Las descalificaciones hacia funcionarios de Brasil tras la negativa a que Venezuela se sume a los Brics no han alcanzado al presidente Lula Da Silva, referente de la izquierda en la región, y sobre quien Maduro se muestra cauteloso. En medio de varias diferencias entre Caracas y Brasilia, analistas consultados por TalCual desestiman una ruptura de relaciones
El no ingreso de Venezuela a los Brics, fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, es el más reciente episodio del enrarecimiento de las relaciones con el Gobierno de Brasilia.
Pese a las voces altisonantes y la fricción evidente, analistas consultados por TalCual desestiman una ruptura de relaciones, pero si un enfriamiento entre el gobernante Nicolás Maduro y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Carlos Castañeda, profesor de la Universidad Simón Bolívar y experto en relaciones internacionales, señala que en lo relativo a la política exterior, el gobierno de Hugo Chávez se caracterizó «por ser carismático-ideológico» y en el de Maduro priva la sobrevivencia «en términos de preservar la revolución bolivariana».
Para el internacionalista Luis Daniel Álvarez, hay una relación distante entre ambos países que se ha complicado, «pero que no pareciera tener visos de romperse porque no le interesa a ninguno de los actores».
“Se informa a la comunidad nacional e internacional que, siguiendo instrucciones del presidente Nicolás Maduro Moros se ha decidido convocar a consultas, de manera inmediata, al embajador Manuel Vadell”, anunció la Cancillería venezolana el miércoles 30 de octubre. También fue convocado el encargado de negocios de Brasil en Caracas.
Para Venezuela, ha sido «irracional» el comportamiento de los diplomáticos brasileños, «quienes, contraviniendo la aprobación del resto de miembros de los Brics, asumieron una política de bloqueo”.
La medida se produjo horas después de que el presidente de la Asamblea Nacional de 2020, Jorge Rodríguez, acusó a Celso Amorim de fungir más como un enviado de Estados Unidos que como un asesor especial del presidente Lula Da Silva. Rodríguez argumentó sus afirmaciones con las referencias que hizo Amorin sobre Jake Sullivan, asesor nacional de Seguridad de EEUU.
Además, Rodríguez respondió a los señalamientos de Amorim sobre la falta de verificación de los resultados desglosados de las elecciones presidenciales del 28 de julio. «El Consejo Nacional Electoral publicó los números arrojados por las máquinas electorales y el Tribunal Supremo de Justicia ratificó, en sentencia inapelable, la voluntad absoluta del pueblo de Venezuela».
El 29 de octubre, Amorim dijo en el Congreso de Brasil que, al no ser publicados los resultados detallados de las presidenciales del 28 de julio, “el principio de la transparencia no fue respetado”.
La internacionalista Elsa Cardozo expresa que aunque el canciller de Brasil, Mauro Vieira, ha hablado menos sobre la no aprobación de Venezuela dentro de los Brics, el asesor Celso Amorim ha presentado varias razones. Refiere lo dicho por el asesor de que Venezuela no aportaba nada al grupo Brics.
La internacionalista agrega que, ante la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Cámara de Diputados brasileña, Amorim sostuvo que Brasil no realizó un veto, por cuanto se procura que las decisiones sean por consenso. El asesor enfatizó que la crisis política en Venezuela no se ha resuelto, ni han sido entregadas las actas de votación.
Cardozo recuerda el esfuerzo de intermediación que hicieron los brasileños con Colombia luego de las presidenciales del 28 de julio y la forma cómo Maduro no respondió a los esfuerzos y sorteó la situación.
«Es lo mismo que ha ocurrido con el tema de la embajada de Argentina y que el gobierno decidió, aunque no ejecutó la medida, retirarle a Brasil la delegación recibida por el Gobierno de Javier Milei de cuidar la sede donde hay seis venezolanos asilados y la petición de salvoconducto no ha sido respondida», acota la internacionalista.
Refiere otros elementos importantes, dentro de los que se encuentra el acuerdo de venta de energía a Brasil que no se cumplió, así como la promesa de Maduro a Lula de que la Unión Europea participaría como observador electoral que no se ejecutó.
Puntualiza que hay otro foco de roce y es la fuerte reacción de Brasil tras los decretos de extensión del mapa venezolano y del establecimiento de bases militares en la frontera con Guyana y la creación del estado Esequibo.
