Golpes, descargas eléctricas e intento de asfixia con gas lacrimógeno son algunas de las torturas infligidas por cuerpos de seguridad contra adolescentes detenidos después de las elecciones presidenciales en Venezuela. De acuerdo con las madres de tres de estos jóvenes, estas torturas ocurrieron en una celda conocida como «el inframundo», en la sede de la Policía Nacional, en La Urbina, en Caracas.
“La última vez que estuvo en una crisis de depresión me dijo que se quería morir. Que ya tiene cómo se va a matar», le confesó Miguel a su madre, Theany Urbina, durante una visita al centro de reclusión donde espera entrar a fase de juicio, señalado de terrorismo, incitación al odio, obstrucción a las vías públicas, daño al patrimonio y resistencia a la autoridad.
Miguel tenía 16 años cuando lo arrestaron, el dos de agosto, mientras comía una chuchería en la esquina de su casa, pero en octubre cumplió los 17 en la cárcel.
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«El inframundo» y la adolescencia entre rejas
La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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