Desde centrales obreras, sindicatos, indígenas, afros, campesinos, jóvenes y artistas se movilizaron en apoyo a Petro, exigiendo el cumplimiento de sus promesas
Este 1 de mayo, la Plaza de Bolívar revivió momentos en los que Gustavo Petro era una figura emblemática en campaña, atrayendo a miles que esperaban horas sólo para escuchar su voz. Esta vez, como Presidente, llegó a la 1:40 de la tarde tras realizar una caminata desde la Casa de Nariño a la Plaza de Bolívar, recordando aquel 7 de agosto de 2022 cuando asumió como el primer Presidente de izquierda de Colombia. Sin embargo, no estuvo acompañado por su esposa Verónica Alcocer ni por sus cinco hijos; solo lo acompañó su hija menor, Antonella, y su guardia pretoriana, liderada por un empoderado Armando Benedetti, quien lució una camiseta que decía “Sí a la Consulta Popular”. Petro cumplió con su promesa: mostró la espada de Bolívar, el Libertador.
Desde las nueve de la mañana, el Parque Nacional ya estaba lleno de vida. Los vendedores de fritos, agua y cerveza empezaban a contar su ganancia del día mientras familias, jóvenes, ancianos y grupos sociales con pancartas de apoyo a la Consulta Popular alentaban con sus gritos y tambores. Allí apareció el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien portaba una pancarta a favor de la Consulta Popular. Asume el cargo con una tarea clara: ganar la consulta popular y para ello confía en los comités por el Sí que se han organizado en las regiones desde que Petro dio la orden. Sanguino marchó junto a su predecesora, la exministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y el senador Iván Cepeda.
Faltaban tres horas para la llegada de Gustavo Petro y la Plaza de Bolívar ya estaba repleta de gente que resistía el intenso sol de los 2.600 metros bogotanos. Los sindicatos no faltaron a la cita con el Presidente. Con disciplina y organización, partieron desde el Parque Nacional, cada uno motivado por diferentes razones. El Sindicato de Trabajadores de Thomas Greg & Sons (Sintrathomas) marchó para pedir al Gobierno que les permita continuar trabajando en la fabricación de pasaportes, como lo han hecho durante 17 años desde el gobierno de Juan Manuel Santos, pasando por Iván Duque, y ahora bajo el gobierno de Petro. Uno de los líderes de este sindicato mencionó a Las Dos Orillas que se rumorea que el contrato de fabricación de pasaportes se entregará a la Imprenta Nacional.
El Sindicato del Partido Socialista de Trabajadores marchó por convicción, afirmando que Petro llegó al Gobierno, pero no al poder. Este sindicato busca revivir el Paro Nacional de 2021 y tomar nuevamente las calles, aunque hoy lo hace con una postura crítica hacia el Presidente. Condenan sus alianzas con sectores tradicionales de la burguesía colombiana, definidos para ellos como el santismo y el Partido Liberal bajo la dirección de César Gaviria. Ellos se dicen representantes del pueblo trabajador, pero este 1 de mayo levantaron su voz para declarar independencia de Petro y reafirmar su lucha en la calle. También los profesores de universidades privadas, como el Sindicato de la Universidad Tadeo Lozano (Sintratadeo), salieron a protestar en el centro de Bogotá.
Desde el municipio Timbiquí, Cauca, un grupo representando a las comunidades negras mantuvo cierta distancia con la vicepresidenta Francia Márquez. Aunque ella ha caminado junto a ellos por el Cauca y es un fenómeno político, su mandato se basa en el respaldo popular de su comunidad en la orilla del Pacífico, y no en la lideresa. Francia Márquez, por su parte, no se hizo presente en la Plaza de Bolívar; marchó en Cali, distanciada del Presidente, con quien tiene diferencias evidentes. Estas discrepancias surgieron durante el primer Consejo de Ministros transmitido a nivel nacional, donde cuestionó la presencia de Benedetti y Laura Sarabia en el Gobierno, en contraposición al proyecto de cambio que prometieron. Francia Márquez comenzó a destacar desde su región, lejos de la fría Casa de Salmona.
