Mónica Rico, una operaria de Koaj que gana el salario mínimo, obtuvo un préstamo de $102 millones de Davivienda para un apto de Cusezar en Bosa ¿cómo lo logró?
Poco a poco, el Pacto por el Crédito, programa que lanzó Asobancaria en alianza con el gobierno de Gustavo Petro para irrigar recursos a distintos sectores de la economía e impulsar pequeños y grandes negocios, empezó a dar sus frutos al agilizar el desembolso de créditos de vivienda, lo que les ha permitido a cerca de 95 mil personas trabajadoras cumplir el sueño de tener una casa propia.
Una de miles es Mónica Alejandra Rico Reyes, de 39 años, separada, con dos hijos, quien ganando el salario mínimo y pagando $750 mil pesos mensuales de arriendo, no necesitó el milagro que tanto había pedido en sus oraciones, sino el apoyo del Banco Davivienda, la constructora Cusezar y el acuerdo entre el Gobierno Nacional y los 39 banqueros conocido como Pacto por el Crédito, para conseguir un techo.
Rico trabaja como operaria en Permoda, empresa de confecciones dueña de la marca Koaj, fundada por el empresario caleño Hanoj Pérez. Allí, desde hace 5 años, cumple su labor en turnos de 8 y 10 horas que pueden ser de día o de noche. En los largos trayectos desde su hogar en el barrio Bosa Nova hasta la fábrica, tener vivienda propia es lo que le había estado dando vueltas en la cabeza.
Cada día, ese sueño quedaba aplazado cuando llegaba a su puesto de trabajo en donde con toda experticia ha manejado la jota, una máquina robot que pasa en forma de ele por donde va el botón de un pantalón o de muchas otras prendas que a diario llegan a sus manos.
Habitualmente, al regresar a su residencia en donde vive con uno de sus dos hijos, piensa en el futuro de ellos. Para no quedarse solo en elucubraciones, desde hace varios años, Rico Reyes se propuso comprarles un apartamento, pues como dice el convaleciente papa Francisco: “tierra, techo y trabajo son derechos sagrados».
Sin conocer exactamente el pensamiento del Pontífice argentino conocido como las tres T, expresado en diferentes ocasiones durante estos 12 años como líder de la Iglesia Católica y más tarareando la clásica de Juanes, A Dios le pido, la determinada operaria de Koaj le pidió a Dios una vivienda propia.
Un domingo de descanso, muy callada y sin contarle a nadie, se fue a ver un proyecto de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) que estaba haciendo y vendiendo la constructora Cusezar en Bosa El Recreo, en el sur de Bogotá, con apoyo del Banco Davivienda, uno de los líderes en la cartera de crédito para vivienda y constructor en el país.
Le ofrecieron un apartamento en obra gris con cocina, sala, 2 habitaciones y un baño en un proyecto de vivienda nueva, pero cómo conseguir $ 102 millones fue la pregunta que la sacó de su ensoñación en ese momento. Sin pensarlo mucho, solicitó un crédito preaprobado a Davivienda por esa millonada.
Por otro lado, hizo gestiones para un subsidio con Colsubsidio, su Caja de Compensación Familiar, retiró las cesantías y por “cosas de Dios”, como ella dice, todo fluyó sin ningún obstáculo.
En un abrir y cerrar de ojos, Mónica Rico ya estaba parada frente a la ventana de su nuevo apartamento en el piso 6 del conjunto La Alegría I de la Marlene, contemplando el paisaje y feliz. “Ya tengo algo para dejarle a mis hijos. Me estoy envejeciendo. Ya tengo algo mío”, se dijo a sí misma, emocionada.
El Proyecto Alegría I de la Marlene, desarrollado por la Constructora Cusezar en la localidad de Bosa, contempla la construcción de 552 unidades habitacionales VIP para mejorar la calidad de vida de miles de familias y sus comunidades, las cuales a través del Pacto por el Crédito y con el apoyo financiero del Banco Davivienda y otras entidades afiliadas a Asobancaria han encontrado alternativas para ofrecer una solución de vivienda.
Cuando Rico recibió el apartamento, la emoción se mezcló y pensó en qué iba a hacer para arreglarlo. Habló con los empleados del Banco Davivienda, cruzaron cuentas con el subsidio y como el crédito aprobado a 30 años fue menor, le quedó dinero para financiar las mejoras del inmueble a 15 años.
Aunque está sorprendida con lo que ha logrado y le da gracias a Dios porque ahora ya no tendrá que pagar un arriendo de $ 750.000, sino una cuota de $434.000, destaca también el apoyo recibido del Banco Davivienda que le prestó fácilmente después de que 39 banqueros firmaron el Pacto por el Crédito con el gobierno del presidente Gustavo Petro como una estrategia de reactivación económica.
La historia de Mónica Alejandra Rico Reyes simboliza los esfuerzos y sueños cumplidos de millones de personas gracias al Pacto por el Crédito que, en los primeros seis meses de operación, ha servido para agilizar el desembolso de 121.407 créditos de vivienda e infraestructura por un monto total del orden de los $16,3 billones con una tasa promedio ponderada efectiva anual de 11,62% entre septiembre de 2024 y febrero de 2025.
Este es el impacto que tiene el Pacto por el Crédito que busca facilitar el acceso a la vivienda a través de alianzas estratégicas entre el sector financiero y el Gobierno Nacional para que familias como la de Mónica Alejandra Rico Reyes, puedan disfrutar de un espacio propio y seguir transformando sus vidas.
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