El negocio de gaseosas en el que inició Carlos Ardila Lülle su vida profesional en 1951 cuando entró a trabajar a Gaseosas Lux de propiedad de su suegro, le marcó su exitoso camino empresarial. Para 1976 ya era dueño de la marca Postobón y su emblemática colombiana que no hacía otra cosa que crecer y crecer, lo que le llevó plantearse la necesidad de producir azúcar, la principal materia prima de las gaseosas. Conocía el Valle del Cauca, desde cuando vivió en Cali, como gerente de la fábrica de Gaseosas Lux, y fue así como a finales de los 70 inició su estrategia de adquisición progresiva y silenciosa de tierras cultivadas en caña y de ingenios.
Mientras tanto, en el Valle del Cauca, el gran empresario de la caña Harold Eder, el propietario del Ingenio Manuelita, se concentraba en la expansión del conglomerado azucarero que les había dejado a los integrantes de la familia Eder, el patriarca Santiago Eder, muchos de ellos dispersos por el mundo y distantes de Colombia. En 1963, inauguró el Ingenio del Cauca (Incauca), con tecnología de punta y en la siguiente década su atención estuvo principalmente en enfrentar las importantes huelgas y conflictos laborales que se presentaron en el sector azucarero del Valle del Cauca.
Carlos Ardila por su lado, se movía sigilosamente en una estrategia de compra de acciones a los propietarios minoritarios de Manuelita y ahora Incauca. Utilizó en su adquisición una maniobra no muy ortodoxa pero eficiente, que le había funcionado cuando en 1976 se hizo a Postobón al llegar a una asamblea con la propiedad del 93 % de las acciones de la embotelladora paisa. Adquirió pequeñas participaciones a herederos minoritarios residentes en el extranjero y se hizo al 49 % de las acciones del Ingenio Manuelita. La familia Eder, dueña de Manuelita, enfrentados ante el poder accionario de este nuevo socio, le entregaron en mayo de 1980 el control de Incauca, que formaba parte del conglomerado, a cambio de preservar el emblemático Ingenio Manuelita.
Incauca es el segundo ingenio más grande del país, en el 2024 tuvo ventas por $ 1.282.212 millones, de los cuales un 79,3 % fue vendido en el mercado nacional y el restante 20,7 % en mercados internacionales. Con presencia en más de 26 países, su top de exportaciones de azúcar lo conforman Estados Unidos, Haití, Bélgica y Perú.
Incauca fue uno de los primeros ingenios que apostó a los biocombustibles, que consiste en una mezcla de 10 % de etanol (alcohol carburante) producido a partir de la caña de azúcar en la gasolina. En 2005, con el impulso que dio al programa el gobierno de Álvaro Uribe, Incauca se unió a la iniciativa y puso en funcionamiento una planta de alcohol carburante, que en 2024 produjo unos 70 millones de libros de bioetanol, y aportó 166.888 Mwh al Sistema Interconectado Nacional utilizando 865.604 toneladas de bagazo como combustible.
Once años después, en 1991, el turno fue para el Ingenio Providencia, Carlos Ardila se hizo al 51 % de uno de los más antiguos del país, fundado por Modesto Cabal Galindo y cuya familia estuvo al frente de la compañía hasta su venta a la Organización Ardila Lülle (OAL), que para ese momento ya tenía un imperio construido en diferentes sectores, incluyendo la industria de las gaseosas (Postobón), los medios de comunicación (RCN Radio y Televisión), textiles (Coltejer) y automotriz (Los Coches y Los Autos).
Providencia fue pionero en la producción de azúcar orgánica hace 25 años. Siguiendo la estrategia de la organización, en 2005, entró al alcohol carburante instalando la segunda más grande y moderna planta del país, así como a la cogeneración de energía eléctrica a partir del bagazo de la caña. Es reconocido como el segundo ingenio más importante del Valle del Cauca, y es el tercero en ventas de $ 1.263.363 millones, detrás de Riopaila Castilla e Incauca.
En la actualidad OAL es dueña del 70 % del ingenio Providencia que opera en conjunto con Incauca, ambas empresas se apoyan entre sí en temas relacionados con repuestos, proveedores y producción en momentos de demanda pico; la parte administrativa también es compartida, y muchos trabajadores de un ingenio trabajan parte de su tiempo en el otro ingenio.
En el 2024, Providencia exportó 60.000 toneladas de azúcar, 30.000 toneladas de tipo orgánica, y 1,53 millones de litros de alcohol orgánico, es el único ingenio azucarero en el país en producir alcohol orgánico, de alta demanda en industria como la farmacéutica, alimentaria y de cosméticos. Sus productos son exportados a 18 mercados internacionale entre los que está Estados Unidos, Alemania, Corea del Sur, Canadá, Reino Unido, Países Bajos y Australia.
En la década de los 90, Ardila Lülle puso su mira en el Ingenio Risaralda, el más joven de los ingenios de Colombia, localizado en unas fértiles tierras que colindan con el Valle del Cauca. Con su conocida estrategia, fue comprando poco a poco paquetes accionarios pero la resistencia a vender por parte de las familias tradicionales de Pereira herederas del ingenio, no le han permitido a la OAL superar el 40 % de participación accionaria. En 2024, sus ventas fueron de $ 587.064 millones.
Además de los ingenios, en su expansión industrial de derivados del azúcar, Ardila Lülle compró en 2012 la totalidad de Sucromiles, una iniciativa de los ingenios colombianos que nació en 1966 de la mano del Instituto de Fomento Industrial con el objetivo de agregar valor al azúcar colombiano. La mayoría accionaria de la empresa cuya planta está ubicada en Palmira, pasó por las manos de Miles Lab, Bayer y Tate & Lile. La Organización Ardila Lülle había entrado como accionista minoritario con la adquisición de Incauca en 1980 y una vez adquirió la totalidad de la empresa la renombró como Sucroal.
Sucroal, que en el 2024 vendió $ 643.314 millones incluye en su portafolio ingredientes esenciales para la industria alimentaria, como almidones, edulcorantes, fibras y aditivos utilizados en bebidas, lácteos, nutrición especializada y alimentos procesados. Además, produce alcohol etílico, solventes, acetatos y fertilizantes, atendiendo sectores industriales como pinturas, construcción, cuidado personal, agro y nutrición animal. Gracias a esta diversificación los productos de Sucroal están presentes en más de 32 países, incluyendo mercados clave como Estados Unidos, Alemania, México, España, Bélgica.
En 2008, Carlos Ardila había puesto la mira internacional comprando el 51 % del Ingenio Presidente Benito Juárez en México. Sus hijos María Emma, María Eugenia, Antonio José y Carlos Julio quienes heredaron la Organización Ardila Lülle a su muerte y la de su esposa Eugenia Gavira, ambos en el 2021, se lo vendieron al Ingenio Santos en agosto de 2023.
A través de sus adquisiciones en ingenios azucareros, Carlos Ardila Lülle no solo se convirtió en el líder en la industria azucarera colombiana, sino que además les dejó a sus hijos 24.000 hectáreas de la mejor tierra del país, que de venderse sería por m2 dadas sus ubicaciones.
Con su muerte y la de su esposa, los cuatro herederos han constituido un holding familiar a través del cual administran su riqueza, y aunque no faltan los roces y diferencias, han logrado sortearlos para evitar particiones que irían en detrimento de este patrimonio en tierras y empresarial.
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