Según el informe original del Wall Street Journal, las congelaciones de contratación decretadas por la administración de Donald Trump están haciéndose sentir entre los analistas de la economía norteamericana. Estas medidas han causado una escasez de personal en el Departamento de Trabajo, lo que les ha obligado a recortar la recopilación de datos del Índice de Precios al Consumidor (CPI), una de las herramientas más importantes para rastrear la inflasión en Estados Unidos.
El Bureau of Labor Statistics (BLS) se vio en la necesidad de ajustar sus estrategias de recopilación de datos desde abril, reduciendo el número de negocios en los que verifica precios para el CPI. Esta decisión se debe directamente a la escacez de personal resultante de la congelación de contrataciones que el Presidente Trump impuso el 20 de enero. La medida no es algo permanente, sino temporal, con la esperanza de que, una vez levantada la congelación, puedan volver a contratar y capacitar personal.
Un correo electrónico emitido por el BLS y compartido con economistas privados, indicó que se redujo temporalmente el número de establecimientos y cotizaciones en ciertas ciudades. Esta comunicación pone en evidencia que hasta en el mundo económico, las decisiones políticas tienen un impacto inmediato y significativo, limitando el abanico de datos que el CPI puede ofrecer durante este periodo.
El CPI es uno de los conjuntos de datos económicos más observados por el gobierno de EE.UU. Economistas, inversores y responsables de políticas lo utilizan para estimar practicamente en tiempo real el estado de la inflación. Al ofrecer una visión mensual de los cambios tanto en los precios generales como en productos específicos, desde alimentos hasta boletos de avión, se convierte en una herramienta indispensable para entender el marcado.
Mientras persista la congelación de contrataciones, las medidas reductoras del CPI continuarán, lo que plantea un desafío para aquellos que dependen de esta información para tomar decisiones informadas. Ni el Departamento de Trabajo ni el BLS han proporcionado comentarios respecto a cuándo podrá normalizarse la situacion. Seguimos atentos para ver cómo las dinámicas políticas terminarán influyendo en el acceso y la calidad de los datos económicos fundamentales para el país.
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