La ostentosa y peligrosa vida de «Barbie Vanessa» tras el secuestro de su hijo en Jamundí
Angie Bonilla enviudó de José Hortúa, un narco de Los Rastrojos y quedó engolosinada con los lujos que ahora comparte con su marido el joyero Jorsuar Suárez
Angie Bonilla era muy joven cuando conoció a José Leonardo Hortúa Blandón, un hombre que llegó a su vida rodeado de lujoss y promesas de una vida distinta. Su relación fue breve e intensa, pues mientras esperaban a su primer hijo, Hortúa fue asesinado. Era cabecilla de la organización narcotraficante Los Rastrojos y se le conocía con los alias de “Mascota” y “El Mochacabezas”.
Ambos han construido una imagen de vida ostentosa en redes sociales, rodeados de vehículos de alta gama, fajos de billetes, y eventos fastuosos teñidos de rosado, el color insignia del mundo que Angie muestra al público. Pero todo cambió cuando su hijo fue raptado por disidencias armadas en Jamundí, en un hecho que, según versiones no oficiales, podría estar relacionado con una millonaria deuda de más de 37 mil millones de pesos.
Mientras la Fiscalía y la opinión pública intentan descifrar si el secuestro fue un ataque directo contra el niño o un mensaje para su entorno familiar, la pareja enfrenta una creciente presión mediática.
La joyería de Suárez, con sede en Ciudad Jardín y reconocida entre futbolistas y celebridades, ha sido señalada por su alto flujo de efectivo y aparentes vínculos con redes ilícitas, aunque nada ha sido probado judicialmente. Entre sus clientes figuran nombres como Teófilo Gutiérrez, Jhon Jáder Durán y Johan Arango, quienes han posado en redes sociales con piezas exclusivas de la marca.
Lo cierto es que la historia de Angie y Jorsuar, marcada por el lujo, el dolor y ahora la incertidumbre, es una radiografía del cruce entre la exposición digital, los negocios brillantes y las sombras de la violencia que aún persisten en Colombia.
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