Las actas, ¡Maduro, las actas!

 La comunidad internacional sigue presionando a Maduro para que divulgue las actas, consciente de que las que posee son idénticas a las presentadas por la oposición. A medida que el tiempo se agota para el perdedor, el reloj va marcando más reclamos e informes de una misma verdad.

El pasado sábado la Misión de Observación Electoral (MOE) de Colombia compartió con la comunidad internacional los resultados preliminares de las elecciones presidenciales de Venezuela 2024. Esta entidad, que logró cubrir aproximadamente el 73% de las mesas de votación en todo el país, contabilizó 9.515.322 votos.

En contraste, el CNE, en su segundo boletín, reporta 12.335.883 votos procesados, lo que representa el 96% de las actas. La discordancia más notable se observa en los conteos para los principales candidatos: mientras el CNE asigna a Maduro 6.408.844 votos, la MOE concede a González 6.639.250 votos con una mayoría sustancial repartida entre un 63.2% vs 30.4%, contradiciendo directamente los resultados fabricados.

La MOE implementó un sistema de recolección de datos en tiempo real, utilizando tecnología móvil y una red de observadores capacitados. Su informe también destacó irregularidades como retrasos en la apertura de centros de votación, presencia de propaganda política en lugares prohibidos, casos de intimidación a votantes y observadores, y fallas técnicas en algunas máquinas de votación.

La posibilidad de auditar estos resultados ha sido un tema de contención. Mientras las actas de la oposición están disponibles para escrutinio público en el sitio web:  https://resultadosconvzla.com/ el verdadero desafío radica en auditar los datos provistos por el CNE. La suspensión de las auditorías programadas ha intensificado las sospechas de manipulación electoral.

Adicionalmente, según la dirigente Delsa Solórzano, se ha incumplido el plazo de 48 horas establecido por la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) para la totalización de las actas. Este lapso venció el 30 de julio a las 18:00 horas, sin que el CNE haya publicado los resultados finales, lo cual, según Solórzano, vicia el proceso y hace inviable cualquier proclamación de ganadores.

El artículo 146 de la LOPRE establece que la Junta Nacional Electoral y las Juntas Electorales deben realizar la totalización en un periodo de cuarenta y ocho horas. Si este plazo no se cumple, la Junta Nacional Electoral tiene la responsabilidad de llevar a cabo la totalización, asegurando que se incluyan los resultados de todas las actas de escrutinio de la circunscripción respectiva.

La MOE ha hecho un llamado público a las autoridades electorales para que permitan una auditoría completa e independiente de todo el proceso, incluyendo la revisión de las actas de escrutinio, los cuadernos de votación y los sistemas electrónicos utilizados.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, bajo el control del gobierno de Maduro, enfrenta un dilema inexplicable: afirma haber contabilizado el 96.87% de los votos, mientras simultáneamente declara que no posee las actas electorales debido a un sistema «hackeado». A pesar de esta falta de documentación y transmisión de datos, el CNE informa que el candidato del PSUV, Nicolás Maduro, logró un 51.95% de los votos, superando a su principal rival, el opositor Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 43.18% del apoyo. ¿Cómo pueden justificar unos resultados si denuncian no tenerlos?  Esta flagrante contradicción pone el foco sobre “el usual sospechoso” con la mano metida en el frasco de las galletas de su fraude electoral.

«¡Las actas, Maduro, las actas!» le exigen desde la izquierda representada por Boric, Lula, Petro y hasta Cristina Fernández de Kirchner quien el pasado fin de semana dijo: «Tenemos que abordar el tema de Venezuela…»Y acá le pido, pero no solamente por el pueblo venezolano, por la oposición, por la democracia, por el propio legado de Hugo Chávez, ¡que publiquen las actas, que se publiquen las actas! 

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