El mercado inmobiliario de Washington DC muestra señales de cautela. Datos de Bright MLS indican que tras un verano prometedor, la «represión federal» del presidente Trump ha tenido un impacto directo enfriando un panorama que antes se mantenía robusto. Mientras el resto del área metropolitana se mantiene activo, la ciudad muestra una clara desaceleración.
¿Qué sucede? La incertidumbre económica general, sumada a los recortes presupuestarios, parece ser la chispa que encendió la cautela entre compradores y vendedores.
El mercado de bienes raíces del Distrito, que gozó de un crecimiento sostenido durante la primavera y el verano, experimentó una caída abrupta en la última semana de agosto. Las propiedades tardan más en encontrar dueño y, aunque la demanda mantiene los precios, el ritmo de transacciones se ha frenado por completo.
Los suburbios no sufrieron la misma suerte. Este detalle sugiere que el factor político, es decir, el aumento de la presion policial federal en la ciudad, es un elemento clave en la ecuación.
Los números de Bright MLS reflejan un cambio drástico. La economista jefa, Lisa Sturtevant, lo resume así: «Hay una clara actitud de ‘vigilancia’ entre vendedores y compradores en DC. No vemos lo mismo en los suburbios, lo que me hace pensar que esto se atribuye a las intervenciones específicas del gobierno federal en DC».
Contratos pendientes: en la última semana de agosto, los nuevos contratos pendientes en DC cayeron un 5.7% respecto a la semana anterior. La caída interanual fue de 6.3%.Visitas: las visitas a propiedades bajaron un dramático 16.2% en la misma semana, y un 5.9% en comparación con el año pasado.Nuevos listados: el número de propiedades listadas se redujo un 16.2% respecto a la semana anterior, y un 15.8% comparado con el año pasado. Solo se registraron 165 propiedades nuevas.
Lisa Sturtevant considera que esta situación es una «pausa y un reajuste», no el inicio de un colapso. «Los compradores y vendedores son bastante resistentes. Restablecen sus expectativas con rapidez», explicó.
Además, si la mayor presencia federal se traduce en una percepción de mayor seguridad, esto podría, a la larga, incentivar un renovado interés en el mercado de la capital.
La desaceleración del mercado inmobiliario en DC es un claro reflejo de como los eventos políticos pueden influir directamente en la economía local. No se trata de un problema estructural del mercado, sino de una respuesta momentánea a un factor externo. La resiliencia del sector, según la economista Lisa Sturtevant, hace pensar que esta pausa será breve. El mercado de DC tiene la capacidad de adaptarse rápido. La gran pregunta ahora es si la normalización de la situación política bastará para recuperar la confianza perdida o si el mercado encontrará en la nueva realidad un ímpulso inesperado.
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