En una semana influenciada por una combinación de eventos geopolíticos, indicadores económicos y factores de oferta y demanda, los precios del petróleo reaccionaron con incertidumbre.
Todo comenzó con una caída en los precios en respuesta al relativo bajo impacto en las operaciones petroleras del huracán Beryl. Esta erosión en los precios fue revertida por los anuncios de drenajes adicionales en los inventarios comerciales de crudo y productos en EE. UU. y un dólar menos fuerte. En este vaivén, las perspectivas volvieron a cambiar por las altas expectativas de lograr un acuerdo de cese al fuego en el conflicto en Gaza, y la revelación de que la confianza del consumidor de EE. UU. había mermado. El viernes, ya bien avanzado el día, trascendió que el acuerdo entre Israel y Hamás no iba por buen camino, los precios comenzaron a repuntar, pero poco y demasiado tarde para evitar una semana de pérdidas.
Por si fuera poco, el ya conocido contrapunteo entre las proyecciones de demanda de la IEA y la OPEP ha vuelto a reavivarse, cada organización mostrando su sesgo, aunque las coplas de la OPEP han sido más acertadas, por ahora.
A principios de la semana, la tormenta tropical Beryl se acercó a la costa del golfo de México en EE. UU., causando preocupación en los mercados de crudo. Los principales puertos de Texas, incluidos Corpus Christi, Freeport, Houston y Galveston, cerraron en preparación para la llegada de la tormenta. Sin embargo, el impacto de la tormenta en la infraestructura petrolera fue menos severo de lo previsto y se manifestó solamente en paradas de algunas plantas de licuefacción de gas y producción de productos petroquímicos; el transporte por tanqueros también fue suspendido temporalmente. El relativo bajo impacto en las operaciones de suministro le restó importancia a esta variable, contribuyendo a presionar los precios a la baja.
Los incendios forestales en Canadá siguen siendo una amenaza. En las cercanías de las actividades petroleras del norte de Alberta, los bomberos lograron contener el avance de las llamas en la región de arenas petrolíferas, pero el denso humo del viernes siguió impidiendo la reanudación de la mayor parte de la producción de petróleo. Más de 100.000 residentes de Fort McMurray, en el noreste de la provincia de Alberta, fueron evacuados; las instalaciones petroleras Arenas petrolíferas de Athabasca se vieron afectadas, interrumpiendo la extracción y refinación de aproximadamente 1,2 millones de barriles de petróleo por día.
En Ecuador, el Oleoducto de Crudos Pesados, reanudó el miércoles sus operaciones tras 16 días de paralización debido a la amenaza de deslizamientos en el terreno montañoso de la Amazonía por donde pasa. Según la compañía operadora del oleoducto, OCP Ecuador S.A., el bombeo se restableció gracias a la construcción de dos “bypass” de 2.8 kilómetros en la zona de erosión del río Quijos. Ahora se propone reabrir la producción cerrada de unos 37 mil barriles por día.
En su acostumbrado informe de los miércoles, la Administración de Información Energética (EIA: por sus siglas en inglés) anunció otra caída semanal en los inventarios comerciales de crudo de 3,4 millones de barriles por día, superando ampliamente las expectativas.
Los inventarios de gasolina también disminuyeron en 2 millones de barriles, indicando una fuerte demanda de combustible en verano, lo que ayudó a estabilizar los precios después del descenso del lunes; aunque como hemos advertido en entregas anteriores, esas cifras semanales hay que analizarlas con cuidado.
El mercado está más pendiente que nunca de los datos económicos de EE.UU. y su interpretación y utilización por la Reserva Federal (FED). La publicación del índice de precios al consumidor (IPC), el jueves, mostró que la inflación se está moderando, con una tasa del 3% en los últimos 12 meses, cerca del nivel más bajo en más de tres años. Como era de esperarse, volvieron las esperanzas de posibles recortes de las tasas de interés más adelante en el año, lo que a su vez pudiera estimular la demanda de crudo.
Una encuesta mensual realizada por la Universidad de Michigan mostró que la confianza del consumidor de EE. UU. cayó a un mínimo de ocho meses en mayo, aunque las expectativas de inflación mejoraron para el próximo año y más allá.
Rusia ha visto mermada su capacidad de exportar crudo y productos. Antes de su invasión a Ucrania, producía alrededor de 10,5 millones de barriles diarios (MMbdp), incluyendo la participación de empresas multinacionales. La invasión cambió diametralmente la actividad petrolera rusa: la ausencia de socios extranjeros, acceso a equipos y partes, sanciones y techos de precio y más recientemente constantes ataques a su infraestructura petrolera. Todo esto ha hecho mella en la industria de los hidrocarburos en Rusia, visible en la caída de la producción a 9 MMbpd, hábilmente disfrazado como recortes para cumplir con los acuerdos de la OPEP+. En particular, los envíos rusos de productos petrolíferos cayeron un 4,2 % en junio en comparación con mayo, en buena medida como resultado de las reparaciones de emergencia que se están llevando a cabo en las refinerías y terminales atacados por Ucrania. Según reportes, un 7,9 % de la capacidad de refinación está en esas condiciones.
