población de bajos recursos. | Foto: Cortesía CAF.
Además, una maestría en mujeres, política y gobierno; y, otra en vivienda y desarrollo de Southern New Hampshire University fueron necesarias para ser más efectiva en su misión.
Acompañada de su familia llegó a Estados Unidos en su adolescencia. A volandas, las primeras lecciones de inglés las recibió en el Bronx “donde todos los dominicanos hacemos nuestra llegada triunfal”, dice.
Más tarde la familia echó raíces en Lawrence (Massachussets); el arribo fue más llevadero, gracias al abrigo, comida y un techo que les dieron las comunidades de fe. “Todo me impactó, fue un choque cultural y social y en vez de traumatizarme fue el comienzo de mi enamoramiento por el servicio a los demás”, cuenta Pool.
Cuando Walkiria Pool creó el CAF se arrimó a los hombros de los pastores, sacerdotes y ministros religiosos para crear un modelo de atención eficiente y de amplio alcance. La sede está en el condado de Prince George, cuenta también con dos oficinas en Virginia -Manassas y Arlington- otra en Puerto Rico, en Massachusetts y varios centros de distribución semanal de alimentos frescos y verduras en Montgomery, Baltimore y Prince Williams.
Las alas del CAF desde el 2021 se extendieron a República Dominicana con la entrega anual de útiles escolares a seis mil niños y la de juguetes en la Navidad a igual número de pequeños. Asimismo, este año se realizará la primera feria de salud en la isla e irá hasta Guatemala, México y Venezuela con la donación de juguetes. El modelo es el de siempre: trabajar con las iglesias donde vive la gente con más necesidades.
“Mi pastor dominicano -recuerda Pool- quería darnos más ayuda cuando llegamos a este país, pero no podía porque no conocía dónde estaban los recursos y estaba limitado por el idioma. Era como un cojo ayudando a otro cojo”. Fue en ese momento que en la cabeza de Pool comenzó a tomar forma el CAF, años más tarde llegó el momento de ponerlo en práctica siempre con el apoyo de las iglesias porque es allí donde siempre llega la gente.
El CAF es una agencia integral de consejería de vivienda sin fines de lucro, aprobada por el Departamento Federal de Vivienda (HUD), ofrece talleres, consejería, asesoramiento para la compra de vivienda, prevención de ejecuciones hipotecarias e información sobre la renta en español e inglés.
Su experiencia en el tema de la vivienda le da a Pool la autoridad para asegurar que ahora mismo los dueños de casa, especialmente los de la tercera edad, están atravesando por un territorio farragoso. De lo que dice ella que tomen nota los bancos, el gobierno y los dueños de casa: “Aparte de la escasez de vivienda hay peligro de que muchos pierdan sus viviendas, como pasó hace 16 años. Maryland está en el tope de los cinco estados que serán más afectados. Estamos alertando a los propietarios para que se eduquen y sepan que hay recursos y ayuda cuando se trabaja a tiempo”.
Este fenómeno que en Estados Unidos se conoce como foreclosure es el coletazo de la pandemia, de la inflación, del aumento de los impuestos y de los seguros, de la pérdida de los empleos y de la reducción de las ayudas. “Estamos recibiendo muchas llamadas que nos anuncian que no pueden continuar pagando las hipotecas”, señala Pool. La misma situación está pasando con los inquilinos que están siendo desalojados antes de que se aprueben las asistencias financieras.
El padre de Pool no pudo ni con el clima de Massachusetts ni con un sistema que le era incomprensible y prefirió regresar a la isla. Su madre, Sunilda Peguero, se quedó a sacar adelante a sus cuatro hijos y “aquí encontramos las oportunidades de educarnos que nunca íbamos a tener en mi país”, dice Pool.
Lawrence era la ciudad donde se veía trabajando, pero se casó y no hubo manera de convencer a su esposo de enfilar hacia el norte. “Ahora le doy gracias a dios por su negativa, llegué a DC a trabajar para Unidos US -antes Concejo Nacional de la Raza- en el área de vivienda hasta que en el 2009 decidí recuperar el CAF”.
Eran tiempos de la peor crisis inmobiliaria de principios de siglo y para los latinos no había suficiente apoyo ni información en su idioma. Pool conocía esa industria e hizo de su casa la oficina, volvió a las iglesias a montar ferias informativas. En la primera de Silver Spring llegaron 260 personas desesperadas ante el miedo de perder sus viviendas. Desde entonces es un sin parar con un pequeño ejército de voluntarios, empleados comprometidos, las iglesias, donaciones y subvenciones de los gobiernos federal, estatal y local.
Esta madre de familia, que educó a sus hijos en casa (homeschooling) y sacude su estrés cocinando esos suculentos sancochos dominicanos acompañados de bollitos de plátano, es la responsable de un modelo autosostenible, apoyando al talento comunitario. En caso de que falten los fondos los programas no se detendrán y la comunidad se beneficiará de esos equipos entrenados. “Esto es importante para mí, porque mi mamá y mis hermanos también hicimos fila para recibir comida y sobrevivir”, recuerda Pool.
Esa empatía por los demás les trasmite a sus hijos a quienes siempre les recuerda que “el techo mío será el piso de ustedes”, mientras cocina, limpia la casa o van de camino a la iglesia. Lo mismo le gustaría trasmitirles a los jóvenes y que sepan que “ser latino no es una desventaja es una añadidura, es tener el privilegio de ser portadores de una cultura de emprendedores con valores; mi madre fue mi mapa de ruta, ustedes también busquen el suyo que les ayude a encontrar su norte”.
Ni el Centro de Apoyo Familiar, ni una familia feliz y bien estructurada y menos el agradecimiento de familias habría sido posible sin una envidiable capacidad de organización y una fe religiosa que Pool no la oculta, porque eso le ayuda a creer “el cielo es el límite”.
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