Las feministas también participaron en las manifestaciones. A pesar de la presencia de figuras como Armando Benedetti y Hollman Morris, ambos con denuncias de violencia contra mujeres, el movimiento Fuerza Común se hizo presente, eludiendo brindar opinión sobre Benedetti, pero reiterando su apoyo a Petro y celebrando que este Gobierno sea el primero en la historia que no les quita derechos a las trabajadoras.
La Minga Indígena del Putumayo llegó a Bogotá el 30 de abril, un viaje que les costó veinte horas. Desde el 27 de abril, las primeras chivas y buses del Cauca y la Sierra Nevada tomaron la Universidad Nacional para organizarse, algunos para marchar el 1 de mayo y otros para exigir al Gobierno que cumpla con sus promesas de campaña. Los arhuacos buscan diálogo con el ministro del Interior, Armando Benedetti, y han anunciado que no se marcharán de Bogotá sino conversan con él. Tienen una lista de exigencias.
También estuvieron presentes jóvenes indígenas que estudian becados en universidades privadas, como El Externado. Este 1 de mayo marchan contra Icetex, que anunció que deberán pagar el 30% de su préstamo al graduarse, condiciones que contradicen lo prometido al llegar a Bogotá; ya que, de haberlo sabido, nunca habrían venido desde tan lejos.
Los actores de teatro tomaron las calles, acompañados de una orquesta, bailando desde la Carrera Séptima con 32 hasta la Plaza de Bolívar. Ellos informaron a Las Dos Orillas que no han tenido un Ministro de Cultura que los represente como artistas. Patricia Ariza fue la primera Ministra de Cultura del Gobierno Petro, pero a pesar de sus más de cuarenta años de carrera, no los incluyó en su plan de trabajo. Lo mismo ocurrió con el siguiente ministro, Juan David Correa, y la actual ministra Yannai Kadamani, quien asumió el cargo el 27 de febrero de 2025. Este gremio de actores de teatro, que apoyó al Pacto Histórico en campaña, alega que carecen de garantías laborales, y deben buscarse la vida como pueden, ya que son contratados por servicios, sin prestaciones ni acceso a salud.
Llegaron asociaciones campesinas del Catatumbo, una de ellas fue desplazada hace un mes desde Puerto Boyacá. Los sacaron de unas tierras otorgadas por la Agencia Nacional de Tierras. Solo vivieron allí trece días, el predio fue entregado por el director Felipe Harmann, sin embargo, el registro no valió cuando los antiguos dueños los desalojaron a tiros. Estos 92 campesinos, ahora en albergues, marchan por regresar al campo, ya que no soportan la caótica Bogotá; sueñan con regresar y dedicarse a la cosecha, que es lo que han hecho toda su vida.
Para la una de la tarde, en la Plaza de Bolívar era imposible ubicarse. Las arengas comenzaron cuando en la pantalla apareció un Gustavo Petro de saco rojo caminando desde la Carrera Décima con la espada de Bolívar. En la tarima, habló durante una hora criticando a la Comisión Séptima del Senado que hundió su Reforma Laboral. Comparó a los senadores con el velo negro que cubre el edificio del Congreso, al que tachó de “mortaja negra” que los hace sentirse reyes del pueblo colombiano.
El Presidente tiene una disputa abierta con el presidente del Senado, Efraín Cepeda; desde la tarima lanzó críticas y declaró que el horario laboral en el país debe terminar a las seis de la tarde. A todos los que acudieron a la Plaza de Bolívar, les pidió que no vuelvan a votar por aquellos congresistas que rechacen la consulta popular.
Entre bromas, Petro respondió a quienes le gritaron “reelección” que no desea reelección y aseguró que no le gustan los fríos de la Casa de Nariño. Concluyó su discurso leyendo las doce preguntas de la consulta popular que presentó minutos después en el Congreso, sin omitir en llamar ‘HP’ a quienes vuelvan a hundirla. “El que vote No o no quiera estas reformas es porque es un HP esclavista. No he dicho ninguna grosería. HP: honorable parlamentario o periodista o político”.
Antes de las dos y media de la tarde, Gustavo Petro se convirtió en el primer Presidente de la República en concluir un discurso alzando la espada de Bolívar, mientras leía las palabras del Libertador ante una multitud que aún confía en él.
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