Sí, los migrantes son importantes

Venezuela tiene la mayor migración forzada del planeta. 7.7 millones de migrantes según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela de las Naciones Unidas. Sobrepasa a la migración de Siria y de Ucrania, países que están en guerra.

La migración venezolana no sólo representa el mayor movimiento de movilidad humana en nuestra historia contemporánea sino una oportunidad de desarrollo y progreso para Venezuela. A pesar de que no hay certeza de cuántos migrantes retornarán cuando nuestro país regrese a la democracia, los conocimientos y experiencias que traigan los migrantes retornados será valioso.

Pero para que su retorno sea productivo, un gobierno de transición debe garantizar que no se repitan las condiciones que hicieron que un 25 % de la población migrara. 

Hay que establecer proyectos donde los migrantes retornados reciban oportunidades para, por ejemplo, montar negocios con lo ahorrado en los países de acogida, que puedan traer sin problemas su menaje de casa y que los niños nacidos en el exterior, pero con nacionalidad venezolana por sus padres, accedan sin problemas a la educación.

Es mucho lo que se puede hacer por los migrantes y más en un escenario donde se abran oportunidades de inversión. Y para eso podemos ver hacia los países de América Latina y el Caribe que han pasado por procesos de migración masiva y que desde sus gobiernos instalaron programas de atención para que esta población se integrara de una manera efectiva.

Y es que regresar a Venezuela para los que tienen, al menos, más de cinco años fuera, representa una segunda migración. 

Es volver a un país diferente al que dejaron. No sólo porque el registro social venezolano cambió por completo desde 2016, cuando se dieron los primeros éxodos masivos de migrantes, sino porque el sistema económico: pagar por servicios básicos y comprar productos de primera necesidad, por ejemplo, es un kilo de estopa en comparación con otros países de la región donde realizar las operaciones económicas más básicas no representa ningún problema.

«No se han dado detalles dentro de esta campaña electoral sobre cómo será el tratamiento de un nuevo gobierno a los migrantes»

Ecuador, que a principios de este siglo -entre 1999 y 2002- vivió una de sus peores crisis económicas y políticas, evidenció cómo al menos un millón de ecuatorianos se fueron del país hacia Estados Unidos y Europa. A partir de 2006, con una mayor estabilidad y luego de un proceso constituyente que modificó su Constitución, crearon mecanismos, no sólo desde el Ejecutivo, sino desde la Asamblea Nacional, para que sus migrantes tuvieran una representación legislativa en el país. 

Es así que se crearon curules para asambleístas electos por el voto migrante en el exterior.

Una idea que no suena descabellada aplicarla en Venezuela -luego de un cambio en nuestro marco legal- para que los migrantes venezolanos que no regresen cuenten con un derecho político ampliado en el país.

Es lógico que el primer paso es que Venezuela regrese a la democracia y que tras 25 años de chavismo y de Nicolás Maduro, se organice un gran pacto de conciliación y reparación (justicia) nacional. Pero dentro de esas acciones debe ser una de las prioridades los proyectos para que los migrantes que quieran retornar puedan hacerlo sin problemas o que si no quieren regresar, se les garantice que puedan entrar y salir del país sin problemas. 

Ahí también entra la recuperación del servicio diplomático y consular de Venezuela alrededor del mundo. Que los migrantes venezolanos por fin se sientan representados y defendidos por su gobierno en los países de acogida. Que no se vulnere el derecho a la identidad, por ejemplo, al convertir el proceso de obtener un pasaporte venezolano en el exterior en un trámite sencillo y efectivo.

No se han dado detalles dentro de esta campaña electoral sobre cómo será el tratamiento de un nuevo gobierno a los migrantes. 

Más allá de las historias que María Corina Machado ha recolectado en sus recorridos por el país de personas que le piden, le suplican, que sus familiares vuelvan o que no se quieren volver a ir de Venezuela, y ella respondiendo que habrá un gran reencuentro y retorno al país, no hay nada al detalle sobre qué se le ofrecerá a estos venezolanos que no han dejado de trabajar por el país así no estén en él.  

La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.

rpoleoZeta

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