25-08-2016 09:26:00 a.m. | Ariadna García.- Establecer la tasa cambiaria que circula en la frontera debe ser un tema que definan los gobiernos de Colombia y de Venezuela, así lo cree conveniente, Gustavo Márquez exembajador de Venezuela en Colombia.
“El contrabando es un fenómeno nacional, no es fronterizo, dejó de serlo hace mucho tiempo, para convertirse en un proceso que se desarrolla a nivel nacional, los productos que se van a través del contrabando lo hacen a partir de las redes que se han conformado en el país a consecuencia de la inestabilidad económica y particularmente cambiaria” sostiene el exembajador.
Expresa que “el dólar Cúcuta” como lo llama, porque considera que es allí donde se origina tiene su cuota de responsabilidad que no debe ser excluida y señala que Dólar Today, es simplemente una página web, “donde se origina el paralelismo de la moneda es en Colombia no y no en Miami”.
Recuerda que fragmentar la cotización del bolívar respecto al peso, viene en gran parte por una resolución que adoptó en el año 2000 el Banco Central de Venezuela, para manejar precisamente a nivel de la frontera un tipo de cambio diferente al asumido en el país.
Márquez refiere que esta política condujo a crear inestabilidades que se sumaron a los desequilibrios macroeconómicos existentes en Venezuela, productos de la prolongación de una política cambiaria que no provocó una sobrevaluación excesiva de la moneda.
Relata que esos dos fenómenos al sumarse generaron un proceso en el cual se dio lugar al desarrollo de un mercado paralelo ilícito que tiene como uno de sus mecanismos más importantes el contrabando.
A su juicio el definir un nuevo tipo cambiario tendrá un impacto nacional, no solo fronterizo, y enfatiza que no debe hacerse con un enfoque regionalista. “Tiene que ser la política del Estado venezolano, si es ir hacia una unificación cambiaria, una vez que se diga y se plantee que sea orientada y de manera progresiva”.
Mantiene que en ese camino, no se puede lograr la eficacia si no es a partir de un acuerdo bilateral con Colombia, “porque aún cuando Venezuela unifique el tipo de cambio y lo ponga a flotar y Colombia mantiene este paralelismo siempre va a existir intereses que se mueven alrededor de la economía ilícita”.
Algunos de los delitos que menciona son: el lavado de dinero, el narcotráfico y el contrabando que está asociado de una u otra manera en golpear la economía venezolana y en sacar provecho de los desequilibrios cambiarios.
Márquez rechaza que sean las casas de cambio de Cúcuta y los corredores quienes fijen el tipo de cambio, resalta que la autoridad monetaria en Venezuela es el Banco Central, y que no es siquiera el Banco Central de Colombia quien atienda el problema.
Sugiere que la política debe orientarse hacia la unificación cambiaria y apuntar hacia una política de progresividad. “El Dicom fue un paso, sin embargo, el anclaje cambiario que hoy se mantiene en un segmento importante (Dipro) que tiene que ver con las importaciones sigue siendo un gran estimulo para el contrabando”.
Para Márquez el subsidio de productos básicos en Venezuela desencadena el desarrollo de ese mercado paralelo, el contrabando de esos artículos, de combustible y reitera que debe ser coordinado con Colombia, para que este desmonte esa política cambiaria respecto de Venezuela.
“Significa que el Banco Central colombiano debe retomar sus funciones, no puede ser que pretenda crear en la frontera un esquema cambiario que además conspira contra las relaciones comerciales y económicas entre los dos países, las relaciones económicas formales que son las que tienen que prevalecer” concluye.