Los petristas que lograron sobrevivir en el gobierno de Gustavo Petro: lecciones y desafíos
Compañeros desde el M-19 y en cargos sin protagonismo, Augusto Rodríguez, Alberto Casanova y Aldo Cadena han visto salir del gabinete a los aliados del Presidente
Levantar la voz crítica contra el Presidente Petro por el rol protagónico que le había dado al recién llegado al gobierno Armando Benedetti, le salió caro a los miembros del gabinete que lo hicieron. Varios ministros y funcionarios perdieron sus cargos y solo sobrevivió uno, Augusto Rodríguez. Destapó una posible relación con Benedetti y Papa Pitufo, aportando incluso una comprometedora foto. Aunque el director denuciò públicamente la red y defendió su gestión, el escándalo dejó heridas internas y lo debilitó políticamente, pero Petro prefirió no dejar pasar el tema a mayores y ha mantenido en el cargo a Rodríguez.
Rodríguez permanece en la dirección de la Unidad Nacional de Protección (UNP), quien maneja la seguridad de funcionarios públicos, personajes y líderes sociales en riesgo, con lo cual maneja una valiosa y delicada información.
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Del círculo inmediato del Presidente, desde los tiempos del M-19, Augusto Rodríguez fue su mano derecha durante los más de 16 años que Gustavo Petro estuvo en el Congreso (entre 1998 y 2014), como integrante de la Unidad de Trabajo Legislativo. Desde allí, fue una pieza clave en la preparación de los debates parlamentarios que dieron a conocer al entonces congresista, especialmente en las denuncias sobre el paramilitarismo y la parapolítica.
Augusto Rodríguez sufrió un atentado en su casa el pasado 8 de marzo
Casanova, el hombre de Inteligencia sigue en el Gobierno Petro, pero lejos, en Alemania
Junto a Augusto Rodríguez, Alberto Casanova hizo parte del círculo cercano de Gustavo Petro desde su militancia en la guerrilla del M-19, participando incluso en operativos armados. Con la llegada de Petro al poder, Casanova asumió uno de los cargos más sensibles del Gobierno: la dirección del Departamento Nacional de Inteligencia (DNI), entidad que surgió tras la disolución del antiguo DAS.
Permaneció un poco más de un año y en febrero de 2024 fue relevado y reemplazado por Carlos Ramón González de donde se vio forzado a renunciar por el escándalo de corrupción de la UNGRD. Casanova salió en medio de una reestructuración ordenada por el presidente para eliminar sospechas sobre el comportamiento de la entidad pero Petro le tiró un salvavidas y fue nombrado cónsul en Berlín, Alemania, a donde viajó en julio de 2024.
Nada quema a Aldo Cadena, asesor del ministro Jaramillo
Aldo Cadena, líder sindical cesarense y cercano a Gustavo Petro desde los tiempos del M-19, fue su secretario de Salud durante la Alcaldía de Bogotá. En febrero de 2024 fue nombrado presidente de la Nueva EPS, pero su paso por la entidad fue efímero y salió por la puerta de atrás. Petro lo rescató y lo nombró asesor del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y más tarde vicepresidente del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag). Cadena ha enfrentado críticas por la gestión de la salud de los maestros y por las pérdidas financieras del Fomag. No obstante, su estrecha relación con el presidente le ha permitido mantenerse en el cargo.
Su cercanísimo Eduardo Noriega le cedió su representación a su esposa Catalina Velasco
El abogado Eduardo Noriega fue el secretario general de la Alcaldía de Petro, y tal era su confianza que lo nombró representante legal de la Colombia Humana, hasta que su esposa, Catalina Velasco, fue nombrada embajadora de Colombia en Dinamarca, después de salir del Ministerio de Vivienda sin muy buenos resultados en el tema de la vivienda social ni en la ampliación de la red de acueductos rurales, una prioridad del gobierno Petro.
La cercanía de su esposo con el Presidente le permitió sobrevivir en el gobierno con el nombramiento diplomático.
Los que salieron
La salida de Susana Muhamad del Ministerio de Ambiente fue una de las más significativas. Muhamad, considerada una de las funcionarias más competentes y leales a Petro, renunció en febrero de 2025 tras expresar su desacuerdo con la designación de Armando Benedetti como jefe de despacho. Su renuncia dejó al gobierno sin una de sus ministras más estables.
Jorge Rojas, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), presentó su renuncia irrevocable el 5 de febrero de 2025, apenas seis días después de asumir el cargo. Su salida se produjo tras el Consejo de Ministros transmitido en vivo. Este expresó su desacuerdo con la reciente designación de Armando Benedetti como jefe de despacho presidencial, señalando que esa decisión había alterado el equilibrio interno del gobierno y comprometido su capacidad para ejercer sus funciones en el Dapre.
Carolina Corcho, exministra de Salud, también abandonó el gabinete tras una intensa y prolongada controversia pública por su intento de reformar de fondo el sistema de salud en 2023. Su gestión generó divisiones no solo en el Congreso, sino también dentro del mismo gabinete, donde varios ministros se distanciaron de su enfoque.
Carlos Ramón González, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y del Departamento Nacional de Inteligencia, fue imputado por la Fiscalía por su presunta participación en un esquema de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Según la Fiscalía, González -también exmiembro del M-19- habría instruido al exdirector de la UNGRD, Olmedo López, para inflar el valor de un contrato de carrotanques y desviar fondos hacia expresidentes del Congreso. Actualmente, González se encuentra fuera del país y niega los cargos en su contra.
Gustavo Bolívar, uno de los más visibles aliados de Petro en la campaña presidencial y reconocido por su papel como exsenador del Pacto Histórico, tuvo un paso breve por el gobierno. Fue nombrado director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), pero no duró mucho en el cargo. Su renuncia estuvo marcada por el regaño de Petro en el Catatumbo y el aparente rechazo a su aún no anunciada precandidatura presidencial.
Con cada salida, Gustavo Petro se queda sin algunos de sus aliados y amigos más cercanos, enfrentando un desafío creciente para mantener la unidad y confianza dentro de su gobierno. La crisis interna y las tensiones provocadas por nuevas figuras como Armando Benedetti han marcado un punto de inflexión, dejando al presidente con un grupo cada vez más reducido de fieles, en medio de un escenario político que exige resultados y estabilidad. El tiempo dirá si logra reconstruir ese equipo o si continuará aislado en su gestión.
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