Los inventarios de crudo y productos continuaron cayendo en EE. UU., pero su economía agregó menos empleos de lo esperado. La OPEP+ no logró sorprender a los mercados esta semana, manteniendo su política previamente anunciada. Desde Asia se originan noticias preocupantes sobre la economía China y el colapso de un 5.8 % del índice Nikkei en el Japón en respuesta a la subida de tasa de interés del Banco Central.
Ante esas noticias, nada halagadoras, los mercados financieros globales tuvieron una compleja y volátil ronda el pasado viernes. Los principales índices de Wall Street se desplomaron con el Nasdaq, con su alto componente tecnológico, a la cabeza y en el proceso, arrastraron otros mercados como el petrolero.
La particularidad de cada mercado se evidenció en las acciones tomadas por los mayores bancos centrales del mundo desarrollado, que movieron las tasas de interés en diferentes direcciones esta semana, aunque potencialmente son decisiones dede tasas corto plazo. El Banco de Japón inició la acción el miércoles subiendo las tasas. Luego vino la decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés, pero con señales de que podría producirse un recorte en septiembre, seguida el jueves por la primera reducción del Banco de Inglaterra desde el 2020. La mayoría de los principales banqueros centrales están cambiando su enfoque hacia la preservación del crecimiento económico y el empleo, mientras que Japón vuelve a ser un caso atípico.
Por otro lado, Irán y sus brazos terroristas, hasta ahora, no han llevado a cabo represalias por la reciente muerte de cabecillas de Hamás y Hezbollah. Esto ha instalado en el mercado una sensación de que la repentina escalada de tensiones geopolíticas después del ataque de Israel en el Líbano y el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniye, en Irán, pudiera no materializarse, lo cual hubiera podido disparar los precios del petróleo.
Esta temporal sensación de alivio, aunada a las continuas preocupaciones sobre la demanda, hizo que los precios del petróleo colapsaran durante la semana. La tendencia a la baja continuó el viernes con una caída de casi dos dólares por barril, en camino a otra caída semanal consecutiva, la cuarta.
Los índices de Wall Street se derrumbaron hasta un 2,8 % durante la semana, arrastrados por las acciones tecnológicas, que perdieron hasta un 26 %, encabezadas por los gigantes Intel y Amazon. El Departamento del Trabajo de EE. UU. publicó sus estadísticas para el mes de julio, reportando que se crearon menos puestos de trabajo de los esperados. En efecto, las contrataciones de personal en EE. UU. se desaceleraron drásticamente el mes pasado ante las altas tasas de interés, añadiendo escasos 114.000 puestos de trabajo vs. los 179.000 de junio. La tasa de desempleo subió al 4,3 %. Estos resultados le dieron pie a algunos analistas para opinar que la demora de la Reserva Federal (FED) en iniciar el recorte de tasas, puede empujar a la economía de EE. UU. a una recesión.
En el lado del mercado físico del petróleo, los inventarios de crudo y productos vienen reduciéndose en las últimas semanas. Los datos publicados por la Administración de Información Energética (EIA: por sus siglas en inglés) mostraron que los inventarios comerciales de petróleo crudo de EE. UU. retrocedieron por quinta semana consecutiva; la caída fue de 3,436 MMbbls, superando las expectativas de que la caída fuera más estrecha: de 1 a 2 millones.
Mientras tanto, los inventarios de gasolina en EE. UU. también cayeron a su nivel más bajo en el año. Los problemas de las refinerías redujeron aún más el suministro interno, mientras que la demanda se mantuvo por encima de la importante marca de 9 MMbpd, un consumo saludable en verano. Según la EIA, la contracción de los inventarios de gasolina fue de 3,67 MMbbls, un 1,6 %.
La producción de crudo en EE. UU. continúa alrededor de los 13 MMbpd, sin señales de que las operadoras hayan decidido incrementar su esfuerzo para aumentar la producción. Esta semana, según Baker Hughes, el cambio en la actividad de taladros en los EE. UU., fue nuevamente negativo, 3 unidades salieron de servicio, aunque dos corresponden a actividades de gas natural. En el ámbito internacional, Baker Hughes reporta una caída en la semana de 23 unidades (-27 versus el año anterior).
Adicionalmente, el retraso en la entrega de dos unidades flotantes de producción, almacenamiento y Carga (FPSO: por sus siglas en inglés), una en el golfo de México y otra en Brasil, así como los incendios forestales en Canadá y la alta probabilidad de huracanes en el golfo de México, reducirían el suministro disponible durante el año.
Por lo demás, la reunión del jueves del comité de monitoreo de la OPEP+ no hizo ninguna recomendación política importante, aunque dejó la puerta abierta respecto del cronograma para deshacer los recortes de tasas.
Durante esta tormenta en los mercados financieros, los fundamentos de oferta y demanda, otrora los indicadores de mayor valoración en el mercado petrolero, han sido opacados por la valoración que el mercado le asigna a los pronósticos sobre la economía y su potencial impacto sobre la demanda petrolera.