Según la investigadora, en ese contexto, la decisión de Brasil sobre Venezuela en los Brics estaba asumida desde hace rato.
Para el internacionalista Luis Daniel Álvarez , el no ingreso de Venezuela a los Brics no obedece a la situación del país en materia de derechos humanos. «Sino Brasil se para y se va. Allí está Rusia, allí está China, Egipto; Irán y Cuba. En realidad es porque la economía venezolana no aporta nada».
*Lea También: Maduro culpa a otros y prefiere esperar a que Lula analice lo que pasó en los Brics
Elsa Cardozo llama la atención sobre las descalificaciones que se han suscitado luego del revés de Maduro en el foro de los Brics.
«Maduro había hecho una apuesta muy grande a los Brics y contaba con que el apoyo de Rusia y de China iba a incorporarlo a la lista de este conjunto de países asociados. Fue un golpe duro, muy fuerte, y la reacción ha sido culpar a la Cancillería brasileña, a Amorim, mientras Maduro trata de conversar con Lula sobre el tema», señala Cardozo.
La internacionalista dice que no se sabe si Nicolás Maduro busca mantener «un canal de comunicación» con Lula, en tanto funcionarios de su gobierno lo insultan.
El 26 de octubre, el fiscal general nombrado por la extinta constituyente, Tarek William Saab, dijo que recibió información de “fuentes directas y cercanas” de Brasil, según las cuales el presidente Lula Da Silva “manipuló un presunto accidente” para usarlo de excusa, de «coartada», con el fin de no acudir a la cumbre de los Brics en Rusia. “No fue otra cosa que un engaño para perpetrar el veto contra Venezuela”, aseveró.
Para Celso Amorin, la reacción venezolana ha sido “como mínimo desproporcionada”. Desde el Congreso de su país, dijo que Brasil seguirá actuando con discreción.
La Cancillería de Maduro consideró “una agresión” y “un gesto hostil” la decisión en los Brics. En ese escenario, el mandatario ha emplazado a Lula a dar respuestas.
«No soy inocente, pero sí buena gente. Prefiero esperar a que Lula observe, esté bien informado de los acontecimientos y él, como Jefe de Estado, en su momento diga lo que tiene que decir», aseveró Maduro el 29 de octubre en su programa semanal.
Para la internacionalista Cardozo, las afirmaciones de Maduro implican un desafío, pero, a su vez, la intención de no agredir directamente a Lula y de cuidar esa relación.
«Al fin y al cabo, en todo este tiempo, aún con las tensiones, Lula también fue cuidadoso al referirse a la situación venezolana. Maduro estaría contando con que no se rompa ese hilo», añade.
Para la profesora, dentro del escalamiento verbal contra Brasil, se da como «una ruta de escape» del fallido intento ante los Brics para el que se venía preparando el gobierno nacional en sus discursos y propuestas.
«En esta competencia de descalificaciones con la que voceros del gobierno intentan salvar su posición, más bien la complican. Pierden vínculos que les habían sido útiles y alejan sus opciones futuras en los Brics que Brasil preside en 2025», añade la investigadora.
Dice también que muchas de esas declaraciones tienen como destinario el público del gobierno revolucionario.
El profesor Carlos Castañeda destaca que no se puede atacar a Lula «porque es un referente en las izquierdas latinoamericanas, goza de cierta legitimación política por parte de las izquierdas en el continente y ya Venezuela está muy disociada de otros gobiernos de izquierda en Chile y, a veces, en Colombia».
Agrega que Lula Da Silva fue un perseguido de las dictaduras militares de su país y «no tendría mucha congruencia que, siendo perseguido, termine apoyando algo que para Brasil no tiene visos de ser una democracia».
Castañeda también considera que el presidente brasileño se ha vuelto más crítico hacia Venezuela porque este sería su último mandato y se concentra en legitimar más su gestión a lo interno.
«En las recientes elecciones municipales, el partido de Lula no salió muy bien fortalecido, de hecho perdió alcaldías cuyo número de votantes era importante», acota.
Luis Daniel Álvarez coincide con Castañeda en que Lula Da Silva es un referente de la izquierda y se ha convertido en ejemplo de un contrapeso. Al mismo tiempo, sostiene que a Lula también le conviene mantener la relación con Venezuela.
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