El petrolero navegaba recientmente cerca de la costa de Guyana cuando su transpondedor de localización mostró que comenzaba a zigzaguear. Era una maniobra aparentemente improbable y la última pista digital de que el buque, el Skipper, intentaba ocultar su paradero y la valiosa carga almacenada en su casco: petróleo crudo ilícito valorado en decenas de millones de dólares.
El miércoles, comandos estadounidenses que se desplazaban rápidamente desde helicópteros capturaron el barco de 332 metros (1.090 pies), no donde parecía navegar según las plataformas de seguimiento de barcos, sino a unas 360 millas náuticas al noroeste, cerca de la costa de Venezuela.
La incautación marcó una drástica escalada en la campaña del presidente Donald Trump para presionar a Nicolás Maduro, cortándole el acceso a los ingresos petroleros, que durante mucho tiempo han sido el motor de la economía venezolana. También podría indicar una campaña más amplia de Estados Unidos para reprimir buques como el Skipper, que, según expertos y funcionarios estadounidenses, forma parte de una oscura flota de petroleros oxidados que contrabandean petróleo para países que enfrentan fuertes sanciones, como Venezuela, Rusia e Irán.
“Hay cientos de petroleros sin bandera ni Estado que han sido un sustento para los ingresos, ingresos petroleros sancionados, de regímenes como el de Maduro, Irán y el Kremlin”, declaró Michelle Weise Bockmann, analista sénior de Windward, una firma de inteligencia marítima que rastrea estos buques. “Ya no pueden operar sin control”.
Desde que la primera administración de Trump impuso sanciones petroleras a Venezuela en 2017, el gobierno de Maduro ha recurrido a decenas de petroleros de este tipo para contrabandear su crudo a las cadenas de suministro globales.
Los barcos ocultan su ubicación alterando su sistema de identificación automática (una característica de seguridad obligatoria destinada a evitar colisiones) para desaparecer por completo o para «falsificar» su ubicación y hacer parecer que navegan a veces a océanos de distancia, bajo una bandera falsa o con información de registro falsa de otro barco.
La flota oscura se expandió tras las sanciones de Estados Unidos a Rusia por su invasión de Ucrania en 2022. Los expertos afirman que muchos de estos barcos apenas están en condiciones de navegar, operan sin seguro y están registrados a nombre de empresas fantasma que les ayudan a ocultar su propiedad.
Los barcos a menudo transfieren sus cargas a otros barcos mientras están en el mar, lo que oscurece aún más sus orígenes, dijeron los expertos.
En general, el gobierno de Maduro ha tenido éxito al usar estas tácticas para llevar su petróleo al mercado. La producción petrolera del país ha aumentado alrededor de un 25% en los últimos dos años, según datos de la OPEP. Sin embargo, la incautación del miércoles podría marcar un punto de inflexión, según los expertos, anticipando un posible bloqueo petrolero que podría disuadir el contrabando incluso de algunos de los peores actores de la industria naviera.
“El costo de hacer negocios con Venezuela acaba de aumentar drásticamente”, dijo Claire Jungman, directora de riesgo marítimo e inteligencia de Vortexa, una firma de análisis petrolero. “Estos operadores son muy tolerantes al riesgo, pero ni siquiera ellos quieren perder un casco. Una incautación física es un riesgo completamente diferente al de la falsificación de documentos y las multas bancarias”.
Las últimas semanas del Skipper escondido en el Caribe fueron reconstruidas por Windward, que utiliza imágenes satelitales en las que se basan los funcionarios estadounidenses para mapear los movimientos de la flota oscura.
Estados Unidos sancionó al Skipper en noviembre de 2022, cuando era conocido como M/T Adisa, por su presunta participación en una red de buques clandestinos que contrabandeaban crudo en nombre de la Guardia Revolucionaria de Irán y el grupo militante Hezbolá del Líbano. Según informes, la red estaba dirigida por un comerciante de petróleo ucraniano con sede en Suiza, quien también fue sancionado, según declaró entonces el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En los últimos meses, el buque ha navegado hacia China con un cargamento de petróleo iraní y, según Windward, también se le ha vinculado con cargamentos ilícitos procedentes de Rusia. En el momento de su incautación, Windward informó que el petrolero manipulaba digitalmente sus señales de rastreo para indicar falsamente que navegaba frente a la costa de Guyana, que comparte frontera con Venezuela, y adyacente a un enorme yacimiento petrolífero marino que Exxon está desarrollando con un fuerte apoyo estadounidense. Además, ha estado enarbolando falsamente la bandera de Guyana, según los registros marítimos internacionales, lo que constituye una grave violación de las normas marítimas.