Por otro lado, aunque se trata de volúmenes relativamente menores, la inestabilidad política en Venezuela podría ocasionar una reducción de sus exportaciones.
Al igual que con los fundamentos de la industria petrolera, el mercado muestra indiferencia a eventos en el Medio Oriente, que a todas luces podrían desembocar en conflicto extendido en la región. La reacción del mercado petrolero parece basarse en el hecho de que Irán, por ahora, ha optado por no responder a la incursión israelí, a pesar de las amenazas del ayatolá Alí Jamenei de actuar en represalia por la muerte ocurrida en Teherán.
El hecho de mayor contundencia, esta semana, ha sido el asesinato de Ismail Haniye en Irán, un día después de que una figura militar de alto rango de Hezbollah también muriera en un ataque israelí en Beirut. Los primeros indicios sugieren que él y sus guardaespaldas murieron cuando un cohete impactó en la casa donde se alojaba en Teherán. Israel normalmente no hace comentarios sobre sus operaciones en el extranjero, pero este ataque parece llevar su firma y, por tanto, todas las miradas se centran inevitablemente en ellos: se cree que aviones israelíes dispararon cohetes desde fuera del espacio aéreo iraní. EE. UU. ha ordenado el envío de buques de guerra y aviones de combate adicionales a Oriente Medio, en apoyo a Israel, en medio de las crecientes tensiones en la región.
Mientras se investiga el ataque, las consecuencias políticas están a la vista. Lo más obvio es el daño a los frágiles esfuerzos por negociar un alto el fuego en Gaza. Ismail Haniye no estaba involucrado en los acontecimientos de día a día en Gaza, pero como líder de Hamás fue un interlocutor crítico en las negociaciones mediadas por Qatar, Estados Unidos y Egipto. Los funcionarios estadounidenses habían sugerido recientemente que las negociaciones de alto el fuego podrían tener éxito pronto, aunque esa misma sugerencia ha sido anunciada varias veces sin éxito alguno.
En el frente de la guerra entre Rusia y Ucrania, los ataques con drones y misiles continúan de parte de los dos ejércitos. Quizás lo más relevante, desde la perspectiva petrolera, fue el ataque nocturno al aeródromo ruso de Morózovsk y varios depósitos de petróleo e instalaciones de almacenamiento de combustible en las regiones rusas de Bélgorod, Kursk y Rostov. Esta ofensiva continúa minando la capacidad de Rusia de exportar petróleo y combustibles.
Mientras tanto, en EE. UU., Kamala Harris logró los votos suficientes para convertirse en la candidata demócrata a la presidencia y anunció que en los próximos días hará público su selección para vicepresidente. La actual vicepresidente será observada de cerca en relación con su actuación en el manejo de situaciones que EE. UU. debe confrontar con un presidente de salida y una vicepresidente de relativa corta carrera política.
El comienzo de agosto ha sido contundente para los precios del petróleo: vieron esfumarse un 6 % de su valor en los pocos días del nuevo mes.
Tal como lo detallamos en nuestro análisis de los fundamentos, el mercado petrolero reaccionó a las variables que amenazan con una caída de la demanda, principalmente por deterioro de los indicadores económicos y su interpretación de relativa tranquilidad geopolítica. La percepción del mercado petrolero hizo caso omiso a las reducciones de inventarios, menores pronósticos de producción mundial, así como a las amenazas de una escalada de los conflictos en el Medio Oriente.
Así las cosas, los crudos marcadores Brent y WTI, al cierre del mercado el viernes 2 de agosto, se cotizaban a 76,81 y 73,52 dólares por barril, respectivamente, otra semana de deterioro de los precios petroleros.
Tal como adelantamos en nuestra última entrega, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ofreció la madrugada del lunes 29 de julio el primer boletín con los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela. Elvis Amoroso, presidente del CNE, informó que, con un 80 % porciento de los votos escrutados, Nicolás Maduro había resultado electo como presidente de la República, venciendo al candidato de la oposición, el embajador González Urrutia. A las pocas horas, con mucho apuro y sin demora, y sin llenar los extremos legales requeridos, el CNE proclamó a Maduro como presidente electo.
La reacción de la oposición no se hizo esperar, calificando la actuación del CNE como un gigantesco fraude. Los observadores internacionales serios no tardaron en reflejar sus dudas y estupor en cuanto a la veracidad del resultado anunciado. En tiempo récord, la oposición, para sorpresa del régimen, comenzó un proceso de publicación de las actas electorales generadas en los centros de votación, las cuales dan fe de la victoria contundente de la oposición y evidenciando un fraude electoral de proporciones históricas. Las actas electorales hasta ahora compartidas (80%) no dan espacio a cambios en los resultados, por la diferencia abismal entre los candidatos. Tan contundente es la victoria de la oposición, que varios países, incluyendo a EE. UU., ya han reconocido a Edmundo González Urrutia como el ganador de la elección del 28 de julio.
