La orquesta de cámara profesional The Sphinx Virtuosi se presentará este sábado 19 de octubre en el Kennedy Center para dar un recital que incluye melodías del pianista afroamericano Scott Joplin; del compositor y director afroinglés Samuel Coleridge-Taylor; del compositor mexicano Juantio Becenti; de la pianista venezolana Teresa Carreño, entre otros.
Esta banda está compuesta por 18 artistas negros y latinos que reflejan el más alto nivel de musicalidad en Estados Unidos. El proyecto surgió en 1997 con la Competencia Sphinx, creada por el violinista Aaron P. Dworkin con el fin de identificar, empoderar y apoyar a jóvenes artistas talentosos y prepararlos para carreras profesionales en la música clásica.
Más que una orquesta, durante estos últimos 27 años los integrantes de Sphinx son embajadores culturales para audiencias y comunidades de Estados Unidos y de los demás países que visitan.
En El Tiempo Latino conversamos con Rainel Joubert, un violinista cubano que integra la orquesta desde 2012, quien nos comentó cómo ha sido su trayectoria en este grupo y cómo preserva sus raíces latinas.
La primera edición del concurso Sphinx se celebró con gran éxito en Ann Arbor, Michigan, en el Hill Auditorium. | Foto: cortesía www.sphinxmusic.org
Sphinx tiene mucho más de 20 años conformada y realmente las ideas como tales que inspiraron a empezar a esta asociación fue inclusión de latinos, de afroamericanos y de afrolatinos en todo el mundo porque tanto en las orquestas como en el mundo clásico había y ha habido muchos músicos con estas características, pero la inclusión nunca fue el primer parámetro.
Por ello es que en esta orquesta priorizan el talento y las raíces para darles una plataforma a esas personas que talentosas, pero que usualmente no están invitadas a grandes eventos.
Esto comenzó un concurso internacional que todavía sigue vigente todos los años y de ese concurso salieron muchas agrupaciones, han salido cuartetos y sobre todo lo más importante es que se ha conformado esta orquesta de cámara que sin conductor o director hace tours casi todo el año. Está también una orquesta mucho más grande que acompaña a los concursantes en la competencia de Sphinx.
La música que nosotros tocamos sí tiene ritmos latinos, pero es a través de la música clásica, sabes, no es nada como salsita u otro ritmo así, pero sí tiene elementos de los ritmos latinos, traducidos a la música clásica. Por ejemplo, nosotros es una orquesta de cuerdas nada más, pero on stage puedes ver a veces el instrumento de percusión.
Hace poco hicimos un concierto en el que integramos dos contrabajos que tenía elementos bien bailables que vienen de la música de la música latina, que en realidad provienen de la música africana y que han sido sincronizados, también incluimos maracas y otros instrumentos.
Nosotros siempre somos bien cuidadosos de incluir elementos no solamente música latina, sino también música afroamericana y música afro en nuestros programas.
En cada tour que nosotros hacemos siempre vamos a escuelas y áreas donde usualmente la comunidad no necesariamente se interesa por la música clásica, pero es para crear un momento en el que ellos sepan que hay oportunidades para que ellos también puedan vivir y tener trabajo en esta área.
Yo lo he hecho desde que empecé en 2012 y siempre cada vez que vamos a las comunidades como somos una orquesta de 18 personas nos separamos en cuartetos para tener más alcance, entonces vamos a diferentes lugares y escuelas.
Usualmente preparamos un programa adaptado a los muchachos porque si ponemos un programa extenso de dos horas, los muchachos se duermen, entonces ponemos algo que haga que ellos puedan relacionarse, siempre tocamos alguna música y después tenemos una sección de preguntas y respuestas e interactuamos con ellos.
Empezó por la competencia y fue un proceso riguroso. Hay que enviar un video, clasificar para la semifinal y una vez ya clasificas formas parte de un grupo en el que otros músicos te dan apoyo.
Por ejemplo, si necesitas beca para un festival o una escuela ellos te ayudan dentro de lo que puedan. Antes era un grupo pequeño, pero como ya se ha expandido hay otros programas que te permiten ser parte de la organización como, por ejemplo, ahora tienen audiciones con las mejores orquestas del país y el mundo y hacen como una competencia para ese para que esas orquestas vean los músicos.
Entonces, si eres parte de eso ya eres parte de la comunidad de la familia de Springs y bueno, así yo fui una de las personas que compitió en el 2012. Gané el cuarto premio y, como te dije, si eres parte de la semifinal ya eres parte de la familia.
Soy de Cuba y seamos sinceros, el racismo que hay en otros países es muy distinto al que existe acá en Estados Unidos porque aquí hubo una historia completamente diferente. Sin embargo, sí existe de alguna manera el racismo. Crecí en un ambiente que me ponía un techo, existía una creencia de que los artistas negros son para tocar música popular solamente y aprendí música popular, me encanta, son mis raíces.
Pero yo también quería saber si tenía la oportunidad de relacionarme con músicos que son los mejores en el mundo. Tener la oportunidad de venir a este país y codearme con los artistas mejores rankeados a nivel mundial me cambió la perspectiva, eso me abrió un horizonte completamente nuevo. Me siento increíblemente orgulloso de tocar con estas personas, no solamente porque ven mi talento, sino porque tocan a un nivel increíblemente alto.
Siempre hay sorpresas porque nosotros cada año hacemos comisiones de obras, entonces siempre habrá compositores nuevos que hacen obras dedicadas, específicamente para este formato. La preparación es bien rigurosa. En las comisiones nos envían la música y empezamos con los ensayos, por ejemplo, ayer tuvimos tres ensayos en el día, cada uno de dos horas.
Nosotros siempre tenemos uno o varios conciertos antes de llegar al Kennedy Center o antes de llegar a Cannes porque esas son presentaciones bien importantes, entonces vamos a estar preparados. Tenemos obras súper emocionantes y bailables. Por ejemplo, tenemos obras del artista negro Samuel Coleridge-Taylor y tenemos también de Teresa Carreño que es de Venezuela. Hay artistas latinas, que también sabemos que ha habido discriminación por muchos siglos al género femenino, entonces es un programa bien diverso y bien emocionante y etéreo.
Les recomiendo que crean en ellos, que no se desanimen y sobre todo que apunten a lo más grande, que se hagan challenge a ellos mismos porque pasa mucho, ahora no tanto, pero pasa mucho que nosotros mismos nos ponemos ese techo en nuestra mente porque bueno, somos latinos.
Pero nosotros tenemos un talento muy grande, tenemos una cultura que es rica en ritmo, en tradiciones y no tenemos que pensar que somos menos solo porque somos latinos. Nosotros podemos hacer lo mismo que los músicos americanos y que los europeos, solamente que tenemos un camino diferente al de ellos, pero somos capaces, entonces hay que apuntar a soñar en grande.
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