El Gobierno tiene dinero para comprar votos

El candidato presidencial por el partido El Cambio, Javier Bertucci, afirma que no tiene complejos en reunirse con ningún sector político en el país para trabajar en pro de la unidad. Considera que el triunfalismo, el ego y la superioridad pueden llevar a la oposición a perder unas elecciones que se pueden ganar. También denuncia que los diputados opositores no pueden llevar propuestas a la Asamblea Nacional porque el oficialismo no se los permite

Fotos: María de los Ángeles Graterol

Javier Bertucci es un pastor evangélico, fundador del Evangelio Cambia. En la actualidad es diputado a la Asamblea Nacional y candidato, por segunda vez, a la Presidencia de la República por el partido El Cambio. Asevera que busca la unidad entre los sectores opositores al mandatario Nicolás Maduro para sumar esfuerzos y aumentar las posibilidades de cambiar el Gobierno en estas elecciones.

Es un hombre de palabra pausada, siempre respetuoso con sus oponentes, que mantiene la calma al dialogar. Afirma tener un profundo conocimiento de la realidad del país y reconoce los resultados de las encuestas que considera «serias», incluso si no lo favorecen. Dice que hay esperanza, pero también advierte a los líderes opositores que «el triunfalismo es un grave error».

Bertucci confiesa que no tiene problemas en reunirse con los diversos sectores que hacen vida política en el país. Ya lo ha hecho en varias ocasiones con Maduro y jamás con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pero deja abierta la posibilidad «porque nunca he tenido complejos para reunirme con nadie».

Sin rodeos y sin maquillaje explica cómo el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, humilla, se mofa y hace sentir «poca cosa o nada» a los 20 diputados opositores que hacen vida en un ente de mayoría oficialista; lo que les impide llevar propuestas a la Asamblea Nacional, denuncia.

El candidato por El Cambio aclara en entrevista con TalCual que no es un alacrán y que el hecho de ser otro candidato opositor más en las presidenciales no lo convierte en tal. 

—¿Por qué volver a ser candidato a la presidencia? En 2018 obtuvo 10,82% de los votos, que fueron poco más de un millón, ¿cree que sacará más?

—Siempre he estado diciendo que el triunfalismo es un gravísimo error: pensar que tengo las elecciones ganadas porque aparezco de primero en las encuestas es un gravísimo error. Te recuerdo las concentraciones de (Henrique) Capriles en el 2012 contra Chávez y las concentraciones de Capriles en 2013 contra Maduro. ¿Qué va a determinar la victoria el 28 (de julio)? Número uno, organización y número dos, defensa del voto, si tú no tienes esas dos cosas bien hechas, tus posibilidades de ganar son muy pocas. Estás compitiendo contra un Gobierno que ha ganado la mayoría de las elecciones. ¿Por qué están organizados? Sí están organizados. ¿Mueven gente? Mueven gente. ¿Tienen dinero? Tienen dinero. O sea, tienen todo lo necesario para poder ganar una elección. 

El Gobierno podría movilizar sin problema algunos cinco millones de votos, te lo puedo asegurar porque yo he visto cómo lo hacen, yo ya fui candidato presidencial, yo vi gente que venía a votar conmigo y lo quebraban en el camino con una bolsa de comida, con $50 y dicen: ‘voy a votar aquí porque me conviene’.

Parece ser que este sector de la oposición, que hoy polariza con el Gobierno, no toma en consideración, (a) los que ellos llaman alacranes, por lo menos en el caso mío no tiene ninguna razón, yo no tengo un partido judicializado, yo jamás he hecho algo diferente a participar; cosas que ellos están haciendo. Me he reunido con el Gobierno, muchas veces, y ellos también lo hacen. De manera que ahora todos somos alacranes porque si la situación era que nosotros nos reuníamos con el Gobierno y, por eso éramos alacranes, ellos también se han reunido, secreta y públicamente. A mí nunca me han invitado a una reunión, tampoco la he pedido.

—¿Se reuniría con la Plataforma Unitaria?

—Sin problema alguno. Yo nunca he tenido complejos para reunirme con nadie. Si me he reunido con el Gobierno, ¿no me voy a reunir con ellos? No tengo ningún complejo para sentarme y que podamos conversar.

