El Gobierno sigue corriendo en el tiempo la operación de las plantas La Vueltosa y Tocoma.
La solución se visualiza a través de la instalación de plantas termoeléctricas a ciclo combinado y a gas
Desarrollar el plan hidroeléctrico diseñado en los años 60 en el Alto Caroní, tiene amigos y detractores.
El Estado, el primer crítico de este proyecto, decidió no tomarlo como una vía para generar electricidad. El argumento principal: el enorme impacto ambiental que tendría el desarrollo de cuatro nuevas presas hidroeléctricas, que aportarían al sistema 10.000 megavatios (Mw).
Pese a que la construcción se llevaría entre 10 a 15 años, el ministro de Planificación, Jorge Giordaní, aseguró que Venezuela tiene energía para 500 años, que no es necesaria la opción del Alto Caroní, ni siquiera al largo plazo.
Al tiempo, el titular de las Finanzas, Alí Rodríguez Araque, señaló en una exposición en la Asamblea Nacional que Venezuela agotó su capacidad de generación hidroeléctrica, y que construir más represas sería un «crimen», ecológico.
La opción que amasa Rodríguez es la generación de electricidad a través de plantas termoeléctricas, preferiblemente a ciclos combinados, operadas con gas como combustible.
En este sentido, los cuatro proyectos hidráulicos que reposan en papel en el Ministerio de Energía y Petróleo, y en el Ministerio del Ambiente, que serían hermanos del Guri, Macagua, Caruachí y Tocoma, no verán luz al menos en la administración del presidente Hugo Chávez.
Tayucay (1.800 Mw), Aripichi (2.800 Mw), Eutobarima (2.700 Mw) y Auraima (2.700 Mw), continuarán en la nevera.
Analistas, como Fernando Branger, dan crédito a esta decisión. Para él, los proyectos aguas arriba del Alto Caroní, tienen, en efecto, serios problemas de tipo ambiental.
Además, señala que ninguno de esos proyectos podría obtener financiamiento de un multilateral.
Por lo que supone, que con Tocoma prácticamente se cerraría la «explotación» hidroeléctrica del Caroní.
No descarta, sin embargo, que puedan, «eventualmente», haber otros proyectos de generación hidroeléctrica, pero jamás de las dimensiones de Guri, Macagua y Tocoma.
El desarrollo para Branger debe ser necesariamente a través de sistemas térmicos. Y al igual que el titular de Finanzas, sostiene que debe ser a gas.
Víctor Poleo, ex viceministro de Electricidad, tiene otra visión del tema. Considera que la solución a la crisis eléctrica pasa por la construcción de plantas térmicas e inclusive hidroeléctricas.
Estima que el Estado tiene una enorme miopía y un grave desconocimiento del sector.
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