Windward informó que el Skipper es uno de los aproximadamente 30 petroleros sancionados que operan cerca de Venezuela, muchos de ellos vulnerables a la interceptación estadounidense porque tienen banderas falsas, lo que los convierte en apátridas según el derecho marítimo internacional.
«Es bastante audaz», dijo Bockmann, el analista de Windward. «Aquí está este barco guyanés con bandera falsa que pretende estar en un yacimiento petrolífero de Guyana. Es bastante extraño».
El Skipper partió de aguas venezolanas a principios de este mes con alrededor de 2 millones de barriles de crudo pesado, aproximadamente la mitad perteneciente a un importador de petróleo estatal cubano, según documentos de la empresa estatal PDVSA que fueron proporcionados a The Associated Press bajo condición de anonimato porque la persona no tenía permiso para compartirlos.
El alto riesgo genera enormes oportunidades de ganancias: el petróleo venezolano en el mercado negro cuesta alrededor de 15 dólares menos por barril que su crudo legítimo, según Francisco Monaldi, un experto en petróleo venezolano de la Universidad Rice en Houston.
Monaldi afirmó que prevé una caída del precio del crudo venezolano ilícito, ya que menos compradores estarán dispuestos a arriesgarse a que se incaute el cargamento. Sin embargo, advirtió que es demasiado pronto para saber si Estados Unidos impondrá un bloqueo total al petróleo venezolano, como el que lidere contra Irak tras la invasión de Kuwait en 1990.
“Depende de si se trata de un evento aislado o de algo más sistemático”, dijo.
Monaldi afirmó que un posible freno a las nuevas incautaciones estadounidenses por parte de Trump es el impacto que esto podría tener en los precios de la gasolina, en un momento en que los estadounidenses están preocupados por el alto costo de la vida. Si bien la producción petrolera venezolana ha disminuido debido a la falta de inversión a menos del 1% de la producción mundial, los precios de las materias primas son notoriamente volátiles y los operadores podrían estar preocupados de que las tácticas agresivas en Venezuela se puedan implementar en otros lugares, afirmó.
Para Maduro, quien calificó la incautación como un «acto de piratería internacional», lo que está en juego es innegable. El petróleo ha sido durante mucho tiempo el motor de la economía venezolana, generando una enorme riqueza, pero también creando una profunda dependencia de los recursos naturales. Reflejando esta doble dependencia, el fundador de la OPEP, el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, en 1975 se refirió a los vastos yacimientos petrolíferos del país como el «Excremento del Diablo». Los precios del petróleo bajaron un 2% el jueves.
“En este momento, mientras les hablo, la tripulación de ese barco, ese buque, que transportaba 1,9 millones de barriles a los mercados internacionales, está secuestrada, desaparecida, nadie sabe dónde está”, declaró Maduro durante un evento gubernamental televisado el jueves. “Secuestraron a la tripulación, robaron el barco y han inaugurado una nueva era: la era de la piratería naval criminal en el Caribe”.
La jueves, la líder de la oposición venezolana respaldada por Estados Unidos, María Corina Machado, aplaudió la decisión de la administración Trump de confiscar el petrolero.
“El régimen está utilizando los recursos, el flujo de caja proveniente de actividades ilegales, incluido el mercado negro del petróleo, no para alimentar a niños hambrientos, ni para maestros que ganan un dólar al día, ni para hospitales”, declaró Machado a la prensa en la capital de Noruega, donde recibió el Premio Nobel de la Paz. “Usan esos recursos para reprimir y perseguir a nuestro pueblo”.
AP / Joshua Goodman y Michael Biesecker
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