—Habla de organización y defensa del voto, ¿tiene usted estos dos elementos preparados para esta elección? También hablaba de que en las elecciones pasadas había gente convencida de votar por alguien, pero que en ese camino, ese mismo día (de la elección) se compraban esos votos por $20, una bolsa de comida; sin embargo, el voto es secreto. ¿Cómo esa gente era comprada, los acompañaban hasta la mesa de votación a ver por quién votaban?

— Yo tengo mi estructura que viene del 2018, no cubro todos los centros, puedo cubrir 20% de los centros de votación en este momento con mi organización. Te voy a decir lo que hicieron en 2018, le daban un telefonito y entraban con el teléfono y tenían que tomarle foto al papelito. Es un delito, pero era la única forma de asegurarse de que habían votado, en este caso, por el oficialismo. Te estoy diciendo de gente que lo corroboramos, personas que yo estaba seguro que iban a terminar votando por mí, en lugares que nosotros teníamos muy bien organizados, y decían: ‘no pude, tenía que llevar comida, tenía una necesidad’. Este Gobierno tiene organización para eso, pero peor aún, tiene el dinero para eso; entonces nosotros no podemos seguir confiando porque los numeritos no nos dan.

No sé, tal vez, de mantenerme en la carrera, vuelva o no a sacar esa cantidad de votos, mucha gente que votó por mí en 2018 ya no está en el país. No te puedes dar el lujo de desechar, de patear, de insultar y de menospreciar a otros candidatos que también se están oponiendo al Gobierno. Yo voy a dar propuestas y voy a llamar a la unidad.

—¿Ha pensado en retirarse y darle su apoyo a cualquier otro candidato?

—(Hay) un candidato que sí aparece francamente en el primer lugar de intención de votos de un sector de la oposición, luego viene el oficialismo y después estoy yo o está otro candidato. Lo que te quiero decir es que si mi participación es determinante o mi declinación es determinante entonces lo voy a pensar. Ahora bien, si la actitud del candidato que posee más intención de voto es decir: ‘no me importa nadie porque yo puedo solo’, ah, bueno, yo quería ayudarle pero usted no quiso. Qué haces tú declinando y diciendo: ‘Yo declino para apoyar a fulano y fulano te dice: ‘no me importa, es más, no quiero tu apoyo, no lo necesito’, entonces no voy a declinar, voy a seguir adelante, voy a fortalecer mi partido, me voy a preparar para el próximo año a las elecciones regionales.

 

—En este momento todos los candidatos de oposición hablan de una transición, ¿cómo sería una encabezada por Javier Bertucci?

—Yo he prometido y me he comprometido, de ser electo, de solamente a estar en el Gobierno por un solo período constitucional. Eso convertiría mi gobierno en un gobierno de transición. Haría un gobierno de amplia base donde todos los sectores de oposición se vean reflejados y voy a ir más allá, si para lograr la gobernabilidad, la pacificación y el avance de la normalización de las instituciones del país, tengo que hacer negociaciones con el Gobierno,  estaríamos dispuestos a un gobierno de amplia base. Y estoy dispuesto a hacer una cárcel especial solo para corruptos.

*Lea también: Javier Bertucci prometió un gobierno con cero tolerancia a la impunidad y la corrupción

—La comunidad feminista pide aborto legal, mejoras en la salud sexual y reproductiva. ¿Estos temas tienen espacio en su agenda? ¿Aceptaría usted la despenalización del aborto?

—Es un tema delicado. Tengo que dejar claro que estas leyes van contra mis valores cristianos, especialmente la ley del aborto. No puede ser que si tú das a luz a un niño y lo matas naciendo, eres una asesina en primer grado, pero si lo matas en tu vientre entonces es tu derecho porque es tu cuerpo. Tendríamos que ir al debate, pero finalmente, aunque yo piense contrario en el asunto del aborto, creo que como presidente no podría sesgar la posibilidad que tienen las mujeres de esa aprobatoria de la ley, por lo cual, yo apoyaría que hiciéramos un referéndum consultivo que es lo que la Constitución nos da como herramienta. No solo con la ley del aborto, hay otra ley muy controversial, con respecto a mis valores, que es la ley del matrimonio igualitario.

—¿Qué opinión le merece que el gobierno de Nicolás Maduro esté clientizando el evangelio con entrega de bonos e insumos a este sector? ¿Está buscando comprar ciertos votos?

