En Napo, siete comunidades indígenas custodian un territorio de al menos 17.000 ha. para mantenerlo libre de minería. A pesar de que la minería ilegal ha crecido en la zona del Napo (casi sin control estatal) en las comunidades de Tálag, Shandia, Serena, San Pablo, Yani, Alukus y Cando aún queda este pequeño paraíso, con su apuesta al turismo y a la conservación de la biodiversidad.
Desde que se atraviesa la garita de la comunidad de Serena, una de las puertas de entrada al territorio del pueblo Shakan Amarun Kachi, se siente y se ve la comunión de hombres, mujeres y niños con la naturaleza. Aman, disfrutan y cuidan los ríos, la matriz hídrica de donde nace el agua para ese territorio.
Los 1.500 miembros de estas comunidades que son parte del pueblo se han convertido en guardianes de los ríos Jatun Yaku y del Ilukulin. Esta es una historia que trae esperanza y ejemplo sobre cómo se edifica un modelo de vida en comunidad y sin atentar contra el ambiente.
Las mujeres conga, una leyenda viviente
Las congas son hormigas gigantes (4 cm de largo) que no dudan en atacar si son molestadas. Su picadura causa un dolor indescriptible. Por eso no es aconsejable invadir su espacio ni molestarlas.
Tomando este ejemplo de la naturaleza, en la comunidad de Serena existe una agrupación de mujeres que tomó ese nombre de la hormiga gigante. Son parte de la Asociación de Mujeres Yuturi Warmi (mujeres conga), mujeres guerreras que se han organizado como una guardia territorial de la comunidad y del espacio de vida ancestral. Son una leyenda viviente.
Pero también están los churai yaku (niños del río), vigilantes del río. Ellos reciben educación permanente de sus mayores sobre la importancia de cuidar el agua, la vida, la biodiversidad. Manejan muy bien sus kayaks y se desplazan hábilmente por las rutas del Ilukulin. También aprenden kichwa para mantener viva la lengua de su pueblo ancestral.
Es que en ese río de aguas cristalinas justamente se practica el kayaking propios y visitantes se bañan en su amable y a la vez potente corriente, y aprecian verdaderamente el poder de la naturaleza.
El turismo y su efecto multiplicador
En la comunidad de Serena nos recibe Nelly Cerda, una mujer quechua de sonrisa amable y ojos vivaces, cuyos ancestros –nos cuenta- habitaban ya esta zona, hace más de 40 años. Ahora junto con su familia ha levantado Samana Wasi Lodge, donde se puede hacer tours por el bosque secundario. También se hace rafting, kayaking, se puede participar en ceremonias chamánicas…. Este lodge se ha convertido en un foco de atracción turística, con efecto multiplicador para la comunidad.
Nelly Cerda cuenta que cuando llega un grupo de turistas, se hace la invitación para que la comunidad exhiba y venda su artesanía a los visitantes. “Eso es un ingreso de las mamacitas de la comunidad”, dice.
Los paquetes que más piden son normalmente dos noches, un día y medio, con caminata diurna y otra nocturna.
También hay demostraciones de danzas ancestrales, de la elaboración de la chicha o del chocolate, explica.
«Si le dejas a la minería, en un mes ya no hay ríos»
En la otra entrada, ubicada en la comunidad Cando (Cando-Laguna Azul-Yani) también se ha levantado otro emprendimiento. Pungara Ecolodge, ubicada en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Llanganates y la Reserva Ecológica Colonso Chalupas, ofrece caminatas, rafting, kayaking.
Su dueño también es dirigente del territorio de Shakan Amarun Kachi. Se llama José Moreno y pertenece al colectivo Napo Ama la Vida. Habla con pasión sobre la necesidad de proteger los ríos.
“Si le dejas a la minería, en un mes ya no hay ríos. Porque te entran de 5 o 10 máquinas, se van cogiendo cada puente y te ocupan todo del río. Entonces los ríos aquí desaparecen en días”. Explica que el sitio es una zona de recarga hídrica. Es de aquí donde nacen los ríos, que abastecen a los ríos grandes. Dejar que se contamine el río, sería destruir la matriz de donde nace el agua.
Cuenta que el pueblo Shakan Amarun Kachi maneja varios proyectos ecoturísticos a los largo de las 17.606 ha.. Entre ellas, el Mariposario Pimpilala, el proyecto Ruth Garden, proyecto Cando Rumy, el proyecto ecoturístico Laguna Azul y proyecto ecoturístico de la Laguna de Yani, el proyecto Pimpilala. Además, el proyecto Siete Cascadas.
El pueblo Shakan Amarun Kachi está convencido de que más vale proteger la tierra y atraer a turistas que valoran la biodiversidad, que dejar ingresar la minería a su zona.
Las amenazas latentes
Este paraíso vive constantes amenazas por la minería ilegal, pero también por la minería formal. En el sector de Arosemena Tola, llamado San Gabriel de Chucapi o San Clemente de Chucapi, hay la intención de desarrollar un proyecto minero. Moreno cuenta que se realizó una socialización del estudio de impacto ambiental para iniciar procesos mineros en esta zona que es otra vía de entrada al pueblo.
Por eso, cuenta, que como pueblo Shakan Amarun Kachi se hicieron presentes y presentaron sus observaciones a la posibilidad de que se entregue una licencia ambiental.
Esto, justamente porque en esta zona está el río Pibi que alimenta al Ilokulin. Lo más preocupante, dice Moreno, es que el propio informe dice que con el proyecto minero se afectarían unas 300 ha. de manera directa y, de manera indirecta, unas 500 ha adicionales.
Esta situación no está siendo encarada por las autoridades de los gobiernos seccionales que deberían ser las más interesadas, dice Moreno. Estas autoridades no han asistido a las convocatorias. Es que por ejemplo los GAD de Tálag y de Tena deberían estar más que pendientes de que sus fuentes de agua no se afecten, sobre todo porque tienen proyectos para abastecer de agua a sus poblaciones.
En otras zonas, como por ejemplo la del Jatun Yaku se ha venido gestionando un pedido por parte de una empresa china cuestionada (Terraearth) el mayor aprovechamiento de agua de esa zona.
SOS Napo: Terraearth quiere más agua del Jatun Yaku
Al consultar a algunos miembros de la comunidad, también lamentan que en sitios cercanos a este paraíso, la minería esté destrozando la selva. “Están acabando las montañas y ahora ya están sintiendo que no tienen agua”. A más de que se ha destruido la biodiversidad, ahora están pidiendo tomar el agua de esta zona para llevarla al sitio destruido por la minería. No es justo”, dicen.
Lo hermoso del pueblo de Shakan Amarun Kachi contrasta con lo que sucede en otros sectores del propio Tálag y Huambuno cuyos territorios experimentan cada vez más el azote de la minería.
Esta es una primera entrega del recorrido y hallazgo que hicieron dos medios de comunicación (Bitácora Ambiental y La Fuente-Periodismo de Investigación) en este territorio. En las próximas semanas continuaremos con las siguientes entregas de este especial.
La alianza de la familia Ardila con el grupo chileno Luksic para lanzar Cerveza Andina…
El 3 de agosto de 2024, decenas de drones surcaban los cielos sobre la ciudad…
Las suspensiones de vuelos desde y hacia Venezuela dejaron a muchos viajeros en una especie…
Jørgen Watne Friydnes es el presidente del Comité Noruego del Nobel. Era, hasta hace poco,…
¿Qué tanto valor le otorgamos a que una adaptación sea fiel a su versión original?…
Estados Unidos emitió el jueves nuevas sanciones contra Venezuela, al imponer restricciones a seis petroleros y…