Una campaña por la libertad

Grandes desafíos tocan a nuestra puerta en un inquietante y enigmático julio. Inicio del segundo semestre del año, cargado, por tanto, de un nuevo impulso, energía vital, trabajo, constancia. Para nosotros, hoy en Venezuela, es un mes que tiene todos estos significados. 

Para mí lo más importante ha sido hacer el camino, ser testigo de la decisión y la opción por la libertad de este pueblo. Ser parte de una historia que nos fue llevando como pueblo a transitar de la oscuridad hacia la luz, todavía estamos en el claroscuro, pero no es la oscuridad la marca el tiempo y no lo marca porque hemos dado grandes pasos como comunidad, como ciudadanos, como familia.

Desde el Centro de Investigaciones Populares hemos venido dando cuenta del proceso vivido por el venezolano, que nos ha llevado de la oscura noche, al alba, a un nuevo amanecer. Todavía hay camino por hacer, que nos lleve del amanecer a la luz brillante del día. Haremos el esfuerzo, no nos detendremos, “lo que esté de nuestra parte hacer, se hará” es la afirmación constante en barrios y urbanizaciones. 

Este año desarrollamos tres investigaciones –entre otras– con grupos focales para pulsar las condiciones sociopolíticas del venezolano y sus comunidades. Cada estudio fue revelador, nos permitió documentar la realidad velada pero actuante; la realidad en permanente lucha contra el sistema. Las comunidades populares, en silencio, fueron quitando los pesados fardos de la dominación que impedían ver el origen de nuestra tragedia.

Empezamos estos tres estudios en marzo, la narrativa de los grupos focales nos llevó a titular el estudio: “Reconstruyendo a Venezuela en familias”. La narrativa la marcó el impulso hacia adelante, no la autocompasión. Ante una Venezuela destruida el principal propósito planteado es el de reconstruirla, refundarla, restablecer los vínculos. 

Estos verbos impulsores no solapan la realidad, al contrario, conceptualizan un sistema basado en el exterminio: “vuelvo y repito, es que uno está vivo todavía, porque pareciera que quisieran que los viejitos nos muriéramos rápido”. Se está refiriendo al Estado, al gobierno, al régimen de dominación. Continúan diciendo: “nos han separado como vecinos, nos han separado, aunque últimamente está volviendo esa hermandad que había antes”.

Las comunidades vienen haciendo un diagnóstico del sistema de dominación desde la vida cotidiana, se dieron cuenta de que el chavismo, el socialismo, separó, aisló, partidizó, fragmentó. Esas acciones hicieron débiles a las comunidades, pero hoy recuperan la fuerza al restablecer el vínculo, al reconstruir la hermandad. 

En la medida que la “hermandad”, la vecindad, la convivencia se restablecen fortaleciendo la comunidad, se percibe la magnitud del rechazo: “Yo percibo que hay un rechazo hacia todo lo que sea realizado por el Consejo Comunal”. Rechazarlo es vivir la fortaleza propia y la debilidad de los que mandan y se imponen por la fuerza.

Los grupos focales delinearon con precisión la importancia política de la primaria: “días antes, nerviosismo, y durante el proceso, durante el proceso fue una emoción de ver una comunidad tan radical chavista, con todos sus centros llenos. Eso nos dio esperanzas”. “A la gente no les importó que los ficharan, que les tomaran fotos, eso fue para mí una luz”.

La primaria es el momento fundacional de una gesta por la libertad que apareció con claridad en el segundo estudio realizado los meses de abril-mayo que titulamos: “Desafiando el poder desde las bases comunitarias”. La marca esencial fue esta afirmación que se repitió en todos: “lo primero de esta situación es salir de este gobierno. Es lograr la libertad de Venezuela, porque prácticamente es, en este momento, considero esto como una segunda independencia que estamos viviendo. No con armas, pero sí la debemos hacer con los votos.”

El momento fundacional fue la punta del iceberg de la caída y destrucción del poder comunal. Su fuerza era el miedo, desmitificado por las comunidades, despojado de su poder intimidatorio, a la gente no le importó que los identificaran o quitaran los instrumentos de control como el Clap o los bonos. Una auténtica rebelión cívica de las bases que sostienen el poder. El régimen tiene los aparatos, mas no las redes que lo sostienen.

Finalmente, cerramos el ciclo de investigaciones con un tercer momento, la narrativa que marcó la interpretación y las vivencias grupales fue la reconstrucción, por tanto, el título natural del estudio: Venezuela, hacia un nuevo comienzo.

El punto de convergencia en todos los grupos focales es que la gente siente que ya no pueden seguir en la deriva, “siento que yo no puedo vivir como vaya viniendo”. Empezar de nuevo o un nuevo comienzo es eso: seguridad, autodeterminación, autonomía personal, familiar y comunitaria. Camino abierto a la posibilidad del reencuentro, solo en democracia será posible la reunificación familiar y la posibilidad de trabajar en libertad. 

El “nuevo comienzo” es un acontecimiento asociado a la experiencia del renacer, a lo que vuelve a tener otra oportunidad y una nueva energía. “Una nueva oportunidad para nosotros como venezolanos” “Es un nuevo comienzo”. Lo que viene es un acontecimiento que las comunidades sienten como propio, al que están ayudando a gestar, a desarrollarse, por el que arriesgan y apuestan por su futuro.

La gente encuentra grandes hitos, grandes señales, en los últimos tiempos, el fundacional con las primarias, seguido de una gesta libertaria por la independencia. Estos constituyen los dos grandes momentos de la historia reciente, la segunda se librará el 28 de julio y, luego, la reconstrucción.  

El enérgico julio nos acompaña y seguimos escribiendo la historia, que sea indeterminado no nos detiene, al contrario, nos impulsa a producir el cambio soñado porque la recompensa será el restablecimiento de los vínculos afectivos y el reencuentro familiar. 

La vía elegida por los venezolanos nos aleja cada vez más de la “apacible cohabitación” que señala Solzhenitsyn: “¡Cuánto más fácil y cómodo sería someterse y aceptar la mentira que sostiene al poder!” Este pueblo decidió no sostener el poder y transitar el escabroso camino de la verdad. Los estudios dejan ver esta elección: la difícil e incómoda determinación de no aceptar la mentira valorando y dejándose acompañar del liderazgo que emergió de la primaria, María Corina Machado. 

¿Lo lograremos? 

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.

rpoleoZeta

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