El presidente Hugo Chávez podría anunciar este miércoles el nuevo sistema de control de cambio que regirá a partir de este 6 de febrero, que busca apuntalar la moneda local en medio de una grave crisis política que enfrenta al mandatario con sectores opositores que demandan su salida del poder.
El esquema, que regirá desde el jueves y cuyos detalles se desconocen, también buscará proteger las reservas internacionales, golpeadas por un «paro cívico» de 62 días, y que mantiene parcialmente paralizada todavía la vital industria petrolera.
Fuentes extraoficiales han expresado que Chávez podría anunciar un dólar entre 1.600 y 1.700 bolívares, reservándose todo el Estado el control de la compra y venta “oficial” de las divisas.
Pero expertos en la materia han comentado que es muy probable que el gobierno extienda la medida de prohibición de venta de divisas hasta el próximo lunes, información que no ha sido confirmada ni desmentida por voceros gubernamentales.
Frente al inminente anuncio del nuevo esquema cambiario, el presidente de Fedecámaras, Carlos Fernández, criticó este miércoles la medida, señalando que la posición de Chávez desconoce «el manejo de la economía», pues «negar las divisas a las empresas podría traer una reducción drástica de las importaciones y una gran debacle financiera”.
Agregó que el empeoramiento de la economía venezolana se observará, sobre todo, en el aumento de precios, bienes y servicios, «agudización» del desabastecimiento de productos e incremento del desempleo.
Por su parte, la primera vicepresidenta de Fedecámaras, Albis Muñoz, dijo que “El control cambiario va a ser utilizado como una herramienta política para doblegar la voluntad de aquellos empresarios que participamos en el paro cívico nacional.
Por su parte, el director del Banco Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, señaló que la cantidad de divisas que serán controladas por el Gobierno serán «muy escasas», como consecuencia de la crisis en la industria petrolera, donde un grupo de gerentes y trabajadores se plegaron al paro nacional el pasado 4 de diciembre.
«No tenemos un flujo de divisas petroleras como antes y será así hasta que se normalice. Sólo podemos contar con las reservas, procurando que las necesidades reales y legítimas
Maza Zavala también advirtió que la escasez de divisas promoverá el crecimiento de un mercado negro, que -según algunas fuentes y versiones de la prensa local- ya opera entre 2.300 y 3.000 bolívares por dólar.
«A mi juicio muy personal, cualquiera que sea el sistema de control de cambio que se establezca, por más perfecto que sea, por más previsivo que sea, es inevitable que exista un mercado negro», dijo Maza al explicar que en ninguna parte del mundo, ni siquiera en regímenes centralizados como la antigua Unión Soviética y China, ha podido ser evitado.
El gobierno dijo que también estudia controles a los precios de los bienes de primera necesidad, algunos de los cuales tienen un alto componente de materia prima importada, que será más difícil de adquirir con el esquema de control «integral».
Agencias / Jesús Hurtado
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