Según el informe original, Nissan cerrará su fábrica emblemática en Oppama, Japón, como parte de un plan para reducir costos. La producción de vehículos en la planta de Oppama, ubicada en la Prefectura de Kanagawa, finalizará al concluir el año fiscal 2027, es decir, en marzo de 2028. Después de este cierre, todos los modelos que estaban siendo fabricados o planificados para producción en Oppama se trasladarán a la planta de Nissan Motor Kyushu, en la Prefectura de Fukuoka. Esta decision es parte del esfuerzo de Nissan por consolidar sus sitios de producción y aumentar su rentabilidad.
La planta de Oppama no es simplemente un lugar más en el mapa de Nissan. En 2010, de sus líneas de producción salió el Nissan Leaf, un vehículo electrico que marcó un hito para la compañía al adelantarse a sus principales competidores. Sin embargo, a pesar de su historia significativa, la decision de cerrar la planta se alinea con el proceso de reestructuración que Nissan ha anunciado en repetidas ocasiones. Ivan Espinosa, quien asumió el cargo de director ejecutivo en abril, lidera este proceso de transformación mientras Nissan busca adaptarse a un entorno global cada vez más competitivo.
La situación financiera de Nissan ha sido complicada. Reportaron una pérdida de 670.9 mil millones de yenes (4.5 mil millones de dólares) para el año fiscal que finalizó en marzo, un marcado contraste con los 426.6 mil millones de yenes de ganancias del año anterior. Como parte de su plan de reestructuración, Nissan anunció que reducirá su personal global en un 15%, lo que equivale a aproximadamente 20,000 empleados, incluyendo reducciones previas de 9,000 puestos en China. Además, están disminuyendo su capacidad de producción de 3.5 millones de unidades a 2.5 millones y reduciendo el número de plantas de automóviles de 17 a 10.
El cierre de Oppama es solo uno de varios movimientos estratégicos que Nissan ha implementado en su esfuerzo por consolidar operaciones y mejorar su eficiencia. La compañia, que tiene su sede en la ciudad portuaria de Yokohama, ha señalado que las políticas arancelarias del expresidente Donald Trump han afectado su resultado final, sumándose a los desafíos de ventas que enfrenta especialmente en mercados clave como China. Estos cambios son críticos para reposicionar a Nissan en un mercado automotriz global que enfrenta rápidas transformaciones.
La llegada de Ivan Espinosa como nuevo director ejecutivo representa un cambio en el liderazgo de la empresa en un momento crucial. Sustituyendo a Makoto Uchida, quien renunció asumiendo la responsabilidad por los resultados desalentadores, Espinosa tiene la tarea de guiar a Nissan en esta nueva fase de su historia corporativa. La reestructuración de la empresa no solo busca sanar sus finanzas, sino también posicionarla mejor para futuros desafíos en el altamente competitivo mundo automotriz.
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