Según las fuentes secundarias de la OPEP, los recortes de la OPEP+ están siendo honrados con precisión, gracias al esfuerzo de un grupo de países que podría producir algo más, como Arabia Saudita, Irak y los EAU, y otros que apenas pueden cubrir su cuota; el efecto sobre el mercado es el mismo independientemente de la motivación del recorte.
Los datos de China, el mayor importador de petróleo del mundo, revelaron que persisten los obstáculos económicos, originados en la crisis hipotecaria que está afectando a la banca, y la falta de efectividad de los incentivos gubernamentales. A pesar de los estímulos oficiales, no se ha logrado un crecimiento persistente, afectando la demanda de crudo requerido por las refinerías.
Por otro lado, a causa del estancamiento del consumo interno, el superávit comercial de China se disparó a un máximo histórico en junio: un aumento de las exportaciones contrarrestó una caída inesperada de las importaciones, lo que, por otra parte, aumenta el riesgo de mayores tensiones con los socios internacionales. El creciente desequilibrio ya ha llevado a algunas naciones a imponer aranceles adicionales a las importaciones chinas, incluidos los vehículos eléctricos, lo que podría acercar a las economías a una guerra comercial.
Tal como mencionamos en la introducción, las perspectivas contrapuestas de la demanda de las principales agencias energéticas añadieron incertidumbre al mercado. La Agencia Internacional de Energía (IEA: por sus siglas en inglés) redujo sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial en 710 MMbpd en el segundo trimestre, principalmente debido a una contracción del consumo chino. La IEA citó factores como crecimiento económico mediocre, la mejora de la eficiencia energética y la progresiva adopción de vehículos eléctricos.
Por el contrario, la OPEP mantuvo sus previsiones de crecimiento de la demanda de petróleo. La organización espera que aumente en 2,25 MMbdp en 2024, citando el persistente crecimiento económico y el incremento en viajes de verano como impulsores clave del consumo de combustible.
Los puntos neurálgicos desde el ámbito geopolítico continúan siendo los mismos:
La invasión rusa a Ucrania y su conversión en guerra entre los dos países.La Guerra del Medio Oriente entre Israel y las diferentes facciones terroristas financiadas por Irán (Hamás, Hezbollah y Hutíes).Resultados electorales en Europa.Las elecciones en EE. UU. y la incógnita Biden.
En los primeros dos, salvo por los efectos reales ya analizados en la sección de fundamentos dedicada a Rusia, los impactos hasta ahora se han limitado a los costos incrementales asociados a no poder navegar libremente por el mar Rojo y el canal de Suez. Sin embargo, los precios petroleros no han sido inmunes a los esfuerzos diplomáticos de disipar tensión, tal como parecía que se podría lograr durante los primeros días de la semana y que se convirtieron en todo lo contrario, una posible escalada que incrementa la percepción de riesgo y, por tanto, los precios.
En cuanto a los resultados electorales en Gran Bretaña, la victoria Laborista se veía venir, y ya ha mostrado sus primeros efectos relacionados con los hidrocarburos, al revocarse los permisos de perforación en Lincolnshire, en el noreste de Inglaterra. En Francia, los resultados fueron sorprendentes, con la coalición de izquierda llevándose la mejor parte, pero dejando el país en un estado de virtual ingobernabilidad.
En el caso de la campaña electoral en EE. UU., nos encontramos con una situación inédita. Después de que el presidente Biden consiguiera los votos de los colegios electorales, que le garantizaban su aclamación como candidato en la Convención del partido Demócrata, se incrementó la percepción del deterioro cognitivo del mandatario y su capacidad de gobernar los próximos 4 años.
La importancia real de la situación es que los dos partidos en la contienda representan agendas diametralmente opuestas y el ganador definirá las agendas internacionales en las cuales EE. UU. debe ejercer liderazgo, sin subestimar la agenda doméstica. Al cierre, se reportó un atentado contra Donald Trump, del cual escapó de manera milagrosa. La resaca de ese evento seguramente afectará lo que resta de campaña y las elecciones.
Un huracán débil, caída de inventarios, interrupción de suministros en varias regiones geográficas, elecciones con fuertes cambios políticos, guerras que se debaten entre la diplomacia, el bombardeo y las trincheras, y la primera potencia mundial que no termina de decidir los candidatos a 4 meses de las elecciones, es un menú para desorientar cualquier mercado. Así le está pasando al mercado petrolero. El comportamiento del precio del crudo durante los últimos 12 meses, se asemeja más a un electrocardiograma que a una curva de precios.
