El presidente de la CVG, general Francisco Rangel Gómez, prosigue las conversaciones de negocios con funcionarios iraníes, esta vez sobre aluminio. La propuesta se suma al acuerdo para la reactivación de una fábrica de tractores en las instalaciones de la desaparecida Fanatracto (ver en Upper K.O. ‘La resurrección de Fanatracto).
A Irán le interesa la bauxita venezolana, pero Rangel Gómez indicó, según Reuters, que a la CVG no le conviene tan sólo vender bauxita, sino llegar a un convenio estratégico. La intención es que Irán invierta en una planta de transformación del mineral primario y luego su inversión sería recompensada con materia prima.
La planta estaría ubicada en Caicara del Orinoco, cerca de las minas de Los Pijiguaos.
Los socios iraníes serían los terceros en integrarse a la CVG junto a la suiza Glencore, que trabaja con Alcasa, y la francesa Pechiney, que está asociada con Bauxilum.
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