El Centro Carter, único observador internacional autorizado por el régimen, se retiró prontamente de Venezuela, por temores de su seguridad, para luego confirmar que el proceso no podía ser calificado de democrático. Las autoridades internacionales coinciden con la oposición en reclamar que el CNE tiene que mostrar las actas originales de cada mesa, cosa que a la fecha no ha ocurrido.
Bajo el pretexto de un amparo constitucional, el régimen acudió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para tratar de darle un barniz jurídico al fraude y soslayar la obligación del CNE de cumplir con su obligación de publicar la data electoral. Es ampliamente conocido el control que el régimen ejerce sobre todas las instituciones y poderes, incluyendo a la CNE y el TSJ, por lo que es poco lo que se puede esperar de esta instancia, que igual no tiene atribuciones constitucionales para abocarse al tema.
Las protestas en las calles se hicieron generalizadas y el régimen opto por utilizar la represión y la persecución de líderes de la oposición. En particular, se dedicó a detener sin orden judicial alguna a testigos de las mesas, probablemente para extraerles información o para utilizar declaraciones forzadas para desmontar el caso de la victoria de la oposición. La Guardia Nacional y la policía agredieron las concentraciones con bombas lacrimógenas y disparando perdigones contra los que protestaban, con un resultado funesto de al menos 23 asesinatos (Monitor de Víctimas) y 1101 detenidos (según el Foro Penal), entre los cuales hay dos menores de edad.
La fiscalía arremetió contra Edmundo González y María Corina Machado, acusándoles de participar en el hackeo del sistema de transmisión del CNE, hackeo que nunca existió, según expertos internacionales. A todo evento, María Corina Machado se encuentra muy activa, pero en “resguardo”. Este domingo, la oposición convocó a marchas en todo el país y en el exterior, que resultaron masivas. Es probable que Machado, que ha resultado ser una habilidosa estratega política, vuelva a sorprender al régimen en los días por venir.
El régimen luce acorralado, habiéndose probado el fraude que están tratando de instaurar. Sin embargo, por ahora cuentan con apoyo del alto mando militar y de los países amigos no democráticos como Cuba, Nicaragua, Irán y Rusia, y el sospechoso silencio de Brasil, México y Colombia.
De salirse con la suya, el régimen enfrentará un aislamiento mayor que antes de la flexibilización de las sanciones de EE. UU. Dada la gravedad de lo intentado por el régimen, EE. UU. y Europa podrían imponer un paquete de sanciones nuevas contra las personas involucradas en el fraude y posiblemente contra sus fuentes de financiamiento, de la que no escapa la industria petrolera. A juzgar por los rumores que circulan sobre los esfuerzos del cabildeo petrolero en EE. UU., ni siquiera Chevron se siente totalmente inmune a los eventos.
En principio, el desarrollo de los proyectos bajo licencias de la OFAC, si el fraude electoral se consolida, será negativamente afectado por las acciones que pueda tomar el gobierno de EE. UU. Las empresas petroleras extranjeras también pueden decidir no exponerse al creciente riesgo país. Todo esto haría tambalear los ingresos petroleros, pero beneficiaría a los acólitos del régimen que se nutren de las transacciones oscuras de venta de crudo y productos.
En lo concerniente a la actividad de producción, en el campo Boscán, en el occidente del país, unos 12 pozos fueron incorporados a la producción luego de mejoras en su sistema de levantamiento artificial. Así mismo, en el Bloque extendido de PetroQuiriquire, operado por Repsol, se logró incorporar a la producción varios pozos inactivos. La actividad de taladros en el país se mantiene en 4 unidades de perforación.
La producción de la semana promedió 823 Mbpd, distribuidos geográficamente como se describe a continuación:
Occidente 186(Chevron 85)Oriente 141Faja 496 (Chevron 102)
Con este nivel de producción durante la última semana, el mes de julio promedió 812 Mbpd, de los cuales 180 Mbpd corresponden a Chevron.
Las refinerías procesaron 235 Mbpd de crudo y productos intermedios. La producción de gasolina alcanzó 72 Mbpd, mientras la producción de diésel se mantuvo en 78 Mbpd. Se observaron largas colas en las estaciones de servicio durante los días previos a las elecciones. Sin embargo, después de las elecciones, las calles se observaban desoladas con escasa concurrencia a las estaciones de servicio.
El mes de julio cerró con una exportación de crudo de 540 Mbpd, casi 100 Mbpd por debajo de lo programado, posiblemente la compleja situación de los días pre y poselectorales han reducido las operaciones de carga en los terminales. Solamente las exportaciones a EE. UU. mantuvieron un nivel elevado de 242 Mbpd: con 90 Mbpd de Boscán, 84 Mbpd de crudo Hamaca y 68 Mbpd de crudo Merey 16.
China recibió 133 Mbpd, India 114 Mbpd, España 34 Mbpd y Cuba 17 Mbpd. La exportación de combustible residual fue de 63 Mbpd.
M. Juan Szabo, Analista Internacional de Energía
Luis Pacheco, Académico no-residente del Baker Institute
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