En un periodo de tanta incertidumbre, nuestra lectura simplista continúa siendo que estamos en presencia de un mercado petrolero con una demanda creciente y una oferta rezagada por la falta de suficiente inversión para balancear el mercado, y con la OPEP+ vigilando que no se presenten cambios bruscos. Pensamos que los precios petroleros se mantendrán en los mismos niveles actuales, más una banda variable en función de los riesgos geopolíticos que pudieran agravar la crisis energética que, de una u otra forma, acecha el panorama desde el 2021.
Así las cosas, los crudos marcadores Brent y WTI se cotizaban al cierre de los mercados el viernes 12 de julio, a 85,03 y 82,21 dólares, respectivamente, en un mercado que cerró la semana con una pérdida de alrededor de un 2 % con respecto a la anterior.
Un conocido refrán dice: “la desesperación es furia sin un lugar a donde ir”. Esto parece describir la campaña electoral del madurismo. De hecho, la desorientación lo ha llevado a usar elementos obviamente contradictorios, como la relación con EE. UU. A veces lo califica como el demonio imperialista, y en ocasiones es el que le da legitimidad a la administración de Maduro. Así también postulan que las sanciones son las causantes de todos los males que aquejan al país, pero declaran que han vencido estas medidas y sus efectos.
En cuanto a la observación internacional para las elecciones, definitivamente el veedor más confiable, la misión de la UE, no estará presente. Grupos de la ONU y el Centro Carter ya se encuentran en Venezuela.
Así como la campaña del régimen ha sido deslucida, desenfocada y llena de errores, el manejo económico ha sido relativamente exitoso y fiel a sus objetivos. El anclaje de la tasa de cambio para controlar la inflación ha resultado ser cada vez más costoso. Instrumentarlo ha sido posible gracias al incremento de los precios y el aumento de los volúmenes del crudo exportado, en particular por la acción de Chevron.
En paralelo, el otro objetivo ha sido incrementar el gasto público, para tratar de reconquistar adeptos perdidos. A pesar de haber aumentado el gasto público, principalmente por mejoras en la recolección de impuestos por parte del SENIAT, esto no parece haber sido tan efectivo como el control de la inflación, porque según los analistas del tema, no se ha reflejado en el consumo interno.
Los anuncios de la incorporación de un nuevo socio “B” en PetroCabimas, se vieron enturbiados por una publicación emitida por Suelopetrol, la empresa que fue (o es, según el remitido), el socio nacional original en el contrato operativo, y accionista con un 40 % de la empresa mixta migrada y aprobada por la Asamblea Nacional en 2006. Se desconoce cómo es el manejo legal de los dos socios en conflicto, a menos que Suelopetrol decida vender sus acciones al grupo de Ricardo Cisneros. Por las características complejas de este negocio desde el punto de vista legal y operacional, pensamos que esta empresa mixta es otra que dormirá el sueño de los justos, mientras se dilucida el panorama político.
Desde el punto de vista operativo, 4 taladros de perforación se encuentran activos. Una quinta unidad está programada para iniciar actividades para Chevron en PetroIndependencia, pero ya será en septiembre. Con esta unidad, operando los últimos 3 meses del año, se completará la perforación de los 17 pozos presupuestados para este año por la empresa norteamericana, para alcanzar los casi 200 mil barriles diarios de producción bruta en sus cuatro empresas mixtas.
En el occidente del país, la producción diferida fue reducida en parte en Boscán y en parte en el bloque extendido de PetroQuiriquire, operado por Repsol. Mientras que en oriente, otros dos pozos de la faja comenzaron a producir comercialmente. De manera que la producción nacional aumentó a 807 mil barriles diarios, distribuidos geográficamente como se detalla a continuación:
Occidente 174 (Chevron 71)Oriente 141Faja 492 (Chevron 199)TOTAL 807 (Chevron 170)
Las refinerías, a pesar de los problemas de El Palito, procesaron 245 Mbpd de crudo y productos intermedios. La producción de gasolina alcanzó 78 Mbpd, mientras la producción de diésel se mantuvo en 77 Mbpd.
Exportaciones programadas para el mes de julio indican un volumen marginalmente menor al de junio, aproximadamente 650 Mbpd de crudo y unos 70 Mbpd de productos.
M. Juan Szabo, Analista Internacional de Energía
Luis Pacheco, Académico no-residente del Baker Institute
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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Esta es una traducción de El Tiempo Latino. Puedes leer el artículo original en Factcheck.org. Escrito…