Reconstrucción de Gramalote: Cómo se Finalizó la Reubicación del Pueblo Desaparecido Tras 15 Años de Espera
La ola invernal que afectó al gobierno Santos obligó a mover Gramalote. Tras muchos años de demora, el nuevo pueblo fue finalmente entregado. La Contraloría tuvo un papel clave.
El pueblo de Gramalote, Norte de Santander, dejó de existir el 17 de diciembre de 2010 debido a la combinación de lluvias y movimientos de tierra. Las lluvias que asolaron el país se sumaron a una falla geológica, el cerro de la Cruz, que al deslizarse casi se tragó el municipio donde vivían entre 3.500 y 6.000 personas.
El presidente Juan Manuel Santos sobrevoló la zona y prometió la reconstrucción del poblado en otro lugar. Del sitio solo quedó en pie una de las dos torres de la iglesia, mientras que el resto del casco urbano desapareció bajo el agua. En la memoria y narraciones de la gente está el rugido de la tierra y la idea de comenzar una nueva vida en otro lugar.
A raíz de esta tragedia, que también afectó severamente a municipios del sur del Atlántico, se creó el Fondo de Adaptación. Esta entidad tendría capital autónomo para liderar la reconstrucción y reubicación de pueblos y victimas de la ola invernal, y a la cabeza de la institución se nombró a la barranquillera Cecilia Álvarez.
En el caso de Gramalote, la situación era urgente. Era necesario lograr un reasentamiento para evitar que la catástrofe se repitiera. En mayo de 2011 comenzaron los estudios para identificar el lugar de la mudanza, la investigación fue contratada por la exministra del gobierno Santos, Beatriz Uribe.
A pesar de la necesidad urgente de realizar la reubicación y del compromiso del expresidente Santos, los esfuerzos no correspondieron al desafío. Predominó, por el contrario, la lentitud y mal gasto de recursos.
Seis años después de la catástrofe, el 20 de diciembre de 2016, Santos regresó para entregar parte de lo prometido, el correspondiente al 65%. Dentro de las construcciones finalizadas se incluyó la nueva plaza de mercado, 260 viviendas, el Centro Administrativo Municipal (CAM) y las plantas de tratamiento de agua potable y aguas residuales; sin embargo, la mayoría de las viviendas no estaban listas. Al proyecto que debía construir 984 casas (612 de interés social para propietarios y 372 de interés prioritario para arrendatarios) aún le quedaba mucho por hacer.
Pasaron más de una década hasta que José Manuel Restrepo, el último ministro de Hacienda de Duque, y Raquel Garavito, entonces gerente del Fondo de Adaptación, asumieran la responsabilidad del asunto. En consecuencia, en 2021 se abrió la licitación de obra pública FA-LP-I-S-006-2021 cuyo objeto fue: Construcción, terminación y entrega de las viviendas faltantes del nuevo casco urbano de Gramalote en Norte de Santander. El ganador de la licitación fue el contratista U.T Nuevo Gramalote, y de interventor estaba Restrepo y Uribe SAS. Se destinó un presupuesto cercano a los $ 600 mil millones.
Después de más de una década, la frustración era enorme, sin olvidar la pérdida de recursos presupuestarios en el reasentamiento. Decenas de contratistas incumplieron mientras que otros trabajaron con sobrecostos. Con este panorama, la Contraloría decidió poner la lupa en el caso.
Para el ente de control, no solo se trataba de identificar a los responsables y lograr una reintegración del dinero, sino de asegurar una salida a la gente de Gramalote que llevaba más de diez años esperando.
La tarea de la Contraloría, bajo la dirección de Carlos Hernán Rodríguez Becerra, produjo resultados
La entrega de todas las viviendas de nuevo Gramalote tomó 14 años y fue clave el papel de la Contraloría, la veeduría y la comunidad para llegar a un buen término.
En 2020, del proyecto de reconstrucción de las casas de Gramalote, de las 988 viviendas prometidas, un total de 128 hogares estaban sin finalizar y con problemas. Debido a estos inconvenientes, el Fondo de Adaptación decidió abrir un proceso por incumplimiento al contratista, Unión Temporal Nuevo Gramalote; y al representante legal de la Unión, Ricardo León Carvajal Franklin, se le notificó la situación.
En 2020, la Contraloría estaba presente en la reconstrucción de Gramalote, y para evitar que un proceso tan avanzado quedara incompleto. Se abrió una nueva licitación, aunque se declaró desierta durante varios meses.
El seleccionado para el conjunto de casas fue Consorcio Viviendas Gramalote. El presupuesto asignado fue de $ 16.970.521.605 pesos. Los obreros comenzaron a trabajar el 9 de diciembre de 2022. En diez meses todo debería estar listo; sin embargo, llegaron los imprevistos, con una suspensión y cuatro prórrogas.
La Contraloría, mediante su provincial Vicky Xiomara Moros Peñaranda, estaba atenta a materializar el contrato con Viviendas Gramalote. Gracias a 49 diálogos y múltiples jornadas de trabajo en el territorio, logró llevar el proyecto a buen término.
Gracias a esa vocación de diálogo y al dedicados trabajo como amigables componedores, la Contraloría ha salvado varias construcciones en riesgo de abandono. De la anterior pueden dar fe casos reconocidos como el estadio 20 de Enero, el Instituto Débora Arango, el colegio San Felipe Neri, o el puente Juanchito, entre otros.
Por fin, el 10 de octubre de 2024, el director del Fondo de Adaptación, Carlos Carrillo Arenas, formalizó la entrega del 100% del proyecto de reubicación de Gramalote, que tuvo una inversión final de $ 20.381.573.313. La espera de cerca de catorce años se acabó y la comunidad pudo pasar la página.
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