No hay una única definición, ni tampoco una única tarea asignada. Los comanditos -dice AC, coordinadora política de Vente Venezuela en Carabobo y quien prefiere mantener su identidad en resguardo- son «la estrategia de articulación planteada por el Comando con Venezuela con la intención de organizar ciudadanos para participar de forma activa en la campaña electoral”.
Son descentralizados, cada integrante goza de libertad e iniciativa política para que alguno de ellos se pueda volver jefe de una jurisdicción sin esperar órdenes de una figura más arriba.
Desde el Comando con Venezuela hay una orientación clara sobre cómo se forman: con un mínimo de diez personas y después se llena el formulario respectivo en el sitio web. Hay que tener claro qué tipo de comandito se va a formar, porque hay variedad.
AC lo explica: comanditos sectoriales, vinculados al ámbito gremial: educadores, médicos y enfermeros, trabajadores de sectores empresariales; comanditos familiares, creados por partidos en el grupo familiar y amistades; comanditos comunitarios, se agrupan por comunidades.
Los comunitarios son los más importantes, se forman alrededor de los centros electorales. La expectativa política es crear dos comanditos por centro electoral. Abarcarán un área máxima de 500 metros, lo que les ofrece un espacio físico para organizarse.
En el país existen, según los últimos datos conocidos del Consejo Nacional Electoral (CNE), 15.923 centros electorales. Si se multiplica por dos, dará la cifra de 31.846 comanditos, más de 310 mil personas organizadas. Esa es la meta. A 60 días de las elecciones la tasa de cumplimiento es de casi el 50%. En el estado Zulia, la mayor circunscripción electoral, tendrían que activarse 2.400 comanditos, en el Distrito Capital 1.800, en Carabobo 1.400 y en Amazonas, la de menos votantes, 300.
Desde febrero se viene hablando de los “comanditos”. La figura ha tomado fuerza en la oposición de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio. La memoria de AC le recuerda, sin embargo, que esas estructuras autónomas surgieron durante la primaria. Pero no cuajó entonces, dice, por lo que se perfeccionó en los meses siguientes hasta lo que se está desarrollando en la actualidad.
AC compara los comanditos con las Unidades de Batalla Hugo Chávez, las UBCH. “Son un espejo de las UBCH”, afirma. Las famosas UBCH fueron definidas muy bien durante el tercer congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela en 2014: son la “organización esencial y base de articulación de las patrullas socialistas para la ejecución coordinada de los planes de acción política y social en un radio de acción determinado”.
Las UBCH se suman (o se sumaron, en mejores tiempos) a las Redes de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS) del chavismo, que están diseñadas para ejercer una función de vigilancia del partido socialista en las comunidades. Los 1X10 tampoco escapan al espejo que menciona AC -la idea de que una persona movilice a otras diez, es una idea compartida-. “La gran diferencia, aclara AC, es que en nuestro caso está ausente la coacción, la existencia de premios por participar y el carácter obligatorio”.
“Necesitábamos un espacio, una forma, un concepto, un sentido de pertenencia”, valora AC, quien explica que Vente Venezuela experimentó una profunda reestructuración que vino de la mano con la decisión de María Corina Machado de aspirar a la candidatura presidencial. Mientras Vente se reformaba en las regiones, partidos como Acción Democrática, Voluntad Popular o Primero Justicia llevaban años estableciendo redes en las comunidades. “Ese aporte sentó una base sólida para los comanditos”, reconoce la coordinadora política de Vente.
Hasta mediados de mayo, Carabobo había creado más de 250 comanditos La mayoría del tipo familiar. San Diego, Naguanagua y San Joaquín son los municipios que para ese momento tenían menor cantidad de comanditos registrados. Llama la atención que las dos primeras sean zonas históricamente opositoras, especialmente el municipio San Diego. También llama la atención que los municipios con mayor cantidad de registros sean Libertador, Valencia y Miranda. Este último es un municipio agrícola y foráneo, colindante al oeste con Yaracuy, y al sur con Cojedes.
LT es la jefa de un comandito comunitario. Llevaba, en el momento de hacer esta nota, dos semanas liderando el comandito LT –las siglas son las de su padre, quien fue un luchador social del municipio Carlos Arvelo-. El comandito se ubica en la parroquia Güigüe de ese municipio, uno de los más pobres de Carabobo, un bastión del chavismo en la región.
Los comanditos -LT da su definición- son unidades que agrupan personas para prestar apoyo antes y durante las elecciones. Siguen los lineamientos de María Corina Machado enmarcados en la idea de organizar, motivar y colaborar.
La defensa de los votos es solo uno de los tres fines de los comanditos. Esa estructura organizada tiene alcances a corto, mediano y largo plazo. A corto plazo, lo primero es funcionar como una red informativa e instructiva del proceso del voto. “Si no sabes cómo es la cara del candidato, aquí está una foto; si no sabes dónde está tu centro electoral, aquí te los mostramos”, dice LT.
En un momento en que Venezuela atraviesa un desierto informativo, los comanditos sirven como una opción alternativa, lo que se hace actualmente. En el mediano plazo, está sumarse a la estrategia de la defensa del voto. La finalidad a largo plazo es descubrir nuevos liderazgos, formarlos y prepararlos para el futuro, dado que luego del proceso electoral, y de concretarse la victoria, viene el excesivo período para el traspaso de mando y en 2025 las elecciones municipales, regionales y parlamentarias.
La coordinadora política de Vente en Carabobo, AC, tiene evidencias de que en las comunidades abundan muchos líderes que pueden estar inactivos o con un enfoque errado, lo que no les permite desarrollarse y alzar su voz. Los comanditos se constituyen entonces en herramientas para crear una nueva generación de políticos en un país en el que rostros conocidos fueron desarticulados por el gobierno -por las persecuciones, por errores, por las derrotas electorales o por la incapacidad para ofrecer soluciones.
Al ser células autónomas, los comanditos tienen la intención de impulsar esos liderazgos. “Ante el rechazo de muchos rostros del pasado, las personas de a pie pueden ‘vender’ mucho mejor el proyecto político porque no hay malicia ni vicios”, añade AC, quien grafica la situación de la siguiente manera: “No es lo mismo que tu vecina te diga ‘ve a votar’, a que venga el coordinador municipal de tal partido a abrazarte y a explicarte qué hacer, para luego irse y no volver”.
AC explica que desde hace años los equipos políticos de los partidos de oposición se percataron de un creciente interés electoral de los ciudadanos de municipios pequeños y predominantemente pobres por articularse políticamente por un cambio. Le consta que eso ha venido ocurriendo en Falcón, Barinas, Trujillo y Guárico.
Pero, mientras en las zonas populares y rurales se movilizan por un cambio, en las áreas más pudientes y urbanizadas hay conflictos para la conformación de comanditos. AC da varias razones, una es que donde hay edificios muy altos la forma de penetrar es diferente, no hay tanta unidad entre los vecinos, sino que cada quien vive aislado. En las zonzas económicamente más estables hay, además, miedo hacia el chavismo. Quieren evitar persecuciones y temen, por otro lado, que negocios o vinculaciones con el poder se vean afectadas.
Aun así, la ciudad de Valencia tiene un número considerable de comanditos organizados, en parte por el aporte que hace la parroquia Miguel Peña -el denominado municipio número 15 de Carabobo-, que condensa buena parte de la población obrera de la ciudad.
Las cifras de la creación de comanditos se actualizan semana a semana. A veces el proceso se retrasa un poquito. En el municipio fronterizo Juan José Mora, hay más de 80 organizados que todavía no han sido registrados. El comandito de LT tiene tres centros electorales a menos de 100 metros, que tienen que ser monitoreados por sus diez miembros. Pero, precisa, hay seis comanditos más cerca de LT. En todo el municipio Arvelo, la jefa de este comandito ha asistido a la juramentación de otros 20 comanditos.
Todos trabajan por autogestión, no hay financiamiento de ningún tipo. El chavismo no ha visto con buenos ojos los comanditos. Han sido señalados de células terroristas. AC sabe que es una forma de intimidar a las comunidades para que no se organicen. Cada vez que juramentan un comandito hay una jornada de inducción y explicación donde se les prepara para gestionar una situación de crisis. Los comanditos deben estar en comunicación constante con la dirección de la central Gran Alianza Nacional (GANA).
A los comanditos se les pone el nombre. El que decidan sus integrantes. AC da cuenta de uno registrado recientemente: “Comandito El 28 te vas”.
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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Esta es una traducción de El Tiempo Latino. Puedes leer el artículo original en Factcheck.org. Escrito…