La madrugada del 19 de octubre de 2023, Wilder Vásquez no salió de El Helicoide junto con el primer grupo de presos políticos excarcelados como parte del acuerdo de Barbados entre el oficialismo y la Plataforma Unitaria. Soltaron, sí, a Juan Requesens y a Ronald Carrreño, entre otros. Pero ese día –aunque por un momento parecía que sí- no le tocó a él. Y eso que Wilder debió salir días antes, aunque no por una negociación, sino porque el 13 octubre de 2023 ya se había cumplido la condena que le fue impuesta: cinco años de prisión.
A Wilder lo detuvieron el 11 de octubre de 2018. Tenía 24 años. Jorge Rodríguez, entonces ministro de Comunicación e Información, anunció el presunto delito de Wilder en la rueda de prensa del 17 de octubre de 2018: encubrimiento a Henryberth Rivas “Morfeo”, uno de los que supuestamente fue parte del grupo de operadores del intento de magnicidio con los drones en la avenida Bolívar de Caracas el 4 de agosto de 2018.
El ministro Rodríguez también le puso un alias a Wilder: “El Capo”. Y un papel en la historia: con “El Capo” se logró determinar el supuesto financiamiento de la logística y la alimentación del grupo de operadores.
Pero lo que se dijo en esa rueda de prensa ni fue probado, ni tiene base legal: no hubo sustento en la acusación contra Wilder Vásquez. Lo sabe la jueza Hennit Carolina López, quien lo condenó en la madrugada del 4 de agosto de 2022, cuando ya tenía más de cuatro años preso.
Wilder es uno más de los presos políticos que sigue detenido en El Helicoide, el mayor centro de torturas de Latinoamérica y donde recibe tratos crueles, inhumanos y degradantes. El Tribunal Octavo de Ejecución, a cargo de la jueza Yesenia Azuaje, todavía no ha librado la boleta de excarcelación. O quizás alguien decidió engavetarla. O nadie se atreve a cumplir con la ley porque el de los drones es un caso en el que la justicia es otra.
No hay certezas sobre esa boleta de excarcelación que ya desde hace mucho tiempo tuvo que ser firmada, entregada y acatada.
Hoy, 13 de marzo de 2024, se cumplen cinco meses desde que Wilder Vásquez debió estar en libertad para retomar sus estudios de comercio internacional.
Nunca debieron privarlo de su libertad. Y sin embargo, cumplió su condena. ¿Qué más quieren de él?
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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