—Sin duda. Yo quiero aclarar esto, la Iglesia Cristiana Evangélica no deja de sentir lo que siente cualquier venezolano, se le va la electricidad 12 horas al día u ocho, tiene problemas económicos profundos y la misma crisis que todos los venezolanos. De 10 evangélicos, ocho quieren un cambio de Gobierno. El feligrés sentado ahí va a decir: ‘no creas que porque le dieron una silla a la iglesia o un aire acondicionado, voy a salir a votar por el Gobierno, no’. Lamento decirle al Gobierno que va a perder su esfuerzo y va a perder las cosas que entregaron. 

—En su rol como diputado no se le ve mucho en la Asamblea. ¿Cuál es su récord de asistencia y qué iniciativas ha impulsado en este Parlamento de mayoría oficialista?

—En el hemiciclo nuestras propuestas son: ninguna. Te explico por qué. Las propuestas que se hacen en el hemiciclo no provienen de la oposición, a nosotros se nos informa, muchas veces, el mismo día de la plenaria, el mismo día de la sesión, qué vamos a discutir y se nos mandan unos proyectos que si la sesión es a las 11:30 (am), te lo mandan a las 9:00 am. Entonces tienes que estudiarte el proyecto de ley en ese tiempo. 20 diputados, que es lo que somos ahí (opositores), a ellos no les importa. Es más, cada vez que nosotros nos oponemos, nos humillan de forma brutal, burlándose y riéndose cuando nos pasan la aplanadora y el presidente (del Parlamento, Jorge Rodríguez) lo hace con mucho sarcasmo. Todos ellos levantan la mano y él en su rol, que lo hace muy bien, de hacernos sentir que somos poca cosa o nada en la Asamblea nos pasa por encima y nos dice que la ley fue aprobada. Ese jueguito a mí no me ha gustado por el irrespeto y hemos logrado más acuerdos fuera del hemiciclo, que dentro del hemiciclo.

—¿Cómo califica usted el gobierno de Nicolás Maduro?

—Una dictadura no es, pero un gobierno bastante autoritario y puede rayar en lo totalitario. Yo he hablado con muchos de ellos y me dicen: ‘Tenemos que hacerlo porque hay un sector de la oposición que todo el tiempo está tratando de dar golpe de Estado, asesinato del presidente y tenemos que responder de esa manera’. Eso puede ser un justificativo, pero lo cortés no quita lo valiente; al final del día tú no fuiste electo para comportarte de esa manera.

—En el país hay presos políticos, denuncias de casas de torturas clandestinas, perseguidos políticos, ¿cuál es su plan en esta materia? ¿Tiene algún estrategia para indemnizar a las víctimas?

—Primero hacer una gran investigación de todo esto para ver, para atribuir responsabilidades: quiénes están haciendo estas torturas, cuáles son los cuerpos de seguridad que están ejecutando de alguna forma esta clase de actividades irregulares, eso es lo primero que habría que hacer, realmente una investigación profunda. Desmontar cualquier tipo de estructuras para eso. ¿Los derechos humanos son solamente para Venezuela? Vamos a hacer una investigación, vamos a determinar qué se hizo y hasta dónde eso es verdad y en lo que descubramos verdades, vamos a ir muy fuerte con lo que es la justicia.

—Entre sus propuestas propone evaluar la economía, recuperar el parque industrial, ofrecer empleo, mejoras salariales para el sector salud y educación. ¿Cómo lo haría y en cuánto tiempo sería posible tras asumir la presidencia? ¿A cuánto llegaría el salario mínimo y en cuánto tiempo? ¿Qué ofrece a los pensionados y jubilados?

—Hay un plan para recuperar, pero pasa por algunas cosas que son muy importantes: una de ellas es el levantamiento de sanciones, nosotros no podemos recuperar nuestra industria petrolera con sanciones y las industrias básicas. ¿Qué es lo que vamos a generar de inicio en nuestro gobierno? Confianza, creo que es la mayor divisa que podemos tener de inicio, confianza, respeto a la propiedad privada y un marco legal seguro y serio que permita a los inversionistas nacionales e internacionales traer capitales. Con respecto a la educación y a la salud, la creación de fondos independientes que permitan donaciones internacionales, aportes del Gobierno y del ente privado y que sean administrados por personas que provengan de ese gremio. Reducción del gasto fiscal y llegar a acuerdos con sueldos y salarios reales. Podríamos llevar el salario a 150 dólares el 11 de enero de 2025 con un decreto.

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