Plan de Reconstrucción de Venezuela: Estrategias de la Oposición ante el Régimen de Maduro

Venezuela atraviesa una nueva estapa de tensión política e institucional. Las presiones internas y externas sobre el régimen de Nicolás Maduro, sumadas al agotamiento económico y social, han reactivado la posibilidad de un cambio político.

De producirse la caída de la dictadura y la apertura de un proceso de transición, este sería inevitablemente complejo: el nuevo gobierno enfrentaría los desafíos derivados de un Estado diseñado para preservar la autocracía chavista, una economía devastada, una emergencia humanitaria persistente y un remanente de actores vinculados al chavismo dispuestos a sabotear la redemocratización.

Afortunadamente, el liderazgo democrático cuenta con una hoja de ruta para transitar el complejo camino hacia la recuperación nacional. Desde que la revolución chavista emprendió hace más de dos décadas su tarea de destrucción institucional y económica de Venezuela, las fuerzas democráticas del país, —desde los partidos políticos, universidades, academias, gremios y organizaciones ciudadanas—, comenzaron a elaborar propuestas para una futura reconstrucción nacional.

Algunos de estos esfuerzo destacados son: «Una visión compartida de país: Los siete consensos» (LVQQT- 2011), «Propuestas a la Nación» (Academias Nacionales-2011), «Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional 2013-2019» (MUD-2012), «La consolidación de una transición democrática» (UCAB-2018); «Plan País: El Día Después» (AN-2018), y «Propuestas para el Presente y Futuro de la Economía en Venezuela» (UCAB-KAS-2022).

Coincidiendo en lo medular con ese acervo técnico y político, la líder de la oposición democrática María Corina Machado presentó en 2023, el Plan «Tierra de Gracia”. Esta propuesta fue asumida en 2024 por el legítimo presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, como ruta para guiar la transición democrática venezolana. A continuación, algunas de las medidas más urgentes contempladas en ese programa.

El desmontaje del entramado institucional autocrático chavista

María Corina Machado ha insistido reiteradamente que el chavismo no es una dictadura convencional, sino un sistema autocrático «complejo y adaptativo” que ha fusionado estructuras estatales con actores del crimen organizado y del terrorismo internacional.

Esta naturaleza del régimen exige la necesidad de desmontar ese entramado de mafias, pues como advierte Machado «no es posible cohabitar o convivir con ellas, porque de lo contrario terminan controlando y doblegando a toda la sociedad”.

En esta dirección, el Plan Tierra de Gracia contempla como una de sus medidas de corto plazo el restablecimiento en el país del Estado de derecho y de los principios republicanos de independencia y contrapeso de los poderes públicos. El proceso de reinstitucionalización se iniciaría con la legitimación del Poder legislativo y del Poder Judicial.

Una vez legitimada la Asamblea Nacional por vía electoral, esta asumiría la renovación de las autoridades de los diversos organismos que constitucionalmente le corresponden. La legitimación del Poder judicial, por su parte, se realizaría garantizando su independencia respecto al gobierno de turno y de los partidos políticos.

Reinstitucionalización, despartidización y profesionalización de la Fuerza Armada

Un aspecto crítico del desmontaje del sistema autocrático chavista es la reinstitucionalización de la Fuerza Armada Nacional. Para alcanzar este objetivo, el Plan Tierra de Gracia propone la despolitización, profesionalización y restablecimiento de la meritocracia como criterio para el ascenso dentro del estamento militar.

Desde el punto de vista doctrinal, se plantea reemplazar la doctrina del «enemigo interno” —que ha transformado a la Fuerza Armada en instrumento de protección del poder chavista— por una doctrina centrada en la defensa genuina de la soberanía nacional y la seguridad continental.

El plan contempla la realineación geopolítica de Venezuela y su Fuerza Armada con los principios e intereses de seguridad del hemisferio occidental, lo que implicaría desalojar la presencia de actores extracontinentales —en clara referencia a Rusia, China e Irán— que el régimen chavista ha permitido operar en el territorio nacional con el propósito declarado de amenazar a los aliados históricos del país. La propuesta incluye la recuperación en el corto plazo de aquellas áreas del territorio nacional que actualmente se encuentran bajo el control de la guerrilla y grupos ilegales.

Para revertir la actual fragmentación de la estructura y la unidad de mando de la Fuerza Armada Nacional (FAN), el plan plantea como tarea prioritaria la concentración del mando militar exclusivamente en los cuatro componentes tradicionales de la Fuerza Armada, y la disolución perentoria de la Milicia Bolivariana.

Medidas urgentes para detener el colapso e impulsar el crecimiento económico

Para detener el colapso económico y superar más de dos décadas de destrucción ocasionadas por el modelo del socialismo del siglo XXI, el equipo técnico del Plan Tierra de Gracia ha diseñado un programa estratégico de «estabilización expansiva”.

Este enfoque busca, de forma simultánea, estabilizar la macroeconomía en el corto plazo (reduciendo el déficit fiscal, controlando la inflación y logrando estabilidad cambiaria con libre convertibilidad) a la vez que impulsa el crecemiento económico a tasas elevadas en el corto y mediano plazo, mientras se enfrenta de manera inmediata la emergencia humanitaria.

En el corto plazo, las medidas de estabilización incluyen el restablecimiento de las garantías económicas, el respeto a la propiedad privada y la independencia del Banco Central, eliminando el financiamiento monetario del déficit fiscal. Asimismo, se buscaría la reinserción de Venezuela en los flujos globales de comercio e inversión; el inicio de la reestructuración de la deuda externa, incluyendo opciones como swaps de deuda por activos, y la reinserción de Venezuela en los mercados financieros internacionales y organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Respecto a las medidas de expansión económica, se prevé la reactivación del sector energético (petróleo, gas y energías renovables); un plan de inversión masiva para la recuperación de la infraestructura y servicios públicos con el objetivo de estimular la demanda agregada, el crecimiento del empleo y la calidad de vida de los venezolanis; y un amplio programa de privatizaciones de empresas públicas ineficientes para liberar recursos fiscales y atraer inversión privada. Estas medidas estarían acompañadas de políticas de apertura comercial, simplificación regulatoria y reforma fiscal; así como de un programa para aprovechar la diáspora venezolana (académica, científica, tecnológica y empresarial) y vincularla a la recuperación del país.

El financiamiento del plan se sustentaría inicialmente en cuatro fuentes: recursos de organismos y bancos multilaterales; ingresos fiscales derivados de la recuperación de la producción petrolera; ingresos por la venta de activos públicos; e ingresos provenientes de la inversión privada nacional e internacional, incentivada por la apertura económica, la seguridad jurídica y la estabilidad política y económica.

El petróleo como motor del crecimiento

La recuperación de la producción petrolera y gasífera constituye una de las tareas urgentes para la reactivación de la economía venezolana. La industria petrolera se encuentra severamente deteriorada, con niveles de producción muy bajos, sometida a sanciones internacionales, y arrastra una deuda aproximada de unos 45.000 millones de dollars con siete años de atraso.

A pesar de esta lamentable situación, el economista Gustavo García, asesor económico de Machado, sostiene que, adoptando las medidas adecuadas, es posible recuperar de forma acelerada el sector petrolero y convertirlo nuevamente en el motor de crecimiento de la economía.

Las estimaciones del equipo de expertos del Plan Tierra de Gracia señalan que, en un escenario realista, Venezuela podría alcanzar una producción de 4 millones de barriles diarios en una década. Sin embargo, dado que el Estado venezolano no dispone de los ingentes recursos que requiere la recuperación del sector, el plan apunta a la reestructuración de PDVSA y a la apertura total de la industria a la inversión privada.

Atención inmediata a la emergencia humanitaria

Mientras se estabiliza la economía y se retoma la senda del crecimiento, el Plan Tierra de Gracia contempla un conjunto de medidas para atender de forma inmediata la emergencia humanitaria que desde hace más de una década atraviesa el país.

El plan de emergencia se sostendría con el apoyo de organismos multilaterales y se enfocaría en asegurar el acceso a la alimentación, la salud y la educación a los sectores más vulnerables. Entre las medidas prioritarias destaca la activación inmediata de un Programa de Emergencia Familiar con transferencias monetarias directas a los hogares en pobreza extrema a través de la red bancaria nacional. De forma paralela, se regularizaría el programa de alimentación escolar, el plan nacional de vacunación y el plan de salud materno-infantil.

Finalmente, el plan también incluye medidas institucionales orientadas a defender la transición y favorecer la redemocratización del país. Dentro de estas medidas se encuentran el fin inmediato del adoctrinamiento ideológico en la educación; el sometimiento del sistema de inteligencia (militar y civil) al control parlamentario, eliminando su carácter policial; y la creación de un Centro de Inteligencia especializado en identificar y neutralizar amenazas contra la democracia.

Ahora bien, más allá de lo aciertos que puedan resultar las medidas previstas en esta hoja de ruta, y de la prudencia y sabiduría con que la dirigencia logre implementar, el éxito de una futura transición democrática dependerá, en última instancia, del compromiso del pueblo venezolano con la defensa de un régimen fundado en la libertad y la justicia.

Un compromiso que exigirá asumir sacrificios y superar enormes dificultades, como lo hicieron, con profundo sentido de país, aquella generación de venezolanos que, en 1958, emprendieron la ardua tarea de fundar la democracia tras la caída de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

Ramón Cardozo Álvarez

rpoleoZeta

Entradas recientes

La historia de La Margarita del Ocho: del legado de Fabio Ochoa al éxito de Rafael Santos Díaz

El papá de los exnarcos fundó en Medellín La Margarita del Ocho un comedero que…

11 horas hace

Mente Maestra: Análisis y Reflexiones sobre el Robo Perfecto en el Cine Contemporáneo

Me considero un fiel creyente en la idea de tener una dieta variada del cine.…

15 horas hace

Centros de Formación Profesional en el Mundo: Ejemplos Exitosos y Tendencias Globales

En un mundo laboral cada vez más competitivo y especializado, la formación profesional se ha…

15 horas hace

Crisis de Representación en Colombia: Análisis del Reacomodo Político Rumo a las Elecciones de 2026

La subdirectora de Pares analiza la crisis de representación, el auge de proyectos personalistas y…

1 día hace

Wall Street y Maduro: Claves del Alivio de Sanciones en la Crisis Venezolana

Aunque los bonos de Pdvsa se disparan ante la posibilidad de un cambio de gobierno,…

1 día hace

Adolfo Reyes: El Magnate de la Muerte Tras el Accidente del Ferrari Amarillo en La Calera

Adolfo Reyes no nació millonario, pero alrededor de la muerte con su red de funerarias